30 diciembre 2008

Odio a Jack Bauer

Odio a Jack Bauer. Jack Bauer representa todo aquello que detesto, que desprecio, que temo de la política estadounidense. Jack Bauer es el hijo que Bush simpre quiso tener. Jack Bauer es la excusa de Bin Laden para destruir el World Trade Center. Jack Bauer es la mancha de Estados Unidos. Jack Bauer es la encarnación del mal. Jack Bauer es el diablo.

Y sin embargo, estoy impaciente por descargarme la quinta temporada de 24.

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Para quien no lo sepa, 24 es una serie de acción producida por la cadena FOX protagonizada por Kiefer Sutherland en el papel de Jack Bauer. Éste es un agente federal de la Unidad Antiterrorista de los Ángeles. Cada temporada de la serie tiene 24 capítulos que, se supone, transcurren en tiempo real. Bauer, como en toda ficción made in USA, se las ve y se las desea para cumplir con su deber: salvar a Estados Unidos de un brutal atentado terrorista (unos ataques que ríete tú del 11S). Al final del día, lo consigue. Durante el transcurso de su misión, y gesto es quizá lo más destacado de la serie, Bauer ha matado a alrededor de un centenar de personas, se ha saltado la ley y la Constitución unas cuantas veces y ha utilizado la tortura para conseguir información.

Bauer debería estar encerrado en una prisión por el resto de su vida. Pero para aquellos que seguimos sus hazañas, es un héroe.

Desde su origen, la industria cinematográfica estadounidense ha tenido como objetivo (más o menos secundario y más o menos evidente) defender y difundir el american way of life y su sistema político y militar. 24 es el penúltimo proyecto. La serie podría verse como pura propaganda de la administración Bush y de la necesidad de su guerra contra el terror. Lo triste y peligroso es que su veneno ha calado en algunas personas.

Durante un coloquio de juristas celebrado en Ottawa en junio de 2007, el juez de la Suprema Corte de Estados Unidos, Antonin Scalia, justificó el uso de la tortura basándose no en textos jurídicos o el derecho internacional, sino en el ejemplo de Jack Bauer.

Al referirse a la segunda temporada de la serie, en el curso de la cual vemos a nuestro héroe salvar a California de un ataque nuclear gracias a los informes obtenidos mediante interrogatorios "enérgicos", el juez Scalia no titubea al afirmar: Jack Bauer salvó a Los Ángeles; salvó cientos de miles de vidas. ¿Va usted a condenarlo? ¿A decir que el derecho está en su contra? ¿Habrá un jurado que condene a Jack Bauer?.

Hace unos días terminé la 4ª temporada. En un momento dado, Bauer arresta (mejor diría “secuestra”) a un presunto colaborador de los terroristas (aunque en el Los Ángeles de Bauer la presunción de inocencia sea un lastre innecesario). Quiere presionarlo (torturarlo) para hacerle hablar. Aparece entonces un abogado de Amnistía Internacional para evitarlo. El picapleitos -que encima ha sido engañado, pues lo ha llamado el líder terrorista- va a estropear toda la operación por defender los derechos de un tipo sin escrúpulos, un asesino. ¡Bauer, haz algo! (Lo hace; libera al hombre, lo secuestra en su coche, le rompe varios dedos y consigue que “cante”)



En el momento en que el espectador piensa algo parecido, -y yo lo hice- el veneno de 24 ha entrado en la sangre.

Quizá ésta sea la razón primordial por la que odio a Bauer. Ha conseguido su objetivo. Si ha llevado a alguien como yo a justificar la tortura en la ficción, ¿qué no hará con aquellos más derechistas?

Me impongo mi propia penitencia, espero que también sirva como antídoto: leer La balada de Abu Ghraib al ritmo de Woody Guthrie, que gustosamente golpearía a Jack Bauer con su guitarra.

28 diciembre 2008

Breves

"El lanzamiento de cohetes es completamente inaceptable. los miembros de Hamás no son más que matones. Israel debe defenderes de terroristas". Palabras pronunciadas hoy por un portavoz de la Casa Blanca.

"Está muy claro que Hamás es quien inició estas operaciones y es quien tiene que entender que tiene que parar y garantizar que no haya más misiles que puedan desembocar en Israel". Miguel Ángel Moratinos, ministro de Exteriores.

El embajador israelí en España dice que la respuesta de Israel no es desproporcionada.

Henrique Cymerman, en su larga nota de La Vanguardia, cita varias veces a Ehud Barak, a las autoridades israelíes y a Al Fatah. También sugiere que Hamás puede haber provocado la masacre para recibr el apoyo de la comunidad internacional.

De nuevo la frase que señalaba ayer, "Israel se ha pasado, pero..." Desde una ciudad israelí, el corresponsal de TVE informa de la masacre. En pantalla, un infamante titular.

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No todos los diarios son tan vergonzosos. Ahora, el Huffington Post tiene esta foto en portada. Supongo que para George Bush, Ehud Barak y compañía, estos niños son unos peligrosos terroristas.

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Arcadi Espada acompaña su columna diaria en el Mundo con un vídeo de cosecha propia. Este es el de hoy.

27 diciembre 2008

Gaza

1.-
“There is a time for cease-fires and a time to fight, and now is the time to fight”. O, en español, “Hay un tiempo para el alto el fuego y otro ara la lucha, y ahora es tiempo de luchar”.

Son declaraciones de Ehud Barak, ministro de Defensa de Israel tras la masacre ejecutada por su ejército. Me viene a la memoria al leerlas unos versos del Eclesiastés, musicados, entre otros por Pete Seeger o The Byrds.

La Biblia como excusa. Dios como pantalla.


2.-

Quizá a ojos de muchos israelíes -no todos, no todos- y una buena proporción de los estadounidenses el ataque de hoy sea una respuesta justificada al lanzamiento de misiles por parte de Hamás. No lo es.

Desde el fin de la tregua, militantes de Gaza han atacado ciudades israelíes con docenas cohetes. El número de bajas israelíes, cero. Durante estos días Israel ha mantenido un perfil bajo, y sólo ha asesinado a unas pocas personas, menos de 10.

Se estaban preparado para un ataque en toda regla. Y ni siquiera trataron de ocultarlo. Cuando Egipto pidió tiempo para intentar una nueva mediación, fue ignorado.

Ayer la agencia APTN envió imágenes de tanques y soldados israelíes realizando maniobras. Faltaba poco para el ataque. Pero aunque todos tuviéramos en mente una respuesta violenta, no esperábamos esto. 200 muertos son muchos muertos.

Para Israel no es suficiente con asfixiar Gaza, con limitar su suministro de energía, de alimentos, de medicinas. Sólo estará satisfecha cuando haya exterminado a todos los palestinos.


3.-

¿Cuál es la reacción de la comunidad internacional -Estados Unidos y Europa, básicamente- a esta matanza? La de siempre. Tibieza. Hipocresía. Petición a ambas partes del cese de la violencia. Palabras pronunciadas con la boca pequeña.

Me gustaría saber cuál sería la reacción de estas dos potencias si Hamás asesinase a 200 israelíes en un solo día. Supongo que diferiría bastante.




4.-

Es muy interesante prestar un poco de atención al modo en que los medios españoles y estadounidenses han tratado la noticia. Tras los datos básicos, se pronunciaban o escribían una vez más las clásica expresión “escalada de la violencia”. Estas palabras sugieren que los disparos y las bomba asesinas han llegado desde ambas partes; y no es así.

También se han detenido demasiado tiempo en la respuesta de Hamás al ataque, como si fuera equivalente. Es el juego de siempre: “Sí, Israel se ha pasado, pero.”

