05 abril 2009

Injerencias

Una vez más, la religión se entromete en la política. Esta mañana varios periódicos publicaban: “El Consejo de Ministros ha aprobado un real decreto por el que se conceden dieciséis indultos especiales, solicitados, como cada año, por distintas cofradías con motivo de la Semana Santa”.

Curiosamente -o no tanto- las notas de prensa señalan qué cofradía ha realizado la petición, no el delito o la condena de los indultados. ¿Serán asesinos, violadores, malos conductores, estafadores, terroristas? El sentido común me lleva a pensar que serán delitos de poca monta, que en realidad son buenas personas que un día se confundieron de camino y acabaron en la cárcel, que al salir enderezarán su vida. Pero no tengo datos, y puedo pensar lo peor.

El indulto por Semana Santa es una mala costumbre que viene de lejos. Según el Nuevo Testamento, los judíos pedían al gobernador romano que pusiese en libertad a un preso para celebrar la Pascua. El asesino en cuestión que el libro nombra es Barrabás. Han pasado unos dos mil años desde que se escribió el libro, pero la religión sigue presente en la política.

¿Por qué el gobierno hace caso a un grupo de cofrades? ¿Qué derecho tienen ellos a pedir la liberación de presos cada año?

Si yo me junto con un grupo de amigos y una vez al año año, pongamos el día 14 de abril, pido al gobierno que deje en libertad a un ladrón en recuerdo a la Segunda República, ¿me hará caso? Lo lógico sería que ignorase mi petición; o bien que me escribiese una carta en la que detallase el proceso para solicitar un indulto y me pusiera en mi sitio.

Pero claro, si lo piden los cofrades...

Por cierto, esta gente son compañeros de fatigas de aquellos que critican la ley del aborto o de los que no permiten mujeres en su seno. Todo, claro está, por respeto a la vida y la tradición.

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Ya que estamos:

No me gusta que haya fiestas religiosas. España es un estado aconfesional, por tanto no debe organizar su calendario festivo conforme manda la Iglesia. En el trabajo se ríen de mí y me dicen que, si quiero, me quede esta semana en la redacción. Acepto la propuesta, pero añado que el 14 de abril, el Día de la Paz, el Día del Libro y el Día del Minusválido me quedaré en casa.

Entonces las risas se convierten en carcajadas.

2 comentarios:

shazz dijo...

La tradición de pedir los indultos de la semana santa me parece la mejor de las injerencias de la iglesia en la vida pública. Mucho peor son, por ejemplo, ordenamientos mediante los cuales los Ministros o Concejales deben prometer sus cargos ante crucifijos o son obligados a asistir a oficios o liturgias católicas (el recién estrenado protocolo de actuación del Ayuntamiento de Zaragoza obliga a los concejales a asisitir a la procesión del Santo Entierro vestidos de negro, con guantes oscuros y tienen que besar los pies del cristo yacente), o que el lobby católico tenga voz y voto en leyes y otras cuestiones de Estado (ley del aborto, ley del matrimonio gay, investigación de células madre, etc). Por no hablar de la suculenta partida presupuestaria que Rouco y sus amiguetes se sacan cada año de las arcas públicas, o de que colegios concertados con dinero público hagan profesión de su fe en aulas y clases.

En fin, que como bien dices, esto es de todo menos un estado aconfesional.

Por último, corregirte en lo de que no se dicen los delitos de los indultados. Yo leí en Heraldo o el Periódico (no me acuerdo) que la persona indultada este año por una cofradía de Zaragoza era una mujer con cuatro hijos, uno de ellos discapacitado psíquico, que había entrado al trullo por delito contra la salud pública (tráfico de drogas), y que había cumplido cuatro de los diez años de condena. Y todos los indultos tienen el visto bueno de los responsables de instituciones penitenciarias.

Un par de neuronas... dijo...

Saludos desde Castellón y perdón por entrar en este magnífico blog sin ser invitada. Estamos 100 por 100 de acuerdo. las fiestas religiosas no tienen ya razón de ser excepto en el Vaticano, que tampoco creo tenga mucha razón de ser. Demasiado cruda es la realidad como para andarnos de paseo por las nubes y aceptando dogmatismos obsoletos.
Me ha gustado mucho la entrada. Una visita por mi blog será bienvenida. Un abrazo.