01 noviembre 2009

Cuatro rabias y una sonrisa

1.-
La cumbre europea de esta semana, digan lo que digan los medios, ha sido un fracaso. El euroescéptico y derechista Vaclav Klaus ha logrado no firmar la Carta de Derechos Fundamentales. A cambio, ratificará el Tratado de Lisboa. Llevaba meses vacilando a la UE y ha conseguido reír el último.

También dicen que se ha logrado un acuerdo en la lucha contra el cambio climático. Falso. El plan era decidir cuánto dinero dar a los países del Tercer Mundo para que vigilen y reduzcan sus niveles de contaminación, y cómo repartir las aportaciones. Al final han quedado en que cada país aporte lo que quiera. Vergonzoso.

2.-
Lo de Afganistán es cada día más sangrante. Ahora resulta que en la segunda vuelta sólo hay un candidato. La semana pasada un asesor del gobierno me dijo que confiaban en la legitimidad de estas elecciones. Dan ganas de llorar.

3.-
¿Qué decir del "mapa de la corrupción"? Quizá deberíamos resetear España. Pero, por favor, cambiemos de sistema operativo, que éste ha dado muy malos resultados.

4.-
En un editorial sobre los detenidos por corrupción en Catauña, dice El Mundo: "Tienen derecho a la presunción de inocencia y a un trato humano, lo que hace discutible incluso que tengan que acudir esposados al juzgado". ¿Cuál es la diferencia entre los arrestados en la operación Pretoria y los presuntos asesinos de Marta del Castillo? Supongo que la misma que hay entre un imputado y un acusado: El dinero del que se sienta ante el juez.

5.-
Acabo de ver Alejandro y Ana (lo que España no pudo ver del banquete de boda de la hija del presidente). Genial. Se puede ver aquí.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Una corrección a la que vengo obligado: la diferencia entre un imputado y un acusado no estriba en el dinero del susodicho, sino en el momento procesal en que se encuentre la causa; básicamente, cuando se abre la fase de juicio oral y el Ministerio Fiscal (o la acusación particular si existe) presenta un escrito de acusación, se pasa a la condición de acusado.
No me deja poner mi nombre de google, pero vamos, creo que sabes quién soy...

Anónimo dijo...

Te doy la razón, aunque te de coraje,
La penúltima línea, la mejor de ellas.