He visto un rato CNN Internacional para encontrar más información. No lo he logrado, pero sí he podido escuchar mucha opinión, y mucha propaganda. La cadena ha conectado en directo con 3 personas diferentes en 3 puntos distintos (esta gente tiene medios y sabe hacer las cosas). Desde Gaza, un corresponsal describía el ataque. Desde Jerusalén, el editor del Jerusalem Post hablaba de lo necesaria que esta respuesta era, y de lo que aún estaba por venir. De nuevo desde Gaza, el mismo corresponsal especulaba sobre la posible reacción de Hamás, dando a entender que su sería más devastadora que el ataque de hoy de Israel. Por último, desde Estados Unidos, un periodista repetía las palabras del presidente Bush mientras éste salía en pantalla, bajando del Air Force en con su perro en brazos.

Es decir, para CNN la noticia no es tanto que 200 personas han sido asesinadas en Gaza. Es sólo un punto de partida para hablar de lo mal que lo está pasando Israel, del inminente ataque que lanzará el maléfico Hamás y de la predecible opinión de George Bush al respecto.

¿Aceptas?

25 diciembre 2008

Pintereano

Harold Pinter ha muerto. No es noticia. Ya no. Los informativos han hablado de su muerte y han mostrado imágenes de octubre de 2005, cuando recibió el premio Nobel. Los periódicos tienen listas sus columnas de opinión para mañana; algunos las han colgado en la web. Los bloggers han dicho ya su palabra al respecto.

¿Qué falta entonces? El ciclo se ha cumplido. Alguien muere. Una agencia da la noticia. Los medios rastrean su hemeroteca y pulican lo que tienen. Algún supuesto amigo del finado habla sobre él: "yo lo conocí en tal ocasión... Me ayudó mucho". Otro supueso experto en la materia analiza su legado, importantísimo, por supuesto. Al poco tiempo se le homenajea en un parque, un auditorio, un teatro. Después, queda archivado.

Yo también he participado en este grotesco ciclo/circo. Esta vez no quiero. (¿Pero acaso este pots no es mi particular eslabón en la cadena?)

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Sólo he leído una obra de Harold Pinter, El amante. No me gustó, no la entendí. Antes de Nobel no lo conocía, y después tampoco he profundizado (como sí he hecho con Coetzee o Saramago).

Mañana, sin embargo, me compraré uno de los volúmenes que Losada ha editado de sus obras teatrales. Me temo que será una pérdida de dinero, tengo la triste certeza de que esta vez tampoco entenderé su teatro. Algunas de sus obras más políticas no están traducidas al epañol, y no me apetece comprarlas en inglés.

Para mí su mejor texto fue publicado en diciembre de 2005. Debía pronunciarlo ante un puñado de distinguibles señores y respetables señoras. El cáncer se lo impidió. Reacio a tener que callar, salió de la UCI durante unas horas, y sin levantarse de la silla de ruedas, grabó en un vídeo su discurso. Quizá el mejor discurso de aceptación del Nobel que se haya leído. En cualquier caso, el que más ruido hizo.

Su ronca voz suena mientras escribo estas líneas. A quien le interese, aquí lo cuelgo, subtitulado al español. Y quien prefiera leerlo, puede hacerlo aquí.


24 diciembre 2008

Don Julián en Euskadi

Ya era hora. Mucho se ha tardardo en escribir sobre ETA con el tono que lo hace Juan Francisco Ferré. Una irreverencia necesaria para desacralizar los asesinatos de la banda terrorista (ojo: desacralizar no significa restarles importancia). España se ha acercado en muy pocas ocasiones a su mayor cáncer. Y cuando lo ha hecho, ha sido -demasiadas veces- desde el punto de vista de los verdugos.

Ferré afronta la tarea con valentía. Desde la farsa, escribe una novela que no deja títere con cabeza. La fiesta del asno apunta a los políticos del PNV (que, para Ferré, nada entre dos aguas), a los medios de comunicación (que dan excesiva cobertura a todo lo relacionado con ETA), a los familiares de las víctimas (en un momento de la novela, una mujer suplica por la vida de su marido; para salvarlo, se acuresta con Gorka, y en el moment del orgasmo grita "Mátalo, mátalo") y, por supuesto, a los terroristas.

El libro no tiene un hilo argumental al uso. Está formado por estampas o escenas que giran alrededor del protagonista, Gorka K, síntesis en cierto modo del joven terrorista actual. Gorka en su casa, Gorka durmiendo; Gorka practicando el sexo con mujeres, con hombres, con travestis; Gorka probándose trajes de la guardia Civil; Gorka masturándose al escuchar a un escritor crítico con la banda; Gorka concejal, Gorka asesino, gorka quemando contenedores; Gorka recibido como Jesús a la entrada de su pueblo; Gorka regentando un bar adornado con las caras de sus víctimas; Gorka convertido en mujer y disfrutando de su exiilio dorado en el Caribe...

Hay muchos Gorkas en esta novela. Pero al cabo todos son uno.

Dos son las escenas que definen bien el espíritu de La fiesta del asno y su protagonista. En la primera, Gorka persigue a su víctima hasta matarla; un hobre que, pese a los disparos, se resiste a morir y se levanta del suelo una y otra vez.

En la segunda, Gorka decide ejecutar una acción no aprobada por la Organización. Durante un pleno en el que se va a destituir al alcalde, simpatizante de los asesinos, entra al ayuntamiento pistola en mano y profiriendo gritos (en una imagen que recuerda mucho a un 23 de febrero). Da su pistola a los concejales y les da a elegir. "Votad a favor del alcalde, o pegaos un tiro en la sien". Hay quien vota por convicción, hay quien vota por no morir y hay quien se dispara. Llegado el turno del alcalde, las opcionen están igualadas. Gorka está tranquilo, todo saldrá bien. Pero contra todo pronóstico, el alcalde también aprieta el gatillo.

Sólo hay una pega a esta novela. En su afán por trasladar el espíritu, el humor y la iconoclastia y el estilo de Reivindicación del Conde don Julián al País Vasco, parece en algunos momentos una copia, como si se hubiera efectuado un mero cambio de escenario. Pero lo cierto es que sin la lectura de la novela de Juan Goytisolo, que prologa el libro, Ferré no habría podido escribirla.

Aquí un extracto
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22 diciembre 2008

Salvadores de lenguas

Los nazis mancillaron el alemán. Los islamistas han logrado que el árabe, el urdu, el persa, todos suenen a lo mismo: a atentados suicidas. ETA está consiguiendo que muchos asocien el euskera con las bombas y las pistolas. Aquellos que se erigen en defensores de un lugar, una religión o una idea terminan por destruir la lengua que hablan.

Por suerte siempre quedan artistas que nos recuerdan que la lengua no es propiedad de nadie, que un mismo idioma sirve para cantar o amenazar. La prueba más reciente es Etxea, el último disco de Kepa Junkera. Un puñado de cantantes no vascoparlantes interpretando canciones tradicionales en euskera. Una joya.

