29 noviembre 2007

Un Cervantes más

Hubiera querido escribir este post mostrando mi alegría por la concesión del Premio Cervantes a un escritor admirado o apreciado. No va a ser posible.

Apenas sé nada de Juan Gelman. Hasta hace apenas unos minutos, sólo podría haber dicho su nacionalidad –argentino– y su actividad principal –poeta–. Ahora sé que sufrió mucho durante la dictadura argentina y que leyó Humillados y ofendidos a los 8 años (y, claro, Dostoyevski le provocó fiebre durante varios días). Y también descubro que tiene un blog en el que escribe con asiduidad (quizá sus reflexiones en prosa me agraden más; cuando tenga más tiempo lo leeré con detenimiento)

gelman

He leído un par de poemas suyos, y no me han gustado. Qué se va a hacer. Lo mío no es la poesía (sólo aprecio la que leí en mis años de estudiante y entonces lo más actual era Gabriel Celaya).

La verdad, hubiera preferido que ganase otro de los favoritos: Mario Benedetti (algunos de sus poemas, ahora que lo pienso, sí que me gustan; pero fueronsus cuentos y sus novelas los que me engancharon), García Márquez (¿será que después del Nobel no se puede recibir ningún otro premio?) o mis queridos hermanos Goytisolo (me da igual cuál, Juan primero y después Luis, o viceversa: se lo merecen).

Otro año será.

Ahora me voy a Portadores de sueños a escuchar a Vila-Matas, futuro premio Cervantes, pongamos hacia el año 2020.

27 noviembre 2007

Hasta que el cuerpo aguante

Bruce Springsteen está mayor: es un hecho. Pero aún más lo están los miembros de la E Street Band. Es una pena. La que fuera la máquina más precisa y potente del rock empieza a convertirse en leyenda. Atrás quedan los conciertos de 3 horas, los saltos en el escenario, las bromas, el fervor del público ondeando los brazos al son de Born to run. Ahora –pero no es poco– la banda consigue mantenerse en pie durante dos horas y cuarto; apenas se hacen gestos entre ellos, no los necesitan; y han cambiado fuerza por perfección.

Esta era la gira de presentación de Magic, el último album de la banda, elogiado hasta el hastío. Y elogiado en exceso, porque si en una primera escucha parece que el Boss ha resucitado de sus cenizas y olvidado sus veleidades folk (por otra parte muy notables, ahí está We shall overcome para probarlo), regalando una buena dosis de rock and roll, con el tiempo se descubre que éste quizá sea su peor disco desde Human touch. Por lo general, las canciones de Springsteen suenan mejor en directo que en estudio; no es el caso en Magic. Así, los momentos más flojos del especáculo fueron aquellos en los que la banda interpretaba temas de este nuevo disco (a pesar de la buena recepción del público).

Boss

Porque las 15 mil personas que llenaban el Palacio de los Deportes de Madrid, eso sí, estaban encantadas. Desde los primeros acordes no pararon de saltar, cantar y gritar. Y consiguieron, pancarta mediante, que sonase uno de los himnos de Springsteen, Thunder road, poco frecuente en esta gira (de hecho, la noche siguiente no la tocó en Bilbao).

Lo mejor de concierto, sin duda alguna, fueron los temas “oscuros”, como Candy's room (en la que la batería era una verdadera metralleta), Darkness on the edge of town (quizá la canción donde la voz de Springsteen estuvo más inspirada), Reason to believe (reconvertida en un magnífico blues distorsionado) y, por supuesto, la eterna Badlands (momento que el público eligió para entregarse al cien por cien). En cambio, canciones que en el año 2003 sonaban con fuerza como The rising o Lonesome day (recuerdo la vibración del suelo del Palau Sant Jordi) aquí estaban simplemente correctas, sin energía.

Lo mismo sucedió en los bises. Springsteen y su banda interpretaron 3 de la joyas de la corona (faltó Born in the USA, pero hace ya 4 años que no la toca) y el público lo agradeció cantando cada verso y moviendo los brazos como siempre ha hecho, pero no era lo mismo. El final del concierto de Barcelona en octubre de 2002 o el de Gijón en 2003 fueron mucho más emotivos que el del domingo.

Boss 2

La causa no puede recaer sólo en el Boss, pues en la gira anterior demostró una energía y una imaginación difíciles de igualar después de 35 años en la carretera. Pero entonces le acompañaban otros músicos, la Seeger Sessions Band, bastante más jóvenes. Por mucho cariño que tengamos a Clarence Clemmons o Steve van Zandt, lo cierto es que su mejor momento ya pasó (sobre todo para Clarence, visiblemente desmejorado). Los únicos que aún mantienen el tipo son Max Weinberg, batería, y Roy Bittan, piano.

De todas formas, hay que recordar que la primera parte de la gira siempre es más floja. Springsteen está más pendiente de vender las nuevas canciones que de disfrutar de la música. Seguro que el concierto del Nou Camp el próximo 19 de julio será muy distinto.

26 noviembre 2007

Estos europeos tiquismiquis

Caso 1

El alcalde de Roma ha destituido al comandante de la policía municipal, Giovanni Catanzaro, tras ser cogido in fraganti cuando utilizaba para aparcar su coche un permiso de estacionamiento para minusválidos que estaba caducado y pertenecía a una anciana que lo había perdido.

Catanzaro se ha defendido diciendo que el permiso encontrado en el salpicadero de su coche había sido colocado allí "por error" por su compañera sentimental y que corresponde a la anciana madre de ésta. El ya ex jefe de los municipales romanos ha asegurado que su pareja lo dejó en su vehículo para llevar al centro a su madre y a él se le olvidó quitarlo. "Es verdad que soy el comandante de la policía municipal y que no debo cometer irregularidades, pero estoy pagando un precio exageradamente caro respecto a lo que he hecho", ha manifestado.

El grupo de mayoría de centroizquierda del Ayuntamiento de Roma ha condenado la actuación de Catanzaro y ha indicado que destituirlo "es lo único que se puede hacer para devolver la confianza a los ciudadanos ofendidos y turbados y para garantizar serenidad al cuerpo, injustamente perjudicado por la actuación de su máximo representante".

La oposición conservadora ha comentado que la decisión del alcalde es "un acto necesario", ya que "el que debe hacer respetar las reglas, no puede ser responsable de su incumplimiento".



Caso 2


Entrevista a Pedro Ortiz, ex concejal del PP de Cultura

Cuando llegué [a la Junta de Distrito de Salamanca en 1989] ya me encontré con tramas organizadas. Igual que el Guateque. He visto corrupción que podía demostrar y otra que no. La que pude demostrar está en los papeles. Un día llegó una señora y me dijo que un sargento de la Policía Municipal le pedía 18.000 pesetas por la obra de su casa. Bajé al cajero, saqué el dinero y me fui con ella. Estuve en un cuarto de la casa y llegó el policía y le pidió el dinero. La señora se envalentonó, le gritó y le dijo que ya lo sabía el concejal y el otro se fue corriendo.

¿Y qué hizo luego?
Tuve que presionar para que se le sancionara por el procedimiento interno y al cabo de dos años lo expedientaron. Llevaba haciendo eso 10 años. Triplicaba su sueldo con las comisiones. La sentencia fue de 15 días de suspensión de empleo y sueldo. Desmoralizador.

