12 diciembre 2007

Primer amor literario

Jordi Sierra i Fabra ha recibido el Premio Nacional de literatura infantil y juvenil. El tipo es una máquina, ha escrito más de 300 libros, la mayor parte dedicados a esos lectores –por lo visto cada vez más escasos, aunque pienso que el porcentaje no ha variado mucho en las últimas décadas lectores, ¿o todos nuestros padre eran asiduos de las bibliotecas a los 14 años?– entre los 10 y los, pongamos, 17 años. Pero también ha escrito más de 40 novelas “normales”, mas de 30 biografías de músicos (Dylan, Springsteen, Pink Floyd...) y unos cuantos volúmenes de historia de la música pop y rock.

Como muchos escritores –algún día tendré que escribir un ensayo sobre el tema, aunque sea po la parte que me toca– de niño estuvo postrado en una cama durante varios meses a raíz de un accidente. Hoy hubiera pasado las mañanas navegando por Youtube y jugando a a Playstation, pero en cambio se dedicó a leer a redactar su primera historia: Asalto al First National Bank.

No voy a relatar aquí su biografía, para eso está la entrevista en Babelia, o su página web. Desde aquí querría recordar al primer escritor que me gustó. Así de simple. De pequeño leía libros que me atraían por su portada, por su título o simplemente los que me regalaban mis familiares. Cuando descubrí a Sierra i Fabra leía a Sierra i Fabra, como hoy leo a Marías o a Coetzee. No importaba el argumento, o era lo de menos: su nombre era garantía no sólo de entrenimiento, sino también de conocimiento.

Sierra i Fabra escribe libros para jóvenes, pero no libros para idiotas. Quizá si hoy tuviera que publicar de nuevo alguno de aquellos libros, la casa editorial le obligaría a edulcorarlos. De alguna forma, son libros breves y escritos con un lenguaje sencillo –que no vacío–, pero los argumentos podrían pasar por novelas para adultos.


Jordi Sierra i Fabra


Veamos algunos ejemplos:


El Ciclo de las Tierras es una trilogía futurista inspirada en narradores como Asimov o C. Clarke. En el planeta Tierra 2 conviven máquinas y humanos; los primeros han evolucionado hasta tal punto que han aprendido a tener sentimientos. Pese a que la Constitución establece total igualdad entre humanos y máquinas, lo cierto es que todavía persiste cierto sentimiento de superioridad por parte de los hombres. Éstos acabarán rebelándose contra las maquinas y abandonando el planeta. Una vez solas, las máquinas instauran una sociedad jerarquizada y declaran que el hombre es el origen de todo mal. Según el autor, "El Ciclo de las Tierras es la odisea del hombre y la máquina en la génesis del futuro. La historia de lo que puede suceder y de una esperanza”.

La balada del siglo XXI, o el relato de cómo se gesta un grupo tipo Spice Girls o Take That. Siglo XXI es un grupo de rock ideado y seleccionado por una computadora para ser el mejor del mundo. Sus cuatro integrantes ven hacerse realidad sus mayores sueños: fama, éxito y dinero. Pero también tensiones, giras agotadoras, vértigos y crisis vitales.

Noche de viernes. Cinco jóvenes que quieren zafarse de las normas y las reglas que les impone la sociedad, se lanzan a las calles un viernes por la noche en busca de alcohol, drogas y diversión. Al amanecer sus vidas habrán cambiado de forma radical.

Malas tierras. Tres historias de juventud, amor y donación de trasplantes se entrecruzan una noche después de un concierto de Bruce Springsteen en Barcelona. Una novela juvenil en la que usa una estructura coral que desemboca en un final común. En ella supe de Springsteen y leí unos versos de Badlands, (de ahí el título); las consecuencias de este temprano descubrimiento son bien conocidas.

El Ministerio debería haberle concedido el Premio Nacional de Literatura, no sólo de Literatura Infantil y Juvenil, galardón de mucho menos prestigio. El catalán ha impulsado el fomento de la lectura de manera más eficaz que diez planes estatales o mil clases de lectura obligatoria (la peor forma posible de acercar a un joven a los libros, pero ese es otro tema).

1 comentario:

Magda Díaz Morales dijo...

Realizas todo un homenaje a Sierra i Fabra. Sin duda, honor a quien honor merece.