19 diciembre 2008

Aclaración, por JJ Millás

A ver si nos ponemos de acuerdo con el significado de las palabras porque esto empieza a parecer la Torre de Babel. Esos chicos que se encadenan a las puertas de una reunión del G-8 no son antisistema. Por el contrario, lo fortalecen al dar trabajo a la policía. Antisistema es el que bombardea un país entero amparado en una documentación falsa fabricada por él mismo. Antisistema es el cómplice de esa acción. Antisistema es el que colabora en el traslado ilegal de seres humanos secuestrados a punta de pistola para ser torturados en agujeros antisistema como Guantánamo. Antisistema es el juez que en vez de comportarse como un poder del Estado hace declaraciones propias de un tonto del culo. Antisistema es el que pretende convertir a la Universidad en la correa de transmisión de los intereses empresariales. Antisistema es el banquero que da préstamos a personas que no tienen ninguna posibilidad de devolverlos. Antisistema es el tasador que valora en 100 un piso de 70. Antisistema son las personas de orden como Madoff, con el que hasta hace cuatro días querían cenar hasta los obispos. Antisistema, por cierto, son los obispos y arzobispos pederastas y quienes les protegen para que no vayan a la cárcel. Antisistema es, por ejemplo, el presidente de la Comunidad de Valencia, que ha estado boicoteando durante tres meses una asignatura (dos, si contamos el inglés) que forma parte del currículum escolar. Antisistema es quien pone sus intereses particulares por encima de la lucha antiterrorista (Aguirre, sin ir más lejos). Antisistema son los supervisores, los gestores, los auditores y los custodios que han estado mirando hacia otro lado. Antisistema es el que presta el dinero gratis, revelando así su auténtico valor de mierda. Antisistema, en fin, es el sistema, que viene a ser lo mismo que si el hígado fuera antihígado.

El País, 19-12-2008

17 diciembre 2008

La Reserva Federal está experimentando; yo también

En un doble intento de practicar y mejorar mi locución (o al menos mostrar en la red lo mala que es) y probar una nueva herramienta en el blog, cuelgo esta grabación sobre la bajada de los tipos de interés.

Me gustaría hacer como Alberto Surio, analista político del País Vasco en Cuatro, apoyarme en una mesa y soltar mi parrafada a cámara. Pero ni mi habitación es una redación de informativos ni yo soy telegénico. Así que, por ahora, con mi voz ya vale.

Se acepta (se necesita) todo tipo de sugerencias y críticas (o halagos). Muchas gracias.

14 diciembre 2008

Representación

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Esto no es sólo un hombre fotografiando una fotografía. Es mucho más. Puede entenderse como un símbolo de la decadencia de la memoria y la imaginación. Quizá sea la señal defintiva de que la representación ha superado a la realidad. Lo que no se ve no existe, se decía en el pasado. Ahora -éste es un "ahora" bastante dilatado- es diferente: lo que no se representa, no existe.

Ha salido en televisión, ergo es cierto. Hay imágenes, ergo es cierto. En 20 años, empezaremos a dudar de la Historia. En 40 la habrán cambiado a su antojo. Nuestra memoria no servirá. Además, estará desengrasada.

Para ser real, la realidad debe ser transformada en representación. Y, si es posible, luego compartida.


Empezó con las grabaciones de las vacaciones y ha terminado con los milones de vídeos y fotgrafías que nadan en la red. Si no se graba, si no se muestra, cabe el peligro de olvidar. O de que no te crean. ¿Estuviste en el año 2001 en Nueva York? Claro, tengo fotos. ¿Son bonitas las instantáneas de Korda? Sí, mira ésta.

Contra natura, por Ignacio Escolar

Lo natural es parir con dolor, morirse antes de cumplir los 30 años, la suciedad, la enfermedad. Lo natural es que uno de cada diez niños no sobreviva al parto, que una de cada veinte madres fallezca al dar a luz. Lo natural es que sólo sobrevivan los más fuertes, que los miopes no lean. Nada más natural que el sarampión, que el cáncer, que la caries, que la peste, que la malaria.

La lucha contra natura es el verdadero motor de la historia. Es lo que de verdad nos diferencia del resto de los seres vivos: nuestra capacidad para sobrevivir a la naturaleza, por dura que sea, y en cualquier parte del mundo. Por eso hay humanos en el ártico y en el ecuador. La inteligencia es el medio, no el fin: es la forma más útil que han encontrado nuestros genes para perpetuarse, para inmortalizar esa ininterrumpida herencia de ADN que un día consiguió salir del agua, encender el fuego, cincelar sobre piedra la primera palabra, llegar a las estrellas. ¿Jugar a ser dios? Llevamos haciéndolo desde el momento en el que el homo sapiens inventó una herramienta y se convirtió en creador. Porque ningún otro ser vivo había modelado su realidad de tal forma como para que lo humano se convirtiese en la medida de las cosas.

El miedo también es natural, otra estrategia genética de supervivencia. Y de él nace una forma de miedo más refinada, que es la superstición. Veinte siglos de Iglesia Católica nos contemplan en defensa de lo natural, del orden establecido, de la comodidad de los márgenes explorados del conocimiento, del dogma contra la razón. La mala noticia es que vamos para atrás; antes había al menos espacio para la duda. “Porque, no pudiendo en manera alguna la verdad oponerse a la verdad, necesariamente ha de estar equivocada o la interpretación que se da a las palabras sagradas o la parte contraria”, admitía León XIII sobre las contradicciones entre los descubrimientos de la ciencia y la fe católica en su encíclica Providentissimus Deus, en 1893. Un siglo largo después, la doctrina vaticana se ha vuelto mucho más inflexible.

Hace décadas que triunfan en Roma las tesis de la contrarreforma frente al aperturismo del Concilio Vaticano II. Ganaron los que argumentan que la Iglesia Católica retrocede porque cede, que aquellos intentos por acercar a dios a la sociedad son la causa de la pérdida de fieles, que no es la fe la que tiene que adaptarse a los tiempos sino los tiempos los que tienen que detenerse para la fe. Es la montaña la que debe moverse, no Mahoma. La verdad no debe oponerse a la verdad. Y la verdad está en la Biblia, no en la ciencia, sentencia ahora Ratzinger frente a la vieja duda de León XIII.

Toda tecnología lo bastante avanzada es indistinguible de la magia, decía Arthur C. Clarke. Y la magia es la matriz del milagro, por eso fe y ciencia siempre se han llevado mal, porque compiten entre sí en el mercado de la esperanza. El milagro de la vida, su magia, es hoy una tecnología lo bastante avanzada como para que dos mujeres puedan compartir la maternidad natural de un bebé, para que una ponga el vientre y la otra su ADN. Pronto llegará el siguiente paso: que una mujer pueda tener un bebé mezclando su carga genética con el de otra mujer, su pareja, sin necesidad de que intervenga un varón. Ya se ha hecho con ratones. El siguiente salto es aún más alucinante pero no por ello mucho más lejano: a partir de una célula, de un pequeño pedazo de piel, se podrán crear espermatozoides con los que una mujer podría fecundarse a sí misma, sin necesitar el ADN de nadie más. ¿Contra natura? No mucho más que la penicilina o el viaje a la Luna. Sólo cambia nuestra capacidad de asombro.

Lo natural no es bueno por naturaleza, pero tampoco malo. Nada más natural que el ser humano, que su afán diario por aferrarse a la vida. Lo natural es morirse pero también luchar contra la muerte, por eso ahora vivimos casi cien años. Algunos genetistas aseguran que esa fecha de caducidad de los seres vivos, que ese límite a la inmortalidad, responde a una lógica darwinista, pues lo que no muere no evoluciona y hace falta transformarse en abono para dejar sitio a lo nuevo. En el siglo XX bastaron los antibióticos y lavarse las manos para duplicar una esperanza de vida que nadie sabe hasta dónde se puede prolongar en este siglo.

Lo natural también era que un amor durase toda la vida, pero es que antes la vida duraba muy poco. Respondía a una lógica: crear familias lo bastante estables como para proteger a la prole. Lo natural, en cualquier caso, es mucho más simple que un matrimonio: consiste en ese impulso ancestral, grabado a fuego en nuestra herencia genética, que lucha por perpetuar nuestro ADN. Para la naturaleza lo demás es superfluo, accesorio. Lo natural no sabe de peras y manzanas. Lo natural es el amor, aunque las que amen y quieran amar a un hijo, a su hijo, sean dos mujeres enamoradas.