¿Cómo pedían el dinero a los empresarios?
Alguien llegaba a la Junta y pedía una licencia. El técnico le decía que era muy difícil, pero por la noche le llamaba otro y le decía que había oído la conversación: "La verdad es que es complicado, pero se puede hacer", le decía al empresario. Luego le pedían dinero.

¿Jamás quisieron comprarle?
Me hicieron dos ofertas para corromperme. Lo primero que les dije fue: ¿Me la dan por escrito? Luego no volví a tener más. Pero yo era un concejal de distrito, manejaba poco. Cuando he salido me he enterado de muchas cosas. Alcaldes de municipios madrileños que cobraban.

23 noviembre 2007

El octavo arte

Contar historias. Es lo que el ser humano lleva haciendo miles de años. En el principio, al poco de nacer el lenguaje, quizá fuera una madre que hablaba a su hijo, muerto de miedo en la caverna; o un hombre con una herida el el brazo, que relataba a su tribu cómo había cazado al animal que en ese momento devoraban. Seguramente entonces nació la ficción. El hombre no se limita a decir lo que pasó, inventa. Aguno de estos relatos crece y crece en detalles y acontecimientos que nunca existieron (a pincipio habría sólo un león, desués ya serían tres) y toman poso en la tribu. Después de muerto se siguen contando al calor del fuego, un modo (entonces) original y (siempre) terapéutico de acabar el día.

Mucho tiempo despúes, a principios del siglo XXI, la humanidad cree que comienza a cansarse de contar historias. Se habla de crisis de la novela, del teatro, la narración oral está muerta, la ópera petrificada. ¿Ha muerto el arte de contar historias? Para nada.


six feet under


Lo que sucede es que la palabra ha dejado paso a la imagen; el papel y la tinta a los píxeles; las bibliotecas y teatros a las pantallas de los ordenadores. Cambian los medios, pero seguimos necesitando la ficción. Sin ella, no podríamos vivir. ¿Hasta qué punto nos será necesaria que incluso las noticias, la información diaria que tiene como obligación ser veraz y precisa, se acercan cada vez más al etretenimiento, se maquillan y se narran, se narran, com si fueran relatos breves?

Shakespeare, Dickens, Homero, Tolstoi, HG Wells, Cervantes, todos se han mutado en guionistas y directores de series de televisión. “No es para tanto” dirán algunos; “hay series muy malas”. Sí, también hay miles de malos novelistas y autres de teatro. Al final, sobreviven unos pocos. Lo mismo que sucederá con las series de televisión.

Debemos empezar a pensar –y yo el primero– en la televisión no como un ente que abotorga los sentidos y pervierte a los jóvenes; sin como un instrumento a través del cual el artista puede crear. Con papel y tinta se escribieron las sentencias de la Inquisición, el Mein Kampf, o los infames y falsos Protocolos de los Sabios de Sión; también en papel se plasmaron las dudas y las decisiones de Hamlet, la lujuriosa soledad de Ana Ozores o el angustiosa tranformación de Gregor Samsa. Así, la pantalla de la televisión nos ha ofrecido entrevistas vergonzosas, reality shows degradantes, programas alienantes y ambaucadores; pero también, desde hace un tiempo, podemos disfrutar de la mejor ficción creada en lo que va de siglo.


sopranos


El estudio de la familia actual está perfectamente descrita en A dos metros bajo tierra. Las entrañas del poder y la toma de decisiones en Estados Unidos tienen su reflejo en El Ala Oeste de la Casablanca. El New York Times describió Los Soprano como la Gran novela Americana, ésa que ni Hemingway ni Scott fitzgerald ni Mailer consiguieron, pese a su intento, escribir. Quien quiera conocer el funcionamiento de los buenos programas de televisión sólo tiene que ver Studio 60.

Ninguna de estas obras de arte tiene nada que envidiar a muchas novelas.

Recordenos que no siempre la literatura ha sido considerada Arte; también al cine le costó un tiempo ser respetado; ahora las series de televisión comienzan a despuntar y preparan su carrera para ser coronadas el octavo arte.

21 noviembre 2007

Rusia, hoy

Los derechos humanos en Rusia según Amnistía Internacional:


TORTURA


Cualquier persona que sea puesta bajo custodia a fines de interrogatorio, incluso un niño, corre peligro de ser torturada o sometida a malos tratos. Por lo general los responsables no son castigados por sus crímenes.

Entre los métodos de tortura que más se han denunciado figuran palizas, descargas eléctricas, violación, uso de máscaras de gas para provocar asfixia, y sujeción de los detenidos en posturas dolorosas.

Los miembros de las minorías étnicas y los pobres son los que mayor riesgo corren.

En febrero del 2002, la Duma (el parlamento) votó en contra de reformar el Código Penal para incluir en él el delito específico de tortura.

Los jueces admiten a menudo como pruebas válidas las confesiones obtenidas bajo coacción y desestiman las alegaciones de tortura.

Hasta un millón de hombres, mujeres y niños se encuentran privados de libertad en las prisiones de la Federación Rusa. Las celdas están muy sucias y llenas de bichos, la luz y la ventilación son inadecuadas. Los presos reciben palizas y son sometidos a abusos de todo tipo por los guardias y los otros presos.


CHECHENIA


En 1991, la República Chechena declaró la independencia. Tres años más tarde, Rusia envió tropas a Chechenia. El conflicto armado duró dos años y se cobró miles de vidas. La capital chechena, Grozni, quedó terriblemente destruida.

En septiembre de 1999, las autoridades rusas enviaron de nuevo tropas a Chechenia. Este segundo conflicto armado de Chechenia no ha finalizado aún.

El conflicto de Chechenia se ha caracterizado por violaciones del derecho internacional humanitario y de los derechos humanos; desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales, violaciones y otras torturas son corrientes.

Unas 300.000 personas, en su mayoría mujeres y niños, han abandonado sus hogares huyendo de la guerra.

Las tropas rusas efectúan operaciones militares “de limpieza” acompañadas de abusos generalizados contra la población civil. Según los informes, durante ellas se ha secuestrado, torturado, violado y dado muerte tanto a hombres como a mujeres, e incluso a niños.

Las investigaciones de las denuncias relacionadas con ejecución extrajudicial, desapariciones forzadas, tortura y malos tratos son muy raras.


NIÑOS Y MUJERES


Según el Ministerio del Interior, a mediados del 2001 había más de 17.000 niños cumpliendo penas de prisión. La mayoría de los que están encarcelados proceden de familias pobres o estaban viviendo en la calle.

Amnistía Internacional conoce el caso de varios niños que han sido torturados o maltratados en los interrogatorios.

Los hombres que golpean o violan a sus esposas o cometen otros actos de violencia doméstica rara vez corren peligro de ser procesados en la Federación Rusa. La ley no reconoce la violencia doméstica como un delito específico.

A principios del año 2002 las autoridades rusas calculaban que unas 14.000 mujeres morían cada año a manos de sus esposos u otros familiares.


RACISMO



En agosto del 2001, seis solicitantes de asilo fueron atacados con bates de béisbol y bottellas rotas por una banda de «cabezas rapadas». En noviembre, un joven pasó a prisión preventiva en relación con el ataque; a mediados del 2002, los cargos habían sido reducidos a “vandalismo”; el joven fue puesto en libertad.

Los «criterios raciales» se han convertido en práctica sistemática de la policía cuando ésta escoge qué hogares registrar y a quién pedirle documentación.

