15 febrero 2009

No es esto

Soy ambivalente respecto a Hugo Chávez. No tengo muy clara mi postura. A veces pienso que su gobierno se acerca peligrosamente a la definición de autocracia, y otras que Estados Unidos y la Unión Europea no toleran un régimen verdaderamente socialista. Sin embargo, con los últimos acontecimientos Chávez está demostrando que sus enemigos quizá tengan algo de razón.

Venezuela celebra hoy un referéndum para suprimir el límite constitucional de dos mandatos seguidos y permitir la reelección indefinida del presidente. Hay quienes equiparan esta reforma con el mandato eterno de Chávez. Ciertamente es una posibilidad, pero no hay que olvidar que España y numerosos países europeos careen de este límite (una restricción usual en América). Felipe González, por ejemplo, gobernó durante 13 años, y José María Aznar no se presentó a las elecciones de 2004 porque no quiso.


Luis Herrero fue expulsado del país por hablar más de la cuenta. En puridad, un observador internacional debe ver, oír y callar... hasta pasadas las elecciones. Entonces debe pronunciarse sobre la leglidad de los comicios. Herrero, eurodiputado del PP, dijo ante las cámaras que el aumento del horario electoral podía utilizarse para prácticas poco democráticas. Es probable. Pero eso debe demostrarlo con pruebas y no conjeturar.

Aún así, el comportamiento del gobierno venezolano y sus servicios de seguridad es intolerable. Si quería demostrar que la consulta será legal, debería haber invitado a Luis Herrero a participar en el proceso completo, dede la apertura de urnas hasta el recuento. No sólo sería la medida correcta en unas elecciones puestas en tela de juicio, también sería un golpe de efecto que haría más por la imgen de su gobierno que todos los discursos de Chávez. Un gesto simbólico; decir "Somos honestos, aquí la prueba".

Al expulsar a Herrero un día antes de la consulta, Chávez se ha dejado en evidencia y suscita más dudas que nunca sobre la legitimidad de los resultados.


Parecido ocurre con el ex presidente polaco Lech Walesa. Quería participar en la consulta como observador internacional, pero Caracas no ha permitido su entrada al país porque, en palabras de Chávez, "nosotros estamos obligados a hacer respetar la dignidad de Venezuela. Él (Walesa) puede decir eso donde le dé la gana más allá de la frontera venezolana, pero aquí, adentro de Venezuela, no". Hace un año el premio Nobel de la Paz tuvo que declinar una invitación de los grupos opositores porque Chávez no garantizaba su seguridad.
Eso no se hace.

Por último, esta es la pregunta a la que hoy deberán contestar los venezolanos. Si la entienden, claro.
¿Aprueba usted la enmienda de los artículos 160, 162, 174, 192 y 230 de la Constitución de la República tramitada por la Asamblea Nacional que amplía los derechos políticos del pueblo con el fin de permitir que cualquier ciudadano o ciudadana, en ejercicio de un cargo de elección popular, pueda ser sujeto de postulación como candidato o candidata para el mismo cargo por el tiempo establecido constitucionalmente dependiendo su posible elección exclusivamente del voto popular?
El socialismo, definitivamente, no es esto.


Actualización 12'30: Luis Herrero dice que no estaba en Venezuela en calidad de observador, sino de invitado por la oposición. Eso cambia algo las cosas. Pero no justifica su expulsión. Un país democrático no expulsa a alguien sólo por criticar su proceso electoral. AL menos, no debería.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Actualiza más seguido. Me gusta leerte!