Público, 14-12-2008

13 diciembre 2008

Un año más, 45 libros menos por leer

2008 ha sido un año escaso en lo que a libros se refiere. El 2 de enero comencé a trabajar en un medio de comunicación -mi primer trabajo- y eso se ha notado. He tardado 10 meses en acostumbrarme al nuevo ritmo de vida y, por tanto, 10 meses en volver al ritmo de lecturas de 2007. La información, casi vence a la literatura. Casi.

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No importa la cantidad, sino la calidad. Y aquí 2008 tampoco ha sido mi mejor año. No ha habido grandes descubrimientos, no he tenido adicción por ningún autor. He pajareado de uno a otro con demasiada facilidad y poca conciencia. Aun así, he tenido mis buenos momentos.

La medalla de oro va para la italiana Melania Mazzucco, de quien no esperaba nada. Su novela Un día perfecto ocupó mis noches durante una semana (y acortó sensiblemente mis horas de sueño). Últimamente no llego a creerme a los personajes, ni siquiera recuerdo su nombre. No fue así con este libro, sus rostros aún me persiguen.

La de plata, para Isaac Rosa. Qué grande es. Su País del miedo aterra. Es admirable. Isaac es el escritor más valiente por estos lares (y otros). Necesitamos tipos así.

En tercer lugar queda Junot Díaz. Me gustaría darle las gracias por hacerme reír tanto. Oscar Wao pasará al canon de personajes literarios. Yo ya conozco un par de Waos de carne y hueso.

Ha habido más. He reconocido, ya me tocaba, la valía de Sergi Pàmies, de Dino Buzzatti, de Lampedusa y de Tolstoi. También he guardado tiempo para los “raros” como Yasutaka Tsutsui o JG Ballard. O Julián Ríos. Pero por encima está un escritor de Zaragoza -o Z, o Zeta- llamado Manuel Vilas que me dio una grata sorpresa con un texto extraño, provocador, inteligente y divertido llamado España.

Y poco más, este esquelético 2008 literario se acaba por fin. Ahora he de pensar en el futuro. ¿Qué libro leeré la madrugada del 1 de enero?

12 diciembre 2008

Oídos sordos

Este junio escribí, en referencia al rechazo de Irlanda del Tratado de Lisboa:

"El primer ministro ni siquiera ha leído el texto. Deberían hacerle dimitir. Han manipulado y moldeado la opinión pública -con la inestimable ayuda de los medios de comunicación antieuropeos de Rupert Murdoch- como han querido. Apelando al corazón, al nacionalismo, al miedo.

Pero ha sido la ciudadanía irlandesa la que ha dado la última estocada. Han cedido a los impulsos, al nacionalismo atávico, al egoísmo. Ellos solos han decidido el futuro de Europa en los próximos años. Y están orgullosos."

Hoy quiero defender a estos irlandeses que, en mi opinión, están muy equivocados. Creo que Irlanda cometió un grave error al rechazar el tratado de Lisboa, que Europa no se merece tal insulto; creo que los líderes políticos irlandeses no estuvieron a la altura de as circunstancias; que el orgullo que sintieron los ciudadanos -eran importantes, habían cambiado las cosas- es el orgullo que iente un adolescente estúpido al romper una ventan del colegio.

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Sin embargo, por muy errados que estén, la orden -no decisión- de la UE constituye un insulto mayor. Ayer los jefes de Estado y de Gobierno demostraron que no saben escuchar, que no quieren escuchar. Un miembro de la Unión se muestra discordante y, en lugar de hacer un esfuerzo por entender su postura, se le ignora. Peor aún, se le obliga a votar de nuevo. ¿Qué democracia es ésta? “Votad -parecen decir-, pero si no elegís bien, repetiremos el proceso una y otra vez; hasta que salga el resultado correcto”.

Además de sordos, estos gobernantes son estúpidos. ¿Acaso creen que Irlanda cambiará su voto? Lo más probable es que el “no” sea aún más contundente; o que apenas vaya a votar nadie. Si yo fuera irlandés, es precisamente lo que haría. Quizá el Ensayo sobre la lucidez de Saramago se convierta el próximo otoño en una realidad.

10 diciembre 2008

Disparen sobre el crítico, por Rafael Lemus

No hace mucho se organizó, en un festival olvidable, una mesa redonda sobre la crítica literaria. Entre los ponentes había un par de narradores, un poeta, algún espontáneo: ningún crítico literario. Justo ahora se celebra –¿o perpetra?– en Guadalajara la así llamada Feria Internacional del Libro. Si uno lee la lista de los actos públicos, encontrará narradores, poetas, dramaturgos, funcionarios, niños, niñas, más funcionarios: muy pocos críticos literarios, a veces ninguno. ¿Qué pasa? Para decirlo sin matices: que el crítico –o mejor, la crítica– es el enemigo.

Claro, todos los tiempos han sido miserables. Pero antes, incluso en medio de la miseria, la crítica era parte del juego. Los editores preferían que sus libros fueran reseñados antes que sus autores entrevistados. Los escritores aspiraban a aparecer en la sección de libros de una revista y no en el radio o la tele. Uno publicaba un libro para que este fuera discutido y no amablemente “presentado”. En fin, que los festivales literarios y las ferias del libro tenían, entre su paja, algo de debate y crítica y literatura. No eran, como son ahora, meras fiestas de una industria.

Claro, idealizo el pasado. Pero me quedo corto en cuanto al presente: la cosa está jodida. ¿Otro ejemplo? Los suplementos culturales, cada vez menos y menos significativos. Si algún sentido tienen estas publicaciones es atizar la discusión literaria. Los narradores y poetas no sufren mucho si mueren o adelgazan los suplementos literarios y las revistas culturales: de todos modos aparecerán sus obras, tarde o temprano, en forma de libros. Pero las reseñas o aparecen allí o no aparecen. ¡Y mejor que no aparezcan! Para qué dejarle espacio a la crítica cuando de lo que se trata es de publicar y vender y, ante todo, celebrar. Celebrar que este escritor cumple ochenta años. Que esta escritora cincuenta. Que este libro conjuga efectivamente los verbos. Que este otro no lo hace. Que esta señora ni lee ni escribe y ya lleva tres o cuatro libros publicados. Bravo.

Es jueves y no llueve y estoy cansado. Me da pereza abandonar la queja para ponerme a pensar con calma el asunto. Mejor terminar con una advertencia, desde luego que alarmista. Hubo un tiempo en que la Literatura –concedámosle, esta vez, la mayúscula– era una partida jugada entre cuatro participantes: el escritor, el editor, el crítico, el lector. Ya se ha visto que el crítico ha caído o está a punto de ser derrumbado. La próxima víctima, digo yo, es el escritor. Que se entienda: los escritores son prescindibles. De hecho, las grandes editoriales ya han empezado a prescindir de ellos. Los genios de la mercadotecnia editorial han encontrado maneras de producir libros sin tener que emplear escritores ni renovar la literatura: o adaptan guiones cinematográficos o multiplican los tomos escritos por politiquillos o simplemente traducen o contratan a un redactor capaz de escribir los libros que un empresario analfabeta o una retardada encueratriz presumirán como suyos.

Si exagero, me da lo mismo.

Como si uno fuera a andarse con prudencia ante los mercachifles.

Letras Libres, 4-12-2008

08 diciembre 2008

Estado aconfesional (en teoría)

Estos días se ha hablado mucho de las posibles reformas de la Constitución; también se ha tocado el papel de la religión -y particulrmente de la ofrecida por la Iglesia Católica- en la sociedad y la política.