Los ataques contra miembros de minorías étnicas perpetrados por bandas, como las de «cabezas rapadas», no se investigan con rapidez ni exhaustivamente. En varios casos, la policía se mostró reacia a clasificar los ataques como racistas.



Los medios de comunicación según Reporteros Sin Fronteras:



La libertad de prensa está seriamente amenazada. Desde la primera elección de Vladimir Putin para la presidencia de la Federación de Rusia, en marzo de 2000, han muerto veintún periodistas a causa de su actividad profesional. La inmensa mayoría de los casos no se han aclarado.

La información padece de falta de pluralismo, y muy especialmente en el terreno audiovisual. Los rusos que se informan ante todo por la televisión sólo cuentan con dos canales controlados por el Kremlin.

Gazprom, el conglomerado del gas extremadamente cercano al poder, se ha convertido en el primer grupo de prensa del país.

Chechenia es un auténtico agujero negro de la información. La muerte de Anna Politkovskaya agravó aún más la constatación, ya que era una de las pocas periodistas que cubría con regularidad el conflicto.




El próximo 2 de diciembre se celebran elecciones legislativas en esta Rusia. Vladimir Putin no puede presentarse a presidente de la Federación, por lo que quiere convertirse en primer ministro. Si hasta ahora el verdadero gobernante era el presidente, es de suponer que a partir de diciembre seré el primer ministro quien marque el pas.

La OSCE tenía previsto enviar 70 observadores internacionales a controlar la legalidad de los comicios. En 2003 Rusia permitió a entrada de 400. Debido a las “continuas restricciones impuestas por el gobierno de Rusia”, la OSCE no enviará ningún observador.

¿Alguien tiene dudas de quién será el próximo primer ministro de Rusia?

Mientras, Estados Unidos y Europa le hacen la cama a Putin. Si los dirigentes le recuerdan la situación de los derechos humnaos en el páis, Putin ataca: Europa patrocinamos cárceles secretas de la CIA, y Estados Unidos matiene abierto guantánamo. Según Putin, no somos quienes para darle lecciones. Y lo peor es que quiza tenga razón.

Qué vergüenza.

20 noviembre 2007

La lengua de Hitler (y de Goethe)

Camino de su muerte en un campo de concentración, un personaje de Vida y destino piensa, “La lengua de Goethe sonaba horrible en medio de la noche en las estacionnes rusas”.

Durante varios años estudié alemán, un idioma que adoro. Para mí es mucho más interesante que el inglés y, aquí viene las discusiones, suena mejor que el inmerecidamente afamado francés. Es más interesante que la lingua franca actual por el sencillo motivo de que el alemán es un idioma más complejo en su sintaxis y preciso en su léxico; si bien cuesta más aprenderlo, la satisfacción al pronunciar una frase o leer un texto es mayor que hacerlo en inglés.

Y la razón de que a mí me suene mejor que el francés es una simple cuestión de gustos (o de genes). Hay una teoría que viene a decir que, en temas de idiomas, hay gente “del sur” y gente “del norte” (seguramente existirán términos más científicos). Es decir, que hay quienes prefieren el francés, italiano o catalán (y tienen facilidad para aprenderlos), y quienes se decantan por el inglés y el alemán (y a veces el ruso). Esto es muy faci lde comprobar en cualquier Escuela de Idiomas. Yo soy “del norte”.

Fuera del campo de los interesados en las lenguas extranjeras (es decir, el grueso de la población), existe la impresión de que el alemán es un idioma feo y rudo. Los comentarios usuales son del tipo “parece que están insultando”, “las palabras son como gritos y órdenes”.

Siempre he pensado que la culpa de esta impresión, para mí erróna, la tiene el nazismo (y, en menor medida, Hollywood). A un nivel superficial, la asocación “aemán” y “Hitler” es inmediata; pocos piensan que es la lengua de Goethe, de Günter Grass, de Wagner o Beethoven. La secuencia ilógica es: el alemán era la lengua que hablaban los nazis; los nazis insultaban y daban órdenes; el alemán sirve, primordialmente para insultar y dar órdenes; y a eso suena.

Por supuesto, pocas personas han escuchado hablar a un nazi de verdad, si acaso algún breve fragmento de un discurso de Hitler. La mayoría escuchamos hablar alemán por primera vez en una película sobre la II Guerra Mundial producida en Estados Unidos. Así, parte de la culpa de este germanofobia debe recaer en Hollywood.

En 1939 había dos países fascistas, pero nadie recuerda a Italia, y el italiano es un idioma “musical”. ¿La razón? El muy menor número de películas en que los “malos” eran los italianos (incluso en una película sobre el fascimo en Italia, La vida es bella, los “malos” siguen siendo los alemanes).

Invito aquí a escuchar varios vídeos en alemán. El pimero es un fragmento de El triunfo de la voluntad, la película en la que que Leni Riefenstahl glorifica al partido nazi.


El segundo es una canción llamada Est ist an der Zeit; está cantada por Hannes Wader y Kostantin Wecker, dos cantautores alemanes, y narra la muerte de un soldado en la batalla.



El tercer vídeo lleva por título Wozu sind Krige da; en español, Para qué sirven las guerras (da una idea de su mensaje).




La misma lengua, diferentes ensajes, diferentes sonidos.

Es curioso, los mismos que intentaron glorificar a Alemania destruyeron la fama de su lengua.

19 noviembre 2007

Críticas y críticas

Las promociones de los periódicos son una lacra, un mal invento para vender más ejemplares. A menudo la última página se llena de cupones que hay que recortar para conseguir una taza, un libro, un disco, un tenedor.... todo eso “gratis”. Aunque me interese lo que “regalan” (pocas veces), nunca consigo coeccionar todos los cupones. La última promoción del diario ABC, sin embargo, sí la hemos seguido en casa al pie de la letra. y gracias al edredón que, de nuevo, “regalaban” he descubierto un suplemento literario muy interesante.

El ABCD de las Artes y las Letras es un suplemento al estilo Babelia o El Cultural que, como el primero, aparece los sábados. Se distingue de los anteriores en lo fundamental: los asuntos a tratar y el modo de tratarlos. De igual forma que las portadas de ls diarios y las las páginas dedicadas a políitca nacional son, en algunos casos, radicalmente diferentes –incluso opuestas–, también en su apuesta por la cultura se distancian.

En el terreno político, como se podrá imaginar, no comulgo mucho con las ideas expresadas en ABC, y mucho menos en El Mundo; pero en el terreno literario se agradece conocer nuevos temas y escuchar diferentes críticas.

Este sábado aparecía en ABCD una crítica de Las benévolas, escrita por Jonathan Littell y ganadora del penúltimo premio Goncourt. El novelón, 900 páginas, cuenta el exterminio judío a través de la voz de Maximilien Aue, “un oficial de las SS sadomasoquista, homosexual, incestuoso y doctor en Derecho, cuya personalidad se traza una y otra vez, entre vómitos y diarreas, a brochazos de chapapote literario.” La reseña difiere radicalmente de todas las aparecidas en el resto de medios de comunicación.


