Hagamos un ejercicio de empatía: desde el punto de vista de las industrias culturales, los sistemas de compartición de ficheros se parecen a Terminator: son mitad seres humanos, mitad máquinas; vienen del futuro dispuestas a acabar con las estructuras del presente y, por mucho que se las mate, siempre resucitan para seguir intentándolo.
Sin embargo, según el economista británico Rufus Pollock, las descargas no parecen hacer mella en los negocios de las industrias de contenidos: tres cuartas partes de los músicos venden más a causa de las redes p2p. Esto no es de extrañar dado que, según una encuesta de los británicos Ipsos Mori, la gente que más música descarga de forma gratuita es también la que más discos compra. Otro estudio del norteamericano Andrew Morton tampoco evidencia la influencia negativa de las descargas en el negocio del cine, ya que siguen creciendo las taquillas de las películas más vistas (las más propensas también a venderse en el top manta). Hasta el vapuleado cine español hará en 2009 un 20% más de ingresos por taquilla que en 2008. Terminator parece más bien un vecino benévolo que un adversario letal.
@Candeira, RTVE.es
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