La Conferencia Episcopal cree que el gobierno español la tiene en el punto de mira y que la sociedad la está dejando de lado. Pero en este puente se celebra de forma conjunta la Constitución y la Inmaculada; el sábado los comercios estaban abiertos, no les importaba la Carta Magna; hoy cierran para honrar a una señora que, según cuenta un libro, dio a luz sin antes haber practicado el sexo.

Luego dirán que España es aconfesional. Una vez más, ¡qué vergüenza!

PD. Manel dice lo mismo en menos palabras.

07 diciembre 2008

Miradas

Hace años, en el otoño de 2001, conocí a varias personas en Inglaterra. Eran españoles y de derechas. Por aquel entonces comenzaba a asomar la cara el verdadero George Bush y tuve unas cuantas discusiones políticas. Más de una vez -y más de diez- me tildaron de “extremista” (de izquierdas, por supuesto).

Mi pecado era dudar de la conveniencia de invadir Afganistán, mis simpatías por Amnistía Internacional, mi antipatía hacia la Iglesia Católica y y mi clara disposición a ampliar todos los derechos sociales posibles.

En en último año he conocido a varias personas que se declaran nacionalistas, es decir, consideran que Cataluña o Aragón son naciones y deben comportarse y ser tratadas como tales. Para ellos, soy nacionalista (español, claro). Les comenté mi gusto por UPyD, el nuevo partido de Rosa Díez y, creo que en sus adentros me llamaron conservador.

Ayer discutía con unos amigos qué aspectos de la Constitución cambiaríamos. Propuse eliminar las autonomías, suprimir cualquier beneficio a cualquier confesión religiosa, eliminar la pena de muerte, tachar el párrafo que erige al ejército en garante de la unidad nacional, permitir el estudio de todas las lenguas del España en cualquier punto del país, cambar la monarquía por república...

Después hablamos de la invasión de Irak y los vuelos hacia Guantánamo y propuse juzgar al cuarteto de las Azores (no hay que olvidar a Durao Barroso, anfitrión fantasma), así como a los altos cargos de as administraciones Aznar y Zapatero, para esclarecer si conocían que Estados Unidos sobrevolaba o aterrizaba en España con personas secuestradas a bordo. Me tacharon de anarquista.

No entiendo nada.

Cita semanal

El verdadero aficionado a los libros sabe que el placer concluye con su adquisición; mejor dicho, que la delicia suprema consiste en tener el libro a nuestro alcance, en saber que es posible leer en él... y luego no leerlo.
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Soltando lastre

Definitivamente, no soy un "homo digitalis". Por mucho que lo intente, no acaban de gustarme las redes sociales, el microblogging y todas esas historias que tan de moda están ahora. Simplemente, no les veo la utilidad. Habrá quien sí lo haga. Mejor para ellos.

Internet es un reflejo del mundo, y, como en él, no todo es interesante, útil o inteligente. Hay gente estúpida, hay inventos inútiles, hay miles de formas de perder el tiempo. También hay información, posibilidad de comunicar tus pensamientos, datos imposibles de encontrar por otros medios.

Mis pilares en la web son los periódicos, los blogs (es decir, la información en general), las tiendas online y la posibilidad de bajar música y series. A partir de ahora me centraré en ellos.

He perdido demasiado tiempo. Tiempo robado a la lectura, a la escritura, al sueño. La culpa no es de internet. Como toda tecnología, el uso depende de cada uno. Yo ya he elegido.

He borrado mi perfil de Facebook, he suprimido mi cuenta de Twitter. Me estoy quitando. Estoy mejor.

06 diciembre 2008

Constitución, para todo y para nada, por Javier Ortiz

La Constitución Española, de cuya aprobación en referéndum (salvo en Euskadi, donde triunfó la abstención) se cumplen hoy 30 años, viene a ser como el refranero castellano, que lo incluye todo y su contrario. Hay un refrán que sostiene: “A quien madruga Dios le ayuda”, pero hay otro que advierte: “No por mucho madrugar amanece más temprano”. Es como jugar a la ruleta y apostar a la vez al rojo y al negro.

Imposible no acertar.

Tenemos una Constitución que asegura que todos los ciudadanos españoles son iguales en derechos y deberes, pero luego, con el mismo aplomo, establece que el rey puede dedicarse a lo que le pete, sea con Prado y Colón de Carvajal o con los monarcas de Arabia Saudita, porque carece de responsabilidad penal.

Es un ejemplo. Otro: la Constitución enfatiza que la soberanía reside en el pueblo y sólo en el pueblo, pero a continuación encarga a las Fuerzas Armadas la salvaguarda de valores tan vaporosos como la unidad y la independencia de la nación, sin fijar a quién corresponde decidir si corren o no peligro.

¿Más ejemplos? Sostiene que el voto de todos los españoles vale lo mismo, y acto seguido avala una Ley Electoral que hace que el voto depositado en provincias muy poco pobladas tenga cuatro veces más peso que el emitido en las grandes urbes.

¿Es usted federalista? La Constitución le aporta un montón de argumentos. ¿Es centralista? Lo mismo.

Tampoco es tontería la cantidad de derechos que reconoce y deja en el limbo: vivienda digna, trabajo… Cuando llegan las inmobiliarias, y los bancos, y los contratos precarios, y el paro, ¿para qué sirve la Constitución? ¿Es comestible, por lo menos?

La Constitución sirve para todo y para nada.
Público, 6-12-2008

05 diciembre 2008

El mundo se cae a pedazos

La agencia EFE envía a un listado de los principales atentados en 2008. Cita la fecha y el lugar; los muertos y los heridos; también las circunstancias del ataque.

Sumo los muertos y me da un cifra: 2872. Me parece que se queda corta. Estoy seguro de que son más. Los heridos, ni los cuento.

La mayoría se han producido en el mundo musulmán. Encabezan la lista Irak, Afganistán y Pakistán. Pero también México, Rusia o India ha sufrido el azote terrorista.

Estos son algunos de los atentados más salvajes.

1 febrero. Dos mujeres suicidas, una de ellas discapacitada, causan 98 muertos en sendos atentados contra dos mercados de animales domésticos en Bagdad (Irak).

17 febrero. Más de 100 muertos en atentado suicida en Kandahar (Afganistán), el más sangriento desde la caída de los talibanes.

20 septiembre. Un atentado suicida con coche-bomba causa 53 muertos (cuatro extranjeros, entre ellos el embajador checo) y 266 heridos en el Hotel Marriott de Islamabad (Pakistán).

30 octubre. 83 muertos y 360 heridos en una serie de explosiones en varias ciudades del estado de Assam (India).

26-29 noviembre. Diez terroristas del grupo islamista Tashkar-e-Toiba realiza varios ataques en diferentes lugares de la ciudad de Bombay (India) en los que se producen 188 muertos y 323 heridos. Las fuerzas de seguridad acaban con la resistencia tres días después.


Qué asco.

03 diciembre 2008

Vergüenza de políticos

Todos mienten. Del primero al último. Aznar, Zapatero, Rajoy, Chacón, Alonso. Debería caérseles la cara de vergüenza. Deberían dimitir. Todos. Hoy.

¿Cómo pueden decir que no sabían nada de los vuelos que iban a Guantánamo? ¿Quiénes se creen que son? ¿Meros funcionarios, asalariados, personas sin aceso a dcumentos oficiales? A su disposicón hay decenas de personas con información lista para dejar en su mesa. Una llamada es suficiente. ¿En serio quieren hacernos creer que se enteraron por la prensa?

Y aunque no lo supiesen, aunque de verdad no tuviesen ni idea de que por España pasaban aviones con personas secuestradas a bordo, aunque pensasen que los artículos de El País eran pura invención, quizá los miembros del actual gobierno debieran haberse dicho "Vamos a echar un ojo a esto, no vaya a ser que tengan razón".