Aquí unos extractos de algunas de ellas:

“El texto posee una belleza literaria de nuevo cuño, pues emana de una fuerza, originada en la biografía del autor de antepasados judíos polacos, que fructificó en el relato de las minuciosas investigaciones sobre los crímenes nazis. Littell mira en el ángulo oscuro de la realidad no para despertar nuestra sensibilidad individual, sino la conciencia humana del nosotros.” Las benévolas, Germán Gullón, El Cultural.

“¿Y la culpa? ¿Y el horror? En esta novela, la culpa y el horror se expelen. La repugnancia de Max por algunas servidumbres de su trabajo le lleva a padecer diarrea permanente, y esa dolencia se repite durante su idilio berlinés, aunque la complacencia en lo fecal también preside la caracterización de su mentor inválido, el pestilente Mandelbrod. Sangre y mierda: en pocas novelas se hacen tan físicamente evidentes estas dos respuestas y signos de la vida humana. Y porque está muy familiarizado con ambas, Aue puede reducir su testimonio a un estremecedor, meticuloso e imparcial relato, tocado de finos detalles de paisaje. Y puede justificarse, él y todos, gracias al venenoso concepto de Weltaschuung, visión personal del mundo.” Epopeya del horror nazi, José Carlos-Mainer, Babelia.

“Sobre Las benévolas, del norteamericano Jonathan Littell, flota un miasma espeso y turbio, al margen de la sospecha de que cualquier juicio crítico sobre la obra queda ensombrecido por una poderosa campaña mediática a la americana que convirtió un libro de mil apretadas páginas y tipografía endemoniada, que por largos pasajes lo acerca a la ilegibilidad, en un «caso» y en un fenómeno social que el tiempo ha ido apagando, pero provocando sucedáneos. (...) En resumen: un bodrio solemne, pretencioso, indescriptible, que permite conocer el alcance del servilismo de la sociedad literaria a las operaciones publicitarias de gran envergadura.” Chapapote literario, Miguel Sánchez-Ostiz, ABCD.

A falta de leer la novela –lo haré en cuanto acabe Vida y destino–, es de agradecer una reseña negativa frente al alud de alabanzas encontrados no sólo en las críticas “serias”, sino en notas de prensa y dieversos blogs. Es posible que todo sea una campaña publicitaria muy bien orquestada; que el libro no sea para tanto y se parezca más a un simple bestseller que a una novela que merezca la pena leer; quizá la postura del autor frente a los medios no sea hija de Pynchon o Salinger, sino de un buen publicista.

Hay un detalle que, en cualquier caso, me pone en aviso. Littell ha tardado un año exacto en ser traducido al español y publicado a todo bombo; anteriores remios Goncourt –en principio más interesantes desde el punto de vista estrictamente literario– no han sido traducidos, caso de François Weyergans y su Trois jours chez ma mère, o si lo han hecho ha sido casi en susurros, sin publicidad alguna y en una editorial muy minoritaria, caso de Las sombras errantes, de Pascal Quignard.

En fin, si algo bueno ha salido del edredón de ABC es que he podido conocer su suplemento literario; sólo por eso ha valido la pena.

18 noviembre 2007

Malas compañías

Dos veces Benazir Bhutto ha sido elegida primera ministra de Pakistán. Y dos veces fue expulsada del cargo acusada de corrupción. Ahora, no hay dos sin tres, quiere volver al poder y ¿quién sabe? igual hasta lo consigue.

Si uno atiende de pasada a las noticias, parece que en Pakistán hay un gobernante autoritario que está axfisiando a su población y una valiente líder opositora que ha regresado de su exilio para derrocar al tirano y restaurar la democracia en el país. Las cosas no son tan sencillas.

La primera parte de esta suposición es bastante acertada. En 1999 Musharraf dio un golpe de Estado y comenzó a poner firme al país. Tras el 11 S, se convirtió en un valioso aliado para las potencias occidentales y, especialmente, para Estados Unidos. Era el único país de la zona con el que se podía contar. Franklin Delano Roosvelt dijo de Somoza (otra perla): "Puede que sea un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta". Pues eso.


Musharraf nunca ha sido muy demócrata, los derechos humanos y civiles eran leyendas urbanas; prometió aliviar la pobreza de los ciudadanos, pero sólo consiguió agudizar la crisis económica y elevar la inflación; prometió acabar con la corrupción, pero su administración es igual o más corrupta que las anteriores (según una encuesta realizada a ciudadanos del país).

Quizá lo único que ha hecho “bien” es intentar desterrar el fundamentalismo islámico, algo que le ha valido el apoyo de la administración Bush durante demasiado tiempo. Pero no se lucha contra el fanatismo con armas de fuego, sino con educación, mejoras económicas y paciencia, mucha paciencia. El pasado julio fuimos testigos de una masacre en la Mezquita Roja: murieron alrededor de 300 personas, la mayor parte estudiantes. ¿Qué consiguió? Una oleada de atentados que no tiene pintas de detenerse.

En cuanto a la “valiente líder opositora”, no me da ninguna garantía. Antes de volver a pisar Pakistán arregló un acuerdo con Musharraf por el cual ella le apoyaba si levantaba todos los cargos de corrupción. Musharraf accedió, un poco de legitimidad interacional no le vendría mal.

Hay otro líder opositor que también ha intentado volver al país, el ex primer ministro Nawaz Sharif, pero sólo pisó tierra pakistaní durante dos horas y media. En el aeropuerto le esperaban todo tipo de fuerzas de seguridad y tras una negociación entre sus abogados y los enviados gubernamentales subió de nuevo al avión. El Tibunal de Cuentas lo acusaba de corrupción y malversación; antes de volver a la cárcel, despegó hacia Arabia Saudí. Imagino que Nawaz Sharif no quiso firmar el pacto que Bhutto había firmado.


Ahora la ex primer ministra es presentada como una heroína: pronuncia discursos ante las cámaras internacionales, firma artículos que aparecen en periódicos europeos (El País), y, para colmo, ha sido varias veces puesta bajo arresto domiciliario para que no dirija las manifestaciones de repulsa a Musharraf.

Pero otra forma de ver el asunto es que Bhutto ha aprovechado la crisis de Musharraf para tomar el poder, que los arrestos domiciliarios estánpreparados, y, sobre todo, que el pacto con el presidente hace un mes anula toda su credibilidad. ¿Qué ha cambiado desde entonces para oponerse ahora a Musharraf? Que éste ha caído en desgracia. Y como un ave carroñera, ahora pide la vez para comerse sus despojos.

Ahora el general Musharraf tiene a todo el mundo en su contra: la comunidad internacional, Estados Unidos, Benazir Bhutto, los ciudadanos, incluso Al Qaeda le ha declarado la guerra. No pinta nada bien la cosa, no hay una solución fácil.

La vuelta de Bhutto al poder sólo puede traer caos (los extremistas le dieron la bienvenida con 140 muertos) y corrupción (¿alguien cree que se ha enmendado?).

La continuación de Musharraf en el poder es inviable.

Una intervención de Estados Unidos sería una medida que yo aplaudiría: ¿no dicen que invaden países para instaurar la democracia? que lo hagan por una vez.

Un nuevo Afganistán es posible, pero nada deseable. Un Pakistán gobernado por talibanes de seguda generación, hijos de los que asolaron Afganistán, que ya saben cuál es la actitud de Estados Unidos y cómo se le puede herir.

