30 mayo 2008

Zaragoza, ciudad sitiada

Los medios de comunicación aragoneses informan de que “alrededor de 1.700 hombres y mujeres de los tres ejércitos y de la Guardia Civil, 90 vehículos y 47 aeronaves participarán en el desfile que se desarrollará el próximo 1 de junio en Zaragoza con motivo del Día de las Fuerzas Armadas”.

Pero no detallan el numero de policías y soldados que estos días patrullan por la ciudad. No hablan de los ciudadanos que no quieren tener nada que ver con la fiesta. Que son antimilitaristas, que creen que el ejército tiene poco o nulo sentido hoy día. Que no quieren sentirse sospechosos en su barrio por llevar camisetas con eslóganes o fumar cigarrillos de liar. Que son republicanos y no entienden por qué hay que recibir con honores a una familia con demasiados privilegios.

Los periódicos editados en Zaragoza dicen “el parque temático sobre el Ejército montado desde el viernes pasado en el parque Primo de Rivera ha recibido hasta el momento cerca de 100.000 visitas”. Otra forma de explicarlo sería que el parque está lleno de tiendas de campañas militares. Que quien pasee por él ver´aa decenas de banderas de España asomándose a los árboles. Pero eso no lo dicen.

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Los periódicos regionales escriben que habrá “una retreta militar en recuerdo de los héroes de la Guerra de la Independencia que tendrá como escenario las calles más céntricas de Zaragoza. El espectáculo, que podrá seguirse a través de grandes pantallas de vídeo, concluirá con un concierto en la plaza de España”. Pero no dicen a las claras que Zaragoza estará colapsada por el recuerdo de estos soldados. Que será imposible caminar por el centro. Que el ruido de la música militar será insoportable.

Lo que no se dice es lo que de verdad afecta a los zaragozanos. Las notas de prensa no explican que la ciudad está sitiada por el ejercito. Que el Paseo de la Independencia, una de las vías céntricas de la ciudad, está cortada al tráfico. Que es complicado caminar por las aceras, que los puestos que están preparando para los festejos tapan los pasos de cebra; que los ciudadanos que usan las sillas de ruedas tienen que pedir ayuda para bajar un escalón. Que el ruido de los aviones entorpece nuestras conversaciones.

Las agencias de noticias relatan que la fiesta estará “protagonizada por las pasadas de cazabombarderos Mirage F1 -el más rápido de toda la flota española-, F18 y Eurofighter -el más moderno-, junto el caza naval Harrier AV8+ de la Armada”. Pero no cifran el dinero que esto costará a los contribuyentes. No hablan, hoy no toca, de crisis económica. Tampoco de la subida del precio del petróleo, un petróleo con el que vuelan estos superaviones. El gobierno pide moderación, avisa de la que crisis está al caer – en realidad ya está cayendo- pero gasta millones de euros en mostrar ufano sus últimos juguetes.

El domingo, como Brassens, yo me quedaré en casa.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues eso ;)

Anónimo dijo...

A dios gracias yo tengo boda en Borja y permaneceré ajena a los fastos militares del fin de semana. Aunque ya estoy sufriendo las inconvenciencias de la puta ocupación: controles policiales contínuos que provocan enormes atascos y retenciones, visiones horribles de banderas rojigualdas en los balcones y rutas alternativas en el 40 por no poder cruzar Independencia.

Mierda de ciudad, coño...

PD. ¿Periódicos regionales?... Ay majo, pero ¿aún no te hemos pegado nada el colega Chorche y yo? Je je je...