Si no lo hicieron por pura desidia, fueron unos incompetenes. Si no lo hicieron porque ya sabían todo lo que haciá falta saber, son unos cínicos e hipócritas (por no llamarles algo peor).

En cualquier caso, deben abandonar su cargo de inmediato. Pero, ya se sabe, en España no dimite ni Dios.

Aznar aceptó los vuelos porque le interesaba, porque se lo pidió su amigo Bush o por cualquier otra bellaquería. La pregunta es, ¿por qué los aceptó Zapatero?

No sé quién es peor.

Hoy, el PP admite de forma implícita los vuelos al decir que durante el gobierno de Zapatero se ha producido un mayor número. Piden una comparecencia en el Congreso para "que se sepa la verdad" (¿de qué me suena esa frase?). Y Rajoy, cómo no, se niega a preguntar a Aznar.

Por su parte, el gobierno actual insiste una y otra vez en que no sabía nada.

¿Qué hemos hecho los ciudadanos para que nos mientan tato? ¿No aprendieron nada del 11M?

Y Piqué calla. Creo que es el único con algo de dignidad en esto. Si todos etaban enterados, si todos son culpables en mayor o menor grado, lo menos que pueden hacer es callar, agachar la cabeza y esperar la sentencia.

01 diciembre 2008

Laboa

Ha muerto Mikel Laboa, uno de los históricos de la canción en euskera. Mucha gente conoce su canción Txoria txori, versionada en múltiples ocasiones.

Para demasiada gente, el euskera es una lengua fea, tosca y desagradable. Me temo que está asociada a terrorismo, dolor y muerte (del mismo modo que muchos asocian el alemán con el nazismo). Mikel Laboa nos recuerda que todas las lenguas sirven para insultar o cantar bellas cancions.

Uno de sus últimos discos, Xoriek - 17, incluye temas como Ne me quitte pas o una version musicada del pema de Bertolt Brecht, Preguntas de un obrero ante un libro. Una pequeña joya.


28 noviembre 2008

La rabia me hizo vomitar la guerra de mi interior, por Victor Amela y Arkadi Babchenko

Tengo 31 años. Nací y vivo en Moscú. Soy corresponsal de guerra para la revista Novaia Gazeta. Estoy casado, tengo cuatro hijas, tres de ellas adoptadas. Soy demócrata y antifascista, antimilitarista y pacifista. ¿Dios? Soy ateo y fatalista. ¿Hacia dónde va Rusia? Ni idea...

¿Ha visto morir a mucha gente?

Yo he visto centenares de muertos, carretadas de muertos, camionadas de muertos, aviones rebosantes de muertos. He volado en un avión embutido de cadáveres y de heridos: los únicos indemnes allí éramos el avión y yo.

¿Cómo fue eso?

Retornaba como soldado de la primera guerra chechena, a la que me había enviado mi país con 19 años. Volaba hacia Moscú en un avión militar, de vuelta a casa.

Estaría contento.

Evocaba al montón de colegas que había visto morir. Llegué a casa y en la tele vi un reportaje sobre un rutilante club nocturno de Moscú en el que se lo pasaban en grande gastando dinero en cócteles, cantantes glamurosos... Algo se rompió dentro de mí.

¿El qué?

Mi vínculo con Moscú. ¡Sentí que mi país me traicionaba! ¿Cómo podían divertirse así a dos horas de la masacre de tantos chicos moscovitas, tantas mujeres y niños? ¡Les daba igual! No pude soportarlo. Moscú dejó de existir. Regresé a Chechenia.

¿Voluntario?

Era algo visceral, no podía no ir: me enrolé.

¿Qué es la guerra para usted?

La vida en condiciones extremas.

¿Y la de Chechenia?

La que llena mis pesadillas. Todas las noches emerge en mis sueños, ¡todas!

¿Ha necesitado terapia psicológica?

La necesitaría cada diez minutos. Supongo que escribir lo que viví es mi autoterapia.

Y habrá vivencias que no se olvidan.

Ver desangrarse, degollado, a un amigo... Llegar a una aldea y ver a soldados rusos, chicos como tú, crucificados y castrados...

Buf.

En venganza, el comandante de mi batallón y un soldado castraron a cuchillo a todos los hombres chechenos que pillaron por allí.

Escriba, escriba...

Encontré a un compañero con la tripa abierta, estrangulado con sus propios intestinos, bajo la pintada "Alá es grande" hecha con su sangre por los guerrilleros chechenos.

Escriba...

Una mujer chechena llegó hasta nuestro campamento, buscando a su hijo desaparecido... La dejamos metida en un zindán...

¿Qué es un zindán?

Un agujero en la tierra del que no puedes salir. La mujer había visto nuestra posición.

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Escriba...

También los chechenos los usan. Y soldados rusos acaban ahí por castigos arbitrarios: la brutalidad es la ley en nuestras filas.

¿La ha padecido usted?

¡He temido más a los míos que al enemigo! Tratado como ganado, al llegar recibí más golpes y palizas de las que puedo contar. Lo aprendes: también yo luego pegué a otros.

Perdone si abuso de sus recuerdos...

Recuerdo a una mujer rusa guapísima, de unos 35 años: nos suplicó a cinco soldados que la acompañásemos a la montaña a rescatar a su hijita de 12 años, secuestrada la noche anterior por un grupo checheno. Nos negamos, era una locura. Y se fue ella sola...

Se emociona...

Ehhh... ¿Qué sería de ella...?

¿Qué cree usted?

Como tantas madres de soldados rusos, que desesperadas llegaban con una foto de su hijo en la mano, buscándolo: los chechenos las secuestraban, violaban, asesinaban. ¡O morían bajo nuestro fuego, por confusión!

¿Ha matado usted?

Cuando los chechenos nos mataban, quería matarlos. Disparaba. No creo que acertase.

¿Cuándo temió más por su vida?

El pánico es tan constante... que dejas de sentirlo, todo llega a ser indiferente.

¿Cuándo empezó a escribir todo esto?

Al retorno de la segunda guerra, en el año 2000, vi en la tele otra cosa: un reportaje maquillado sobre la guerra, mera propaganda. La rabia me puso a escribir sobre mi guerra... ¡He vomitado la guerra de mi interior!

¿Qué ha contado?

El salvajismo, el trato a hostias de los oficiales a sus soldados, las torturas, tanta irracionalidad, tanta ineptitud, tanta corrupción...

¿Qué tipo de corrupción?

Robo de material bélico para venderlo en el mercado negro y forrarse. ¡Tanquetas incluidas! Un coronel borracho mató a un soldado en Moscú con una metralleta... que había robado en Chechenia. ¡Y este tío tenía en casa todo un arsenal, para venderlo!

Se le caería el pelo...

Qué va, hombre... Allí, si eres oficial, con algún contactillo en el FSB (el ex KGB), tú tranquilo. Ni le han privado de su cargo.

Escribiendo estas cosas, ¿no teme por su vida, Babchenko?

Los que mandan están tan estratosféricamente alejados de todo, que les da igual lo que escribas. Sólo si tocase el bolsillo de algún alto cargo... Pero ya todo el mundo en Rusia sabe lo que hay: no descubriría nada.

¿Cómo reaccionan sus compatriotas a sus escritos sobre Chechenia?

Entre los soldados que estuvimos en Chechenia hay dos grupos: "¡Ánimo,Arkan, cuenta toda la verdad!", dicen unos. "Este hijo de puta de Babchenko se cubre de mierda él y a todos nosotros", dicen otros...

¿Y cómo está ahora Chechenia?