Al fin y al cabo, recordemos que Pakistán tiene la bomba atómica (ese pique tonto que se lleva con su vecina India). Según Bush, si Irán cosigue la bomba, se puee producir la Tercera Guerra Mundial. En mi opinión, si Al Qaeda se hace con Pakistán y decide pulsar el famoso botón rojo, entonces sí que comenzará la Tercera Guerra Mundial.

Ironías de la Historia: tras década de guerra entre las grandes potencias, el mundo puede depender de un país que ni siquiera sabemos ubicar bien en el mapa.

Y todo por defender a un hijo de puta.

16 noviembre 2007

Los premios Nobel del PP

El Partido Socialista ha fichado a un grupo de expertos paara que le asesoren en la redacción del programa electoral. En el grupo hay 3 premios Nobel.

Parece lógico que un partido quiera contar con las mejores mentes disponibles y dispuestas a la hora de detallar su futura agenda política. Estas personas, supongo, habrán hecho algo meritorio en su campo para ser reconocidos por la comunidad científica. Se ha montado un peqeño revuelo, cuando lo lógico era que se hubiera aplaudido la iniciativa. ¿Desde cuando recurrir a los cosejos de alguien más ducho que uno mismo en la materia es pecado?

Aquí se puede ver una fotogalería de los expertos.

En el Partido Popular esto no ha sentado muy bien (se han dado cuenta que su mayor experto es el primo de Rajoy) y han elaborado un vídeo con sus particulares premios Nobel. En fin... ahora resulta que los asesores de Rajoy & Co para las elecciones de 2008 son –entre otrs destacadas figuras del conocimiento y la política– una viuda, una pareja de jubilados, un ex drogadicto, una inmigrante...

Vean el vergonzoso vídeo:



Un servidor, que tiene menos recursos que las Nuevas Generaciones, se ha trabajado un minivídeo –cutrecillo, pero es el primero que hago- con los verdaderos premios Nobel del PP. Son éstos:

15 noviembre 2007

Cassandra's Nightmare

Es penosa la tarea de escribir una reseña negativa. De alguna forma, es una pérdida de tiempo. Volcar en el papel los pensamientos negativos –incluso agresivos– que vinieron a mi cabeza mientras leía un libro o asistía a un concierto. Ya perdí el tiempo –y el dinero– una vez; ¿por qué perderlo más?

No escribo reseñas negativas –me refiero destructivas, como las “bombas atómicas” a que se refería Lluis Bassets cuando el caso Ignacio Echeverría– por la sencilla razón de que no termino ningún libro que no me guste. Leo por placer, y dejo a mitad, –o a las 20 páginas– muchos más libros de los que termino. Precido me sucede con las películas y series de TV que veo en mi casa. Cuando estoy en una sala dde cine, la cosa cambia.

Creo recordar que sólo en 3 películas he sentido la irresistible tentación de abandonar la sala. Si no lo he hecho, ha sido por educación: en todas iba con amigos. Las películas en cuestión son Soñadores, del sexoadicto y siempre sobrevalorado Bertolucci, Shakespeare in love, escrita y dirigida por algún primate catatónico, y Cassandra's Dream, la última de Woody Allen, un tipo del que yo decía “La peor película de Woody Allen siempre será preferible a la mejor película de mucho estúpido metido a cineasta”. Ya no puedo decirlo.


En breve, que no quiero enfadarme –¿acaso no cabrea hablar mal de alguien a quien has apreciado y que tantas alegrías te ha dado durante años?. Es la peor película de Woody Allen. Así de simple.

El guión es aburrido; los actores increíbles (no el sentido más propio de la palabra); la fotografía es demasiado buena (¿se habrían pasado en la sala de montaje?); la música es... ni siquiera la recuerdo, (pero un rasgo característico del maestro era la elección de la música, y si aquí no destaca, malo); los diálogos parecen escritos por un imitador del tres al cuarto (parecido a lo que sucede en la última novela de García Márquez); y el doblaje ¡por dios! parece sacado de una película porno.

En fin, una pena.

14 noviembre 2007

Ovejas negras

En las últimas semanas, los ciudadanos hemos sido testigos de lo que algunos medios de comunicación consideran una “ola de violencia racista”. Las patadas a una joven en el metro de Barcelona, la paliza a un colombiano en Madrid y la manfestación xenófoba organizada por el partido ultraderechista Democracia Nacional del pasado domingo –que se saldó con un muerto– pueden inducir a pensar que “algo está pasando”.

Sin embargo, es de temer que estos actos no sean tan inusuales como se piensa. Si ninguna cámara hubiera grabado al energúmeno que pegaba patadas a una joven al tiempo que hablaba con el móvil posiblemente no nos habríamos enterado de la agresión. Apenas unas semanas más tarde, un colombiano era apaleado al grito de “Viva España”; fue la reacción de los medios ante lo sucedido en el metro lo que le animó a denunciar a sus agresores. La presencia de una cámara de videovigilancia ha abierto el debate: pero sin esa cámara los actos xenófobos también habrían existido.

Mal que nos pese, la xenofobia (el miedo al extranjero) es una reacción natural, una forma ancestral de supervivencia. El problema es que en pleno siglo XXI aún hay quienes la practican.


Todos aquellos que sostienen que la inmigración sólo trae delincuencia, que los extranjeros roban el trabajo a los españoles, que bajan el nivel de exigencia en las escuelas y demás tópicos deberían ver una película llamada “Un franco, catorce pesetas”. Quizá así recordaran –o aprendieran– que no hace mucho éramos los españoles los que teníamos que buscarnos la vida fuera de nuestras fronteras.

De acuerdo con el Instituto Español de Emigración un millón de españoles emigraron a otras naciones entre 1959 y 1973. Habrá quien opine que entonces iban a Alemania o Suiza con contratos de trabajo; no es del todo cierto: también había muchos que entraban como turistas y se quedaban durante años.

En Suiza, los españoles encontraron trabajo en actividades como la construcción, y sus hijos con frecuencia recibían educación en escuelas dedicadas a menores con dificultades de aprendizaje, pues la diferencia lingüística y la brecha cultural complicaban la integración. Cambiemos los tiempos y los países y tendremos un resumen de la situacón actual.

Cada vez que alguien dice que los inmigrantes quitan el trabajo a los españoles, pienso en el tipo de trabajo que “nos roban”: albañiles, basureros, teleoperadores... En las obras de las carreteras, cada vez hay más trabajadores del mismo color de piel que el alquitrán. El encargado, eso sí, suele tener otro color.

Me pregunto cuántos profesores, médicos, abogados, ingenieros o periodistas proceden de Marruecos, de Colombia, de Rumanía. Me temo que no muchos. ¿Y cuántos directivos de empresas son inmigrantes? Alguno hay, aunque no solemos llamarlos así: un alemán no es un inmigrante, un estadounidense no es un inmigrante.

Democracia Nacional utiliza una campaña publicitaria en la que se ven tres ovejas blancas y una negra, que recibe una patada de su compañera. El lema es: “Compórtate o lárgate”. Lo que no entienden estos racistas es que en la actualidad ellos son la oveja negra.

13 noviembre 2007

Qué tristeza...

Cuando supe de la muerte de Norman Mailer envié a unos cuantos amigos un mensaje pidiendo un minuto de silencio por el último gigante de la literatura estadounidense. Puede sonar exagerado, pero siempre me entristece la muerte de un artista que aprecio. En el caso de Mailer, era algo más.

