No me sorprende la muerte de J.G. Ballard. Llevaba tiempo sufriendo un cáncer, eso que los periódicos llamarán “una larga enfermedad. En previsión de su cercano fin, leí a finales de 2008 un libro suyo, Fiebre de guerra. Me encantó.
Me recordó a 1984, a Un mundo feliz. Alguno de los cuentos que componían el volumen eran precisas metáforas de la vida actual; otros, podrían pasar por reportajes periodísticos. El mundo que ofrece no es agradable, pero no nos resulta extraño.
A pesar de haber escrito decenas de novelas, cuentos y unas memorias, se le recordará por El imperio del Sol (más por la película que por la novela) y por Crash (ídem).
Una pena.
Me recordó a 1984, a Un mundo feliz. Alguno de los cuentos que componían el volumen eran precisas metáforas de la vida actual; otros, podrían pasar por reportajes periodísticos. El mundo que ofrece no es agradable, pero no nos resulta extraño.
A pesar de haber escrito decenas de novelas, cuentos y unas memorias, se le recordará por El imperio del Sol (más por la película que por la novela) y por Crash (ídem).
Una pena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario