Dice el Hermano Cerdo que el número de libros leídos en un año es directamente proporcional al nivel de relajación alcanzados en ese mismo periodo. Una reflexión acertada.
Este 2009 que por fin se acaba he leído 48 libros. De aquí al 31 de diciembre creo que llegaré a los 50. Casi 1 por semana. Si sumamos los no-leídos (los iniciados y abandonados a las diez, cien o quinientas páginas) el resultado es mayor. Y aunque a veces un libro no terminado defina más que uno leído de cabo a rabo, soy demasiado perezoso para llevar esa cuenta.
Habrá quien crea que 50 libros son bastantes. Para mí, no. Y al revisar mi diario de lecturas no sólo me ha decepcionado la cantidad, sino también la calidad y el recuerdo que tengo de ellos. Definitivamente, éste no ha sido un año literario, sino audiovisual (el número de series y películas vistas supera con creces al de libros leídos). Lo dije en verano y lo repito ahora: me estoy pasando al lado oscuro.
En fin. Aquí los 10 mejores libros del año.
Pérez/Balló, La semilla inmortal. Primer acercamiento al cine. Era una lectura obligada por la Universidad y disfruté de lo lindo.
William Shakespeare: Macbeth. Una obra maestra, estropeada por la traducción de la editorial Aldaba.
Javier Cercas, Anatomía de un instante. Mi reconciliación con el autor y con el golpe de Estado, un tema que nunca me había interesado.
Gabriel García Márquez: Cien años de soledad. Una vez más, me salvó de la sequía primaveral.
Pascual Serrano, Desinformación. Desde su lectura, me acerco a los periódicos con más cautela. Deberían darlo a leer en los institutos, com guía de defensa ante la mentira y la manipulación.
Stieg Larrson, Millenium. No es Cervantes, pero pasé noches en vela siguiendo a sus personajes. Hacía tiempos que no lo hacía. Recordé el placer de los primeros años de lector.
Eduardo Galeano, Las venas abiertas de América Latina. Una buena lección de historia. Y el principio de una relación con el autor que promete. Después de leerle, es posible entender las acciones de Hugo Chávez o Evo Morales, aun sin apoyarlas.
David Trueba, Saber perder. Muy similar a Un día perfecto, que apareció en la lista de 2008. Una novela muy bien construida, con personajes memorables. Alegró mis largas tardes de verano.
Naomi Klein, La doctrina del shock. Listado de crímenes cometidos por los neoliberales a lo largo del mundo. Da mucho miedo. Pero es muy necesario.
Don Winslow, El poder del perro. Un subidón cortesía de Rodrigo Fresán, seleccionador y prologuista de la colección. 700 páginas en 3 sesiones de lectura. Mi inicio en la novela negra.
Este 2009 que por fin se acaba he leído 48 libros. De aquí al 31 de diciembre creo que llegaré a los 50. Casi 1 por semana. Si sumamos los no-leídos (los iniciados y abandonados a las diez, cien o quinientas páginas) el resultado es mayor. Y aunque a veces un libro no terminado defina más que uno leído de cabo a rabo, soy demasiado perezoso para llevar esa cuenta.
Habrá quien crea que 50 libros son bastantes. Para mí, no. Y al revisar mi diario de lecturas no sólo me ha decepcionado la cantidad, sino también la calidad y el recuerdo que tengo de ellos. Definitivamente, éste no ha sido un año literario, sino audiovisual (el número de series y películas vistas supera con creces al de libros leídos). Lo dije en verano y lo repito ahora: me estoy pasando al lado oscuro.
En fin. Aquí los 10 mejores libros del año.
Pérez/Balló, La semilla inmortal. Primer acercamiento al cine. Era una lectura obligada por la Universidad y disfruté de lo lindo.
William Shakespeare: Macbeth. Una obra maestra, estropeada por la traducción de la editorial Aldaba.
Javier Cercas, Anatomía de un instante. Mi reconciliación con el autor y con el golpe de Estado, un tema que nunca me había interesado.
Gabriel García Márquez: Cien años de soledad. Una vez más, me salvó de la sequía primaveral.
Pascual Serrano, Desinformación. Desde su lectura, me acerco a los periódicos con más cautela. Deberían darlo a leer en los institutos, com guía de defensa ante la mentira y la manipulación.
Stieg Larrson, Millenium. No es Cervantes, pero pasé noches en vela siguiendo a sus personajes. Hacía tiempos que no lo hacía. Recordé el placer de los primeros años de lector.
Eduardo Galeano, Las venas abiertas de América Latina. Una buena lección de historia. Y el principio de una relación con el autor que promete. Después de leerle, es posible entender las acciones de Hugo Chávez o Evo Morales, aun sin apoyarlas.
David Trueba, Saber perder. Muy similar a Un día perfecto, que apareció en la lista de 2008. Una novela muy bien construida, con personajes memorables. Alegró mis largas tardes de verano.
Naomi Klein, La doctrina del shock. Listado de crímenes cometidos por los neoliberales a lo largo del mundo. Da mucho miedo. Pero es muy necesario.
Don Winslow, El poder del perro. Un subidón cortesía de Rodrigo Fresán, seleccionador y prologuista de la colección. 700 páginas en 3 sesiones de lectura. Mi inicio en la novela negra.
2 comentarios:
Raulín, mi lista esta año tampoco ha sido muy larga, he leído 22 libros, de los mejores estoy contigo, Milenium, me ha enganchado bastante, tambien me ha encantado la vida de Frida Khalo. Espero leer mejore libros el año que viene, jeje!! Un beso guapetón.LIDIA.
¿Donde viste la nota de Hermano Cerdo? ...
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