Antes de tener acceso a Internet, a mis 18 o 19 años, dedicaba horas y horas a estudiar los artículos sobre Literatura de una enciclopedia Encarta que alguien me había pirateado. Era un sustituto a las clases de Literatura que querría haber recibido. Leía una y otra vez sobre los poetas que ya conocía (Lorca, Neruda, Celaya), sobre corrientes literarias (Romanticismo, Surrealismo) o Grandes Obras Maestras (La Odisea, Moby Dick, Gargantúa y Pantagruel). Pero los textos que mejor recuerdo son los que correspondían a escritores estadounidenses de los que nadie me había hablado. Sabía de su existencia, poco más. Aprendí casi de memoria las biografías –siempre apasionantes– de Scott Fitzgerald, de Hemingway, de Capote. Y guardaba en un cabeza una pequeña lista de libros que, algún día, debería leer.


Norman Mailer fue mi primera incursión en esta literatura, que después resultaría ser mucho más amplia de lo que Encarta presentaba, y al mismo tiempo menos interesante de lo que yo imaginaba. Sólo por esa casualidad –igual podría haber leído a Capote, o a Tennessee Williams– tendrá siempre un lugar especial en mi memoria literaria.

En el verano de 2001 compré Los desnudos y los muertos y Los ejércitos de la noche. La primera novela la terminé en ese otoño en Inglaterra, tras una noche de insomnio, a las 6 de la mañana. Pese a mi afición por la relectura, no he vuelto a acercarme a ella, quizá por superstición, no sea que ahora no me parezca tan buena cmo entonces.

Lo cierto es que no he leído mucho más de Mailer (pendientes tengo sus ensayos, la biografía de Oswald, el novelón sobre la CIA o su particular visión de Jesucristo). Tan sólo Los tipos duros no bailan –una novelita decente y divertida, poco más– y La canción del verdugo, esta sí una una buena obra. El egcéntrico Norman se mofó de Capote cuando supo que iba a escribir A sangre fría, pero le dolió tanto su éxito que tuvo que escribir él mismo una novela de no fiicción. A pesar de la fama de A sangre fría, la novela de Mailer es mucho mejor.

Ahora tengo en mi estantería un ejemplar en inglés de su útima novela, El castillo en el bosque. Por lo visto antes de morir estaba redactando la segunda parte. Ya no podremos leerla. Una lástima.

11 noviembre 2007

Usureros!

Ley de la Represión de la Usura, de 1908: “Usura es todo contrato de préstamo en que se estipule un interés desproporcionado con las circunstancias del caso”. Esta definición –y su páctica– sigue vigente un siglo después.

Cada mañana, en los intermedios de programas informativos como La mirada Crítica o Los desayunos de TVE, empresas usureras nos bombardean con anuncios de dinero fácil.

“Hasta 6 mil euros en 24 horas, con los mínimos trámites y sin cambiar de banco”. “El dinero donde usted decide”. “Si necesitas dinero para disfrutar de lo que siempre has soñado, cuenta con nosotros”.

Lo que no dicen tan alto ni tan claro es el interés que cobran por los préstamos. El dinero lo consigues rápido, pero tardarás mucho en pagarlo. Según un artículo del diario Público, un préstamo de 6 mil euros (la cantidad que suelen anuncian estas empresas) puede costar 3 mil euros más que en un banco normal. La Caixa cobra un 8'75% de interés; Cofidis un 23%. Eso sí, hay que acercarse mucho a la pantalla para leerlo.

Estas empresas –me resisto a llamarlos bancos, aunque algunos ya dispongan de sus departamentos dedicados a este lucrativo negocio– no hacen preguntas. Llamas por teléfono, pides tu dinero y en 24 horas lo tienes en tu cuenta. Después, terminas pagando la lavadora o la comunión de la niña durante mucho, mucho tiempo.

Y digo lavadora y comunión en lugar de máster o vacaciones en el Caribe porque no debemos olvidar a quién van dirigidos estos anuncios. Todos concentrados por las mañanas –del mismo modo que los anuncios eróticos se emiten tras la medianoche–, su público potencial son las amas de casa, los parados y las personas no acostumbradas a verse en un apuro financiero. Si lo que normalmente se denomina “clase media” no suele cae en estos engaños, para muchas personas con pocos recursos son la única forma de recibir un préstamo. Y, visto el dineral que se gastan en publicidad (50 millones de euros anuales) es de creer que tienen muchos clientes.


Durante décadas, los periódicos han ganado dinero a espuertas con los anuncios casificados como relax (prostitución); en la actualidad ya hay, que yo sepa, dos diarios que se niegan a publicar este tipo de anuncios. Quizá sea hora de que las televisiones piensen un poco, sólo un poco, en los ciudadanos y cuelguen el teléfono cuando esta gentuza llame para contratar 30 segundos de publicidad.

O, pensándolo bien, quizá también sea hora de que los bancos cambien de actitud. En lugar der crear divisiones usureras (Santander tiene que competir con Cofidis y su solución es inventarse Crediágil), podrían suavizar los requisitos para otorgar préstamos. Los bancos se escudan en que los clientes no devolverán el dinero, pero resulta que, en este negocio, sólo hay un 3% de morosos.

Al final, pierden los de siempre. El rico se enriquece y el pobre se empobrece.

09 noviembre 2007

Un tabú menos

El artículo 607 del Código Penal castiga a aquellos que “con propósito de destruir total o parcialmente a un grupo nacional, étnico, racial o religioso”: mataran, agredieran sexualmente, sometieran al grupo o a cualquiera de sus individuos a condiciones de existencia que pongan en peligro su vida o perturben gravemente su salud, llevaran a cabo desplazamientos forzosos del grupo o sus miembros, adoptaran cualquier medida que tienda a impedir su género de vida o reproducción, o bien trasladaran por la fuerza individuos de un grupo a otro.

Es decir, el Código Penal español castiga todos los aspectos de la barbarie conocida como genocidio. Hasta ayer, el código Penal estabecía además que:

“La difusión por cualquier medio de ideas o doctrinas que nieguen o justifiquen los delitos tipificados en el apartado anterior de este artículo, o pretendan la rehabilitación de regímenes o instituciones que amparen prácticas generadoras de los mismos, se castigará con la pena de prisión de uno a dos años.

El Tribunal Constitucional ha fallado:

1º Declarar inconstitucional y nula la inclusión de la expresión "nieguen o".

2º Declarar que no es inconstitucional el primer inciso del artículo 607.2 del Código Penal que castiga la difusión de ideas o doctrinas tendentes a justificar un delito de genocidio.

Esta sentencia, que no ha tenido mucha relevancia en los medios, es un motivo de alegría para todos aquellos que defendemos la libertad de expresión. Una cosa es que a la mayoría de los ciudadanos españoles nos resulte repugnante que existan personas que todavía nieguen el holocausto judío (es la situación más usual), y otra muy distinta que deban ser penados por ello.

Asimismo, al declarar constitucional el apartado que castiga a quien justifique el genocidio hace una distinción muy clara entre embas acciones. No es lo mismo decir que el holocausto judío (o armenio, o bosnio, o tutsi) es un invento que defender o justificar a Hitler, a Milosevic o a los locutores que por la radio pedían la muerte de las “cucarachas”.