No sé, hace ya cinco años que no voy por allí. Supongo que han matado ya a todos los que tenían que matar.


Babchenko es un chicarrón de ojos y temple frío tras los que se agazapa una fina sensibilidad para captar situaciones, registrar detalles, memorizar trances y estados de ánimo. Si la estabilidad de su sistema nervioso le salvó la vida en Chechenia, su memoria ha macerado vivencias destiladas en La guerra más cruel (Galaxia Gutenberg/ Círculo de Lectores), vívido mosaico de estampas de las guerras chechenas. Vomitarlas le limpia por dentro y le salva la vida. Escribe en la misma revista en que lo hacía su admirada colega Anna Politkovskaya, asesinada por contar verdades. Y Babchenko se declara pacifista, "tan pacifista que por la paz... yo sería capaz de arrancarle la cabeza a cualquiera".



Entrevista de Víctor Amela a Arkadi Babchenko, ex soldado en las dos guerras de Chechenia en La Contra, 28-11-2008.

Marsé

Hacía tiempo que no me alegraba de un premio Cervantes (reviso la lista de premiados y el último que realmente me gusta es del año 1986 y por entonces, yo aún no leía mucho; así que, sencillamente, éste es el primer año que me gusta el Cervantes). Y eso que hasta hace 13 horas no había leído nada del ganador.

Pero Marsé me cae bien. Así de simple. Me parece un hombre honrado, serio, digno, coherente. Tien cara de viejo bruto y borrachín, pero escribe los diálogos más vivos que haya leído en mucho tiempo. Creía que era un mero cronista de la España de poguerra. Pero resulta que demás, tiene imaginación y sabe de técnica narrativa (algo infrecuente en muchos escritores, que no pasan del sujeto-verbo-predicado-punto).


A la espera de terminar Rabos de lagartija y escribir una reseñita, aquí va un vídeo editado por la editorial Candaya.




24 noviembre 2008

Viva Goytisolo

Nada más empezar la jornada laboral, una alegría. Mi querido Juan Goytisolo ha ganado el Premio Nacional de las letras. Aunque su última novela no valga el papel en el que está escrita, aunque se le haya subido su "marginación" y su "extranjeridad" a la cabeza, sigue siendo uno de los más grandes.

Un buen momento para revisitarlo.


Actualización 22'30:

Transcribo un texto que escribí sobre Goytisolo en febrero de 2007.

Juan Goytisolo ya no escribe. Al menos ficción. Su última novela, Telón de boca, data del 2003. Quien la leyese percibía un olor a despedida. El escritor estaba cansado, Monique su compañera de tantos años, había muerto recientemente; sólo le quedaba esperar el fin. Ahora aparece de cuando en cuando en El País, firmando artículos de opinión, como siempre, apocalípticos.

Pero hubo un Juan Goytisolo anterior, un escritor sin miedo al poder o al stablishment literario. Un autor que siempre fue por libre, escribiendo lo que no se debía escribir y de una forma nunca antes (ni después) vista por estos lares. Ése es el Juan que pasará a la historia de la literatura.

Una brevísima biografía de Juan Goytisolo señalaría que nace en Barcelona la víspera de reyes de 1931; que tiene por hermanos a Luis y José Agustín, ambos dedicados a la literatura; que se instaló en París a mediados de los cincuenta y trabajó en la editorial Gallimard, donde conoció a Monique Lange, su esposa y compañera durante 40 años; que conoció el éxito en el extranjero mucho antes que en España, donde aún es recibido con reticencia; que es homosexual y que vive en Marrakech.

Pero, como toda biografía, no es más que un resumen lleno de lagunas. La mejor forma de conocer a Juan Goytisolo es leer sus libros. En ellos vuelca con furia toda su vida, sus sentimientos, opiniones ante todo. Juan Goytisolo es un hombre tímido, prefiere la soledad elegida a las multitudes y conferencias, pero ante el papel se desnuda con una dignidad y una absoluta falta de vergüenza pasmosa.

Se inició, como era norma en la época, en el realismo social. En sus novelas y relatos presentaba una España triste y gris en la que sus protagonistas eran soldados desganados, borrachos y obreros. Pero éstas son unas obras que conviene olvidar, no tienen hoy ningún valor literario. "Mi escritura adulta -dirá- empieza con el último capítulo de Señas de identidad".

Esta novela inició el camino a seguir. Nacía un nuevo Juan Goytisolo, un escritor que rompía con su pasado de enfant terrible y símbolo de la literatura de protesta, símbolo creado por la cultura francesa. Un escritor que daba la espalda a su familia: a su padre moribundo, a sus hermanos, que podían competir con él, a su hermana, que no tenía ninguna importancia en su vida. Juan Goytisolo abandona definitivamente España y se traslada a París. Allí asumirá plenamente su sexualidad y aprenderá a liberarse de muchos corsés de la literatura de la mano del iconoclasta Jean Genet.

No es lugar éste para glosar todas sus novelas y ensayos. Bastará decir que en ellas arremete contra todo y contra todos. El franquismo, el Opus Dei, la política de inmigración europea, la guerra de Yugoslavia, los propios escritores. Señas de identidad es un punto de partida que le lleva a destruir paulatinamente el lenguaje, hasta hacerlo casi ininteligible, (algo similar al trabajo de Joyce en su Ulises o en su Finnegans wake). Tras Makbara, Goytisolo se centra más en la estructura que en el lenguaje: sus textos son más sencillos de leer a primera vista, pero en conjunto poseen mayor complejidad. Vista en conjunto, su primera etapa puede definirse de "destructiva" y los años posteriores como "constructivos". En palabras del escritor, su obra es "una construcción a partir de una destrucción".

Sus últimas décadas están íntimamente relacionadas con el mundo islámico. En el barrio parisino del Sentier aprende turco de la mano de un grupo de exiliados; conocerá más tarde la tradición literaria del Islam y se convierte en su defensor. Gracias a su apoyo, la plaza Xemaa el Fna, un espacio de convivencia e intercambio de tradiciones orales en Marrakech, se convierte en Patrimonio Oral de la Humanidad.

Pero todo esto no se logra sin dejar cadáveres por el camino. La relación con s hermano Luis es casi nula, de aquellos activistas políticos que frecuentaba en los sesenta no quiere saber nada; volvió la espalda a muchos de aquellos con quienes se relacionó. Siempre fue un experto en convertir a sus amigos en enemigos y en mantener el rencor (o la envidia) que muchos le tenían.

Hoy es un hombre solitario. Continúa viviendo en Marruecos, sin Monique pero con la compañía de un par de muchachos que adoptó. Ha declarado públicamente el fin de su relación con la ficción, se dedica a releer a Cervantes, Tolstoi o Las mil y una noches. Ya no espera nada, si acaso la muerte.


Un escritor en una guerra

Durante el cerco de Sarajevo, Juan Goytisolo fue el único intelectual europeo que se trasladó a la ciudad. Aguantó allí varios meses, testigo de las muertes que los bombardeos de la OTAN causaban. Junto con el fotógrafo aragonés Gervasio Sánchez escribió un libro en el que reflejaba la situación. Como única forma de escapar al horror, montó junto con Susan Sontag la obra Esperando a Godot, interpretada por actores no profesionales del lugar.


La carta más difícil

Cuando asumió plenamente su sexualidad, Juan Goytisolo llevaba varios años viviendo con Monique. La única forma de revelar su secreto era hacerlo por escrito. Así que le envió un laga carta a Moscú, donde ella estaba de viaje con su hija, en la que explicaba toda la situación y le repetía su amor incondicional; si no quería continua con él, lo entendería. La respuesta de Monique tardó unos días en llegar, pero fue positiva. Pocos meses después contraían matrimonio.

