Hace 12 años escuché la siguiente anecdota de un profesor de Literatura. En los años del experimentalismo literario, alguien decidió llevar su “literatura experimental” al extremo. El tipo escribió -es un decir- un libro en blanco. Consiguió que alguien editase unas doscientas páginas en blanco. El libro se vendía cerrado, no había forma de ver su contenido en la tienda. Al llegar a casa, ¡sorpresa! Se supone que era arte, que existía un mensaje, un sentido una moraleja. Ejem...
40 años después, podemos encontrar este libro en Amazon. Forma parte de una serie de libros llamados The Blah story. Hay 14 volúmenes. Están escritos -de nuevo, es un decir- por un caradura llamado Nigel Tomm. Es difícil explicar el argumento de estos conjuntos de hojas encuadernadas. Mejor copio un extracto al azar. Es un diálogo sacado del décimo volumen.
Y así durante 730 páginas.
El volumen cuarto ostenta el extraño récord de ser la frase más larga escrita jamás en inglés. Digo “ser” y no “contener”, puesto que el libro está formado únicamente por la dichosa frase (antes la gloria era del Ulises de Joyce, pero fue superado por otras novelas). Aquí las primeras líneas de la frase:
Los libros se pueden descargar de Amazon. La web incluye una breve reseña (escrita por un borracho, un vendido o un borracho vendido) de este volumen:
Por cierto, el librito cuesta 39 dólares. Sin comentarios.
40 años después, podemos encontrar este libro en Amazon. Forma parte de una serie de libros llamados The Blah story. Hay 14 volúmenes. Están escritos -de nuevo, es un decir- por un caradura llamado Nigel Tomm. Es difícil explicar el argumento de estos conjuntos de hojas encuadernadas. Mejor copio un extracto al azar. Es un diálogo sacado del décimo volumen.
Blah blah. Blah blah.
Your words. I say. I say, ‘Blah blah.’
I say, ‘Oh.’
I blah. You blah. Blah. Blah blah.
Blah blah. Blah blah.
I say, ‘I blah.’ I see you blah.
I say, ‘No.’
Blah. Blah blah in blah.
I say. I say, ‘I do.’
Blah. Blah blah in blah.
Now it’s time.
You say, ‘I blah. I blah with you.’
Again.
I blah. Again.
I say, ‘Blah blah.’
I blah. You blah. Blah. Blah blah.
You said. I say, ‘Ok.’
Y así durante 730 páginas.
El volumen cuarto ostenta el extraño récord de ser la frase más larga escrita jamás en inglés. Digo “ser” y no “contener”, puesto que el libro está formado únicamente por la dichosa frase (antes la gloria era del Ulises de Joyce, pero fue superado por otras novelas). Aquí las primeras líneas de la frase:
In a blah she was blah blah blah down a blah between blah roses blah blah blah, her blah blah hair blah blah gently the blah blah trees, most blah blah blah, she thought, as blah blah he blah the nice blah blah she blah felt with blah that blah should blah blah blah have blah such blah and blah blah blah enjoyment, the blah had both blah and blah blah the blah things in her blah blah occurred to blah that he blah taken this blah blah blah several blah blah before blah blah
Los libros se pueden descargar de Amazon. La web incluye una breve reseña (escrita por un borracho, un vendido o un borracho vendido) de este volumen:
Su creatividad abruma. Nigel Tom derriba las barreras del lenguaje y el significado. Revitaliza y fortalece el esquema de su novela más original, The Blah story. Una nueva concepción del texto que libera la imaginación, permitiendo al lector personalizar todas y cada una de las palabras.
Por cierto, el librito cuesta 39 dólares. Sin comentarios.
3 comentarios:
El ejemplo que pones es una muestra más de hasta dónde puede llegar el snobismo en literatura, arte, cine y demás. Se trata de un caso extremo, pero hoy día taqmbién abunda la gente que te vende un camelo como si fuera una obra maestra. Buena parte de la culpa la tiene la tiranía del mercado, el "todo vale" comercial y el coro de mequetrefes que saludan cualquier novedad como "arte" aunque a menudo sea basura... Lo peor de todo es que habrá bastantes soplagaitas que habrán pagado los 39 dólares por semejante bodrio.
"por un caradura llamado Nigel Tomm"
jajaja, totalmente de acuerdo.
Encima parece que también sacó unos DVDs con títulos de famosas obras literarias (como "El guardián entre el centeno"), pero sus videos sólo consisten en una pantalla de color que dura como 75 minutos
Lo malo no es que esto exista,ni que se venda... de hecho ni siquiera es malo que alguien lo compre. El problema es que, me temo, habrá gente a la que sinceramente eso le parecerá arte.
Es como el traje del emperador...
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