El año pasado, Francia aprobó una ley por la que se castigaba la negación del genocidio armenio. Muchas voces salieron en contra de la propuesta, entre ellas la del historiador y articulista Timothy Garton Ash, de quien son estas palabras:

“¿Cómo podemos criticar legítimamente a Turquía, Egipto y otros Estados por restringir la libertad de expresión mediante leyes que protegen dogmas históricos, nacionales o religiosos, si nosotros lo hacemos cada vez más? El fin de semana pasado, en Venecia, volví a oír a un distinguido erudito musulmán que se indignaba contra nuestro doble rasero. Les pedimos que acepten insultos contra los tabúes musulmanes, dijo, pero ¿aceptarían los judíos que alguien tuviera libertad para negar el Holocausto?”

“Sólo cuando estemos dispuestos a permitir que nos toquen a nuestras vacas más sagradas tendremos legitimidad para exigir que los islamistas, los turcos y otros hagan lo mismo. No es el momento de erigir tabúes, sino de desmantelarlos. Debemos practicar lo que predicamos.”

Hoy, España ha dado un paso en el buen camino. Lástima que las buenas noticias no sean noticia.

07 noviembre 2007

Viejo Coetzee

Hace ya unos cuantos posts escribí acerca de mi extraña relación con JM Coetzee. En resumen: Coetzee me gusta mucho, me cae bien y creo que es el mejor Nobel en los últimos años; sin embargo, sus libros siempre me decepcionan.

Diario de un mal año nara la relación un punto erótica entre un viejo escritor y su joven y bella vecina, a la que contrata como mecanógrafa; completa el triángulo la pareja de la mujer, un tipo cínico y bastante antipático. Cada página de la novela se divide en 3 partes: la priera está dedicada a los escritos del viejo (primero una serie de ensayos políticos y después unas breves reflexiones mas suaves) y las otras dos a contar la relación triangular desde puntos de vista diiferentes, el del viejo y el de la bella vecina.

Las posibilidades de lectura son varias: leer las páginas como de costumbre, alternando cada pocas líneas temas y voces diferentes, o leer por un lado los ensayos y por otro la narración propiamente dicha. Yo elegí la primera opción, aunque debo confesar que en ocasiones me salté algunos ensayos (no todas las opiniones de Coetzee son interesantes).

El estilo que sa el sudafricano es, como siempre, bello y preciso; una mezcla entre Kafka y Nabokov, (si eso es posible). Sólo por leer ciertos párrafos merece la pena la novela.

Sin embargo, en la novela no pasa nada: el escritor termina su libro de ensayos y la vecina bella abandona a su cínico novio (o marido, no recuerdo). Eso es todo.

Ahí esá el punto de decepción. La novela está muy bien estructurada, los ensayos y las voces de los protagonstas se compaginan a la perfección, los personajes están bien definidos, hay un ritmo ágil...

Y si embargo...

Será una cuestión personal.

En cualquier caso, es un libro que cualquier lector de Coetzee no debería perderse. ¿La razón? Al terminarlo uno tiene la impresión de que ésta es su última novela, la sensación de melancolía es inevitable (junto con una triste sonrisa agradeciéndole las páginas escritas durante años). Quizá Diario de un mal año sea una especie de testamento literario. El protagonista está viejo, con achaques, ya no logra seducir a las mujeres, y escribe ensayos porque no se siente con fuerzas para redactar toda una novela. Quizá como el propio Coetzee.

06 noviembre 2007

Comparemos mitologías

CEUTA

El 21 de agosto de 1415, el Rey de Portugal Juan I conquista la ciudad para el Reino de Portugal. La ciudad es portuguesa hasta que los dos reinos ibéricos se unen bajo la corona Felipe II en 1580.

En 1640 Ceuta no sigue a Portugal en su secesión, prefiriendo mantenerse bajo la soberanía de Felipe IV. En 1668 un Tratado con Portugal reconoce la soberanía española sobre Ceuta.

En 1978 la Constitución Española reconoce Ceuta como territorio componente de la nación española, integrándola en el nuevo modelo de organización territorial, con la previsión de la posibilidad de constituirse en Comunidad Autónoma.

A mediados de los años 90 Ceuta obtiene un Estatuto de Ciudad Autónoma, que amplia el autogobierno local.


MELILLA

Los Reyes Católicos ocupan Melilla en 1497. En 1775 el sultán de Marruecos sitia la plaza, pero levanta el asedio tras el fracaso de sus ataques. La ciudad fortalece sus defensas a lo largo del tiempo y no permite la residencia de quienes no fueran súbditos españoles.

En 1978 la Constitución Española reconoce Ceuta como territorio componente de la nación española, integrándola en el nuevo modelo de organización territorial, con la previsión de la posibilidad de constituirse en Comunidad Autónoma.

A mediados de los años 90 Melilla obtiene un Estatuto de Ciudad Autónoma, que amplia el autogobierno local.

Marruecos sigue reclamando la ciudad, al igual que Ceuta y el resto de territorios norteafricanos de España, como parte integrante de su territorio. El Gobierno de España nunca ha mantenido ningún tipo de negociación al respecto ni ha expresado en ninguna ocasión tener intención de hacerlo. Ceuta y Melilla tampoco son considerados por Naciones Unidas como territorios pendientes de descolonización.



GIBRALTAR

Durante la Guerra de Sucesión española, Inglaterra y Holanda –aliados del pretendiente austriaco, el Archiduque Carlos– forman una flota conjunta contra Francia y Epaña. El 4 de agosto de 1704 logran la rendición de la guarnición de Gibraltar e izan la bandera del pretendiente en la fortaleza. Tropas franco-españolas tratan en vano de recuperar la localidad.

Nueve años más tarde, la conquista se formaliza mediante el Tratado de Utrecht, que pone fin a la guerra. Por este tratado, España cede a perpetuidad el peñón a Gran Bretaña sin jurisdicción alguna, estableciéndose una cláusula por la cual si el territorio deja de ser británico pasará a ser español.

En la actualidad el Gobierno español sigue reclamando la soberanía del Peñón; el Gobierno británico se opone. En 2002 los habitantes de gibraltar rechazaron por un margen de un 98,97% la cosoberanía hispano-británica.

El Gobierno español no reconoce el carácter de frontera internacional del límite actual marcado por la verja, algo que el Gobierno de Gibraltar afirma que va contra las leyes y espíritu europeo.


Coda:

Lo que la Historia ha unido, que no lo separen los políticos.

05 noviembre 2007

Y los sueños cine son

Aparece hoy en Público una nota sobre Peter Greenaway y su peculiar concepción del cine. Debo admitir que todos aquellos que hablan de la “muerte del cine” (o de la novela, o de la música) me resultan aburridos, personas con afán de protagonismo (al margen de su calidad artística, muy variable) que encuentran en esa discusión inútil un lugar en los medios.

Hace un tiempo intenté ver una película de Greenaway –El cocinero, el ladrón, la mujer y su amante– y desistí a mitad. Era aburrida. Por muchas herramientas que el director usase con maestría –creo recordar que eran unas cuantas, y algunas incluso me gustaron–, la película no logró mantenerme en el sillón. Así que cuando leo su nombre suelo ponerme a la defensiva.

Sin embargo el artículo de hoy me ha suscitado una inquietud. Cito:

“Scorsese está pasado de moda y hace las mismas películas que D.W. Griffith a principios del siglo XX. Y El Señor de los Anillos y Harry Potter no son películas, sino libros ilustrados. El cine se basa en la novela del siglo XIX. Todavía estamos ilustrando a Jane Austen, ¡qué desperdicio de tiempo!”.

