05 enero 2008

Comienza el juego

¿Quién será el próximo presidente de Estados Unidos? Aún es pronto para saberlo. La cadena de elecciones internas de la que saldrán los candidatos no ha hecho más que empezar.

Anteayer se celebraron los caucus de Iowa. El pistoletazo de salida. Un Estado pequeño, frío y conservador acapara la atención mundial. Los ganadores han sido Barack Obama por el Partido Demócrata y Mike Huckabee por el republicano.

La sorpresa de la noche se le debió llevar Hillary Clinton, que quedó en tercer lugar. Con todas las encuestas a su favor, después de gastarse 6'5 millones de dólares en publicidad (sólo en Iowa) no ha logrado ni el 30% de los votos. El tercero en discordia es John Edwards, candidato a vicepresidente en 2004 con John Kerry. A pesar de que pocos medios en España lo nombran (prefieren ver la batalla deócrata como un extraño cara a cara entre un negro y una mujer) ha conseguido un punto más que la senadora; y lo ha hecho con menos dinero, menos publicidad y menos caras conocidas (Hillary tenía a su lado a su marido Bill y su hija Chelsea).

En cuanto a la derecha, no hay que precipitarse... No es probable que Huckabee sea el ganador final. Un perfil escueto lo define como pastor evangélico situado a la derecha de George Bush; en una reciente aparición televisiva se le pudo ver tocando a guitarra eléctrica y en el discurso de victoria tenía a su lado al actor Chuck Norris. Ejem. Rudolph Giuliani no ha participado en esta elección. Sabía que iba a perder de goleada. Su mejor baza se encuentra en los grandes estados. Veremos quién gana en California o Florida. El pastor mormón Mitt Romney ha quedado en segundo lugar y a la cola están John McCain (un senador con cara de actor cómico que aboga por mantener 100 años las tropas en en Irak) y Fred Thompson, ex senador y actor de la serie Ley y Orden.



HillaryObamaEdwards


Si tuviera que apostar por dos candidatos, lo haría por Obama y por Giuliani. Hillary Clinton es demasiado conocida, tien demasiado dinero y ya disfrutó del poder. Las que podrían ser sus mejores cualidades se convierten en sus puntos flacos. Y es que todo país necesita un cambio cada cierto tiempo. Eso es lo que ofrecen Edwards y Obama. El primero dijo en su discurso de Iowa: “The status quo lost and change won”. El estatus quo ha perdido y el cambio ha ganado. No se refería tanto a sí mismo como a sus contrincantes. El status quo es Hillary Clinton, lo viejo, lo de siempre. Niña de buena familia y con dinero llega a lo más alto. Lo nuevo es Obama, un negro cuyo padre es proviene de Kenia y que partió de la nada, que se ha trabajado el camino para llegar donde está. El novedoso Obama representa, curiosamente, el mito más antiguo de Estados Unidos: el hombre hecho a sí mismo, que logra sus deseos en el país de las oportunidades, en la tierra de la esperanza y los sueños.



huckabeeGiulianimccain


En cuanto a Huckabee, me temo que no tardará en ser desbancado. Los republicanos están en desventaja. Ocho años en el gobierno les han quemado y la población y los medios sólo tienen críticas hacia Bush. Si quieren ganar, necesitan un anti-Bush, (o al menos alguien que no recuerde al presidente). Un pastor más a la derecha que Bush no es la solución. Tampoco creo que la sea McCain, con sus ya señaladas propuestas bélicas. La batalla será entre Mitt Romney, el pastor mormón, y Rudolph Giuliani. Este último gozó de la simpatía general hace unos meses y ahora está de capa caída, pero tiene a su favor el dinero, la popularidad y la experiencia. Lo que en Hillary es perjudicial puede ser positivo en el ex alcalde de Nueva York. Si bien muchos criticaron su actuación, en e imaginario colectivo siempre será el alcalde que defendió la ciudad en el 11S de los islamistas. A medida que avancen las primarias, a medida que Obama gane fuerza, los republicanos tendrán que decidirse por alguien capaz de enfrentarse al “nuevo”. Y ése será Giuliani.

Pero quizá todo esto sólo sean predicciones de un bloguero metido a profeta. Bill Clinton perdió en Iowa y luego ganó la Casa Blanca. Puede que su mujer repita la historia. Lo ha dicho el propio presidente (una de las pocas frases sensatas, y ciertas, que le he oído): Iowa es sólo es principio.

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