23 noviembre 2008

Todos los cuentos

La de ayer en Babelia es como la cuarta o quinta vez que leo sobre Storytelling, un ensayo que pretende demostrar, cómo los relatos han suplantado al análisis, simplificándolo todo y distorsionando la verdad.

Dice la editorial en la página web:

Christian Salmon desvela cómo una buena historia es la nueva arma de distracción masiva que los políticos utilizan para vender sus mensajes al público. Un libro de cabecera para entender cómo se construye la imagen de la actualidad: la narración como una manera de simular, convencer y movilizar a la opinión pública.

Desde hace unos años, el arte de contar historias se ha convertido en el arte de la manipulación. Comunicación política, construcción de imaginarios, mentiras sofisticadas, el storytelling resulta mucho más eficaz que la propaganda porque no pretende modificar las convicciones de la gente, sino que busca hacerla partícipe de una historia apasionante, de una gran novela. Apunta a la credulidad. Hemos pasado así —como afirma el autor— de la opinión pública a la emoción pública. Lo importante —continúa el autor— ya no es el debate de ideas, sino la regulación de las emociones.

Storytelling es en sí el arte de contar historias con un fin comercial, político, moral, religioso. Un arte peligroso que en manos de los gurús del capitalismo se ha convertido en un arma nuclear de comunicación.

Comparto la tesis fundamental: los políticos y los medios nos manipula con historias. Pero olvida algo importante: la narración es la base del conocimiento humano, de la civilización.

En el principio de los tiempos, el mito -luego transformado en religión y en verdad indiscutible- explicaba el origen del mundo y sus leyes fundamentales. Hoy, al parecer cansados de datos, de razón, de análisis de comparaciones, las historias han vuelto. No con la misma fuerza, es cierto, pero está aquí. El relato como símbolo, como esencia, como ejemplo. La anciana votante de Obama, la niña de Rajoy, las noticias que comienzan, “Luis García tiene 60 años y ha sido despedido de su empresa...”.

Las narraciones ayudan a entender. Ayudan a estar en el mundo. Los chistes, anécdotas, leyendas urbanas, ¿qué son si no relatos? Y estos pueden usarse para muy diferentes fines.

Leyendo sobre Storyteling, recordé este poma de León Felipe. En unos pocos versos dice lo mismo que el autor en 300 páginas.

Yo no sé muchas cosas, es verdad.
Digo tan sólo lo que he visto.

Y he visto:

Que la cuna del hombre la mecen con cuentos,
que los gritos de angustia del hombre los ahogan
con cuentos,
que el llanto del hombre lo taponan con cuentos,
que los huesos del hombre los entierran con cuentos,
y que el miedo del hombre…
ha inventado todos los cuentos.

Yo no sé muchas cosas, es verdad,
pero me han dormido con todos los cuentos…

Y sé todos los cuentos.

20 noviembre 2008

Sangre nórdica

Supe de esta película, como he sabido de otros libros y discos, a través del diario argentino Página 12. Era un artículo dedicado a los vampiros en la cultura actual. Hablaba de Crepúsculo, de Anne Rice, de True blood... y de Let the right one in.

Una vez más, Página 12 acertó.

Let the right one in no es una película de vampiros al uso. Tal y como marca la última tendencia, el chupasangres no es el malo de la película (los tiempos de Christopher Lee y Bela pasaron a mejor vida) pero tampoco es un ser atractivo y seductor, como LugosiLestat o Louis, en Entrevista con el vampiro. Ni siquiera es dulce e inocente, como la saga El pequeño vampiro hizo creer a millones de niños.

Eli, la vampiresa, es una eterna niña de 12 años sucia y desarrapada. mata para comer, y lo hace sin pudor, sin delicadeza ni elegancia. nunca la sangre en os labios de un vampiro me ha parecido tan real como en esta película. Lo que Eli hace es, da igual como lo miremos, un asesinato. Uno tras otro.



Al comienzo de la película inicia una tímida amistad con Oskar, otro niño de 12 años, (éste, humano). Oskar teme a los vampiros, pero a los de verdad. A los que chupan la sangre mediante palizas, mediante burlas e intimidaciones a la salida del colegio; a los que arrebatan la vida violación tras violación, aunque su cara sea afable y familiar; a los que ahogan a gritos y rutinas. Los malos no siempre tienen colmillos.

Pero no puede hacer nada. Al menos, no él solo. Gracias a los ánimos y consejos de Eli, se enfrentará a tus asesinos potenciales. Y gracias a Eli, salvará su vida.

El paisaje es parte indispensable de la película. Estamos en Suecia en los años 70. hace frío, nieva, oscurece pronto. La gente va siempre abrigada. Son tristes, sucios, desagradables. Muy lejanos e la elegancia d nuestra imaginación. Una sociedad que no se preocupa de sus miembros; sus habitantes se encierran en sus casas, no quieren tener más relaciones que las indispensables, y aun éstas son frías y, en cierto modo, falsas. Quizá sea el clima, como muchas veces se ha dicho. Quizá no sea casualidad que el único adulto que se interesa por Oskar sea un exiliado cubano.

Al final de la película uno se siente más solo que antes, y piensa que igual el paraíso nórdico no es tal. Y desea, por unos momentos, que existan los vampiros. Y que sean como Eli.

19 noviembre 2008

Al abordaje

En el fondo, no son culpables. En última instancia se ven obligados por las situación de su país. En el fondo.

Los piratas somalíes son estos días portada de todos los medios de comunicación, debido al secuestro del Sirius Star, un superpetrolero que transportaba dos millones de barriles de petróleo a Estados Unidos. Con éste ya van 39 secuestros en 2008, entre ellos el de un barco español, el Playa de Bakio. Todos se han solucionado mediante el pago de rescates, más o menos reconocidos.

Es conveniente ir más allá de la pura noticia.

Hoy día los piratas ya no son españoles ni ingleses: pertenecen a naciones del Tercer Mundo. Indonesia, Malasia y, en especial, Somalia ocupan los primeros puestos en piratería. Somalia es un estado fallido, una tierra sin ley. El gobierno apenas es capaz de controlar la capital, los señores de la guerra campan a sus anchas y las milicias islamistas ganan terreno día a día (su última atrocidad fue lapidar a una niña de 14 años). En estas condiciones, la piratería es un lucrativo negocio. Frente a los niños famélicos, las mujeres secas y los campos yermos, los piratas viajan en coche, tienen teléfono móvil y viven en casas. Todo, gracias a los 20 millones de euros que este año han cobrado en rescates.

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Los piratas no son, al fin y al cabo, antiguos pescadores que han cambiado las redes por metralletas. El hambre apura. ¿Será muy osado compara a estos piratas con Robin Hood, que robaba a los ricos para dárselo a los pobres?

La solución, según el ministro de Interior somalí, es dejar de pagar recates. Se equivoca. La solución es mucho mas compleja, casi imposible. Lo que hay que hacer es intentar que Somalia no sea un infierno, que se convierta, de verdad, en un Estado. Hay que crear un gobierno fuerte, hay que acabar con las milicias islamistas; hay que conseguir que la esperanza de vida sobrepase los 47 años, que la tasa de mortalidad infantil no sea de 100 cada 1000 (en España es de 4 cada 1000); que los analfabetos no sean 7 de cada 10 habitantes. También , por supuesto, hay que abastecer de comida a los somalíes, hay que proporcionarles una sanidad digna, un techo. Hay mucho por hacer. No toda la culpa es del gobierno ni de las milicias, pero son parte del problema.

Hasta que Somalia, y otros países, no prosperen, habrá piratas. A Occidente le interesa una Somalia desarrollada. Aunque sea por puro egoísmo.