El autor del artículo termina:

“Hay que acabar con una idea fosilizada: que el cine es, obligatoriamente, narrativo. Una barbaridad similar a decir que un libro sólo puede ser novela, o un cuadro sólo realista”.

Da que pensar.

Realmente el 99% de las películas que usualmente vemos son puramente narrativas. Todas cuentan una historia. Todas tienen unos personajes definidos, un metraje estándar, un comienzo, un nudo y un desenlace. Aquellas que se salen del guión, aquellas en que lo importante no es el argumento (estoy pensando, por ejemplo, en 2001: una odisea en el espacio) son aceptadas con dificultad por el gran público.

Surge una pregunta: ¿Es realmente cine?

Sin ánimo de sentar cátedra se me ocurre que lo único que hemos hecho es utilizar un medio distinto. En lugar de papel y tinta, usamos imágenes; en vez pasar páginas, mantenemos abiertos los ojos ante un pantalla. El fin es el mismo: asimilar una historia.

Otra pregunta: ¿y si el verdadero cine aún no hubiera comenzado?

David Lynch presentó hace unos meses Inland Empire, una película que desató la furia de los críticos más tradicionales. Otros han escrito:

“Posiblemente se trata de la propuesta más radical y contundente, la mayor aventura visual y conceptual que ha llegado a nuestras pantallas en años”.

Quizá el cine-medio nació hace un siglo y el cine-arte lo esté naciendo ahora. Al fin y al cabo, la invención de la tinta y el papel no asegura la escritura de novelas.

02 noviembre 2007

Los tiempos están cambiando

Un fantasma recorre España. El republicanismo, un sentimiento que muchos creían muerto, ha resucitado en los últimos meses. Y lo ha hecho de la peor forma posible, como sólo saben hacerlo los fantasmas: asustando al personal.

La quema de fotografías de los Reyes en Gerona, los gritos en la apertura del curso en Oviedo, la petición de los partidos catalanes de que el Rey abandone la Jefatura de las Fuerzas Armadas y las mociones de ayuntamientos andaluces a favor de la III República no deben ser tomadas a la ligera. No son simples salidas de tono; quizá sean síntomas de que algo está cambiando.

La primera señal fue la conocida portada de El Jueves. Lo destacable del asunto no fue la viñeta en sí, sino la respuesta de la sociedad frente a la actuación judicial. Una recopilación de los artículos en prensa y comentarios en blogs durante esas semanas revelaría que el apoyo a los dibujantes fue mayor del que podría haberse esperado. La tradicional inmunidad de la que la monarquía había gozado quedaba gravemente dañada.

Hasta ahora los medios más importantes se abstenían de publicar críticas serias a la monarquía; tras la portada, quedan pocas dudas de que no tardarán en aparecer.

(Excluyo de este comentario a los mal llamados programas del corazón, que desde hace tiempo banalizan toda información sobre la Familia Real. Para ellos el Príncipe de Asturias es solamente Felipe y la Princesa de Asturias, Letizia; y las posibles desavenencias entre los Duques de Lugo reciben un tratamiento similar a las peleas entre los “famosos”. Esperemos que no se alcancen los extremos que se dan en Inglaterra)

Así, quizá no sea arriesgado pensar que los últimos sucesos no sólo muestran que el tema tabú por antonomasia en España ya no lo es tanto, sino que constituyen la punta del iceberg de un sentimiento cada vez más extendido.

Se ha repetido muchas veces que los españoles no son monárquicos, sino juancarlistas. Esto puede ser cierto para aquellos que vivieron parte del franquismo y la transición. El Rey se convirtió en el garante de Estado de Derecho en un tiempo en que había quienes pretendían destruirlo. Pero esos años ya pasaron. Si bien no existe un fuerte rechazo a la monarquía –de hecho, el Rey y el Príncipe obtuvieron las mejores valoraciones en una reciente encuesta–, una parte de los españoles puede que se muestre contraria a que la Jefatura del Estado recaiga en una persona no elegida dramáticamente.

Ningún gobierno en su sano juicio iniciaría un debate sobre la Monarquía a cinco meses de las elecciones. Pero también sería insensato intentar tapar los últimos sucesos y no pensar en el futuro, en el día en que el Rey fallezca. La clase política debería preguntarse cuántos verdaderos monárquicos hay en España.

La sociedad española tiene un debate pendiente. Un debate que, esto debe quedar claro, ha de discutirse en los medios de comunicación y en el parlamento. Sin gritos, sin insultos, sin violencia. Como se hacen las cosas en democracia.

01 noviembre 2007

...Y adiós

Durante el mes de octubre he releído los dos primeros volúmenes de Tu sombra mañana –la última y mejor novela de Javier Marías– y he leído por primera vez el tomo que la cierra, Veneno y sombra y adiós. Una vez completada, puedo decir –aunque esto no sorprenderá a quienes conoce mis gustos literarios– que es su mejor novela, y una de las mejores en español de los últimos años.

Siempre digo que los mejores libros son aquellos que cuesta resumir su argumento; aquellos en los que la historia es lo secundario. Tu rostro mañana está narrada por un viejo conocido de los lectores de Marías. Era el potagonista de Todas las almas, allí sin nombre y aquí con multitud de ellos: Jacques, Jaime o Jacobo Deza. A lo largo de 1600 páginas, Deza relata fragmentos sueltos de su estancia en Londres, al servicio de una sección desconocida de los servicios secretos ingleses; antes de terminar la novela viaja a Madrid para unas vacaciones, y a su regreso a Londres decide abandonar el trabajo y “volver a casa”.

Eso es todo. Suficiente para un autor que sabe cómo dilatar una escena hasta el infinito, que se muestra especialmente hábil en el arte de la procrastinación, obligando al lector a avanzar más de mil páginas para averiguar el origen de una mancha de sangre en el suelo.

Pero si el argumento no es vital, sí lo son las múltiples digresiones del protagonista. Cualquier excusa es buena para reflexionar, para practicar lo que el autor ha denominado “pensamiento literario”, para recordar la historia, la que cuentan los libros y la que cuentan las personas (tremendos los capítulos en que el protagonista da la palabra a su padre, trasunto del filósofo Javier Marías). Son la esencia de la novela.

Es de sobras conocida la afición de Javer Marías a construir sus frases de un modo poco usual. Aquí esta técnica está plenamente justificada. Sus frases tienen ritmo, cadencia: en algunos casos, podrían pasar por poemas en prosa. Hay multitud de expresiones que el autor repite a lo largo de la obra casi como un mantra. De no poseer una cultura literaria elevada es difícil discernir si son citas propias o robadas a otros autores (algunas sí se sabe, él las revela), o inluso citas robadas y modificadas a su antojo. En cualquier caso es grato leer las mismas expresiones una y otra vez, usadas en diferentes contextos.

En la novela hay lugar para el horror (las cintas de vídeo que le obligan a ver al principio del tercer tomo), para el humor (todas las páginas en las que aparece un español chulesco y estúpido) y para el sexo (la escena de amor entre el potagoista y su compañera de trabajo está escrita, difícil tarea, de una forma muy elegante)

Sólo una pega: le sobra un centenar de páginas (no más). Pero ya se sabe, a todas las Grandes Novelas le sobran.