25 junio 2009

A paso de cangrejo

Hace casi un año, tras leer una entrevista a Zapatero en El País, escribí: "en 2012, me quedaré en casa”. Desde entonces, prácticamente cada movimiento, gesto y declaración del Gobierno me reafirma en mi postura.

Esta semana nos deja 2 claros ejemplos de que el gobierno socialista no es de izquierdas (seguramente hace mucho que dejó de serlo, pero no supe o no quise verlo). El martes estaba previsto que el Congreso aprobase una interesante ley para reformar el sistema fiscal. El objetivo era, básicamente, subir los impuestos a los ricos: poner en marcha un sistema fiscal realmente progresivo.

La propuesta estaba pactada por el grupo socialista, Izquierda Unida e Iniciativa per Catalunya. Este último grupo quería también que los incentivos fiscales no afectasen a todos por igual. Su portavoz, Joan Herrera, ponía como ejemplo los 400 euros o el cheque bebé. Actualmente el gobierno da la misma cantidad a todos, sin importar su renta. También se quería aumentar los impuestos para los deportistas extranjeros que trabajen en España. La idea era evitar abusos, como el hecho que que futbolistas como Cristiano Ronaldo paguen proporcionalmente a Hacienda lo mismo que los mileuristas.

Herrera pronunció un discurso claro (y lo hizo sin papeles, sin chuletas: como debe hacerse). Señaló que España tiene la presión fiscal más baja en muchos años: 32 por ciento. Esto es perjudicial para afrontar la crisis. Aquellos países que cobran más impuestos son capaces de realizar más obras públicas, de dar más servicios sociales, becas... El mejor ejemplo son los países escandinavos. Suecia se acerca al 50 por ciento y desde hace años es ejemplo de Estado de Bienestar.

Pero, por lo visto, el gobierno socialista quiere parecerse a los países bálticos. Hace ya un tiempo, el propio Zapatero dijo aquello de "Bajar los impuestos es de izquierdas. En consonancia con esta extraña teoría, a media tarde el grupo socialista anunciaba que retiraba la enmienda. ¿La razón? Izquierda Unida no garantizaba su apoyo para el techo de gastos en los Presupuestos Generales.

Queda claro que al gobierno no le interesa reformar el sistema fiscal. Las elecciones están lejos y teme más a los ricos que al voto de los ciudadanos. Es muy triste. El PSOE sólo quiere mantenerse en el poder (como todos los partidos, al fin y al cabo; pero hay formas y formas).


El segundo ejemplo lo hemos visto hoy, de nuevo en el Congreso.
PP, PSOE, PNV, CiU, ERC e UPyD han votado una ley que limita la justicia universal. Hasta ahora un juez español podía ordenar el arresto de criminales extranjeros, si habían cometido determinados delitos (genocidio, crímenes de guerra...). A partir de ahora, sólo podrán hacerlo "cuando existan víctimas de nacionalidad española, se contraste algún vínculo de conexión relevante con España o los presuntos responsables se encuentren en territorio español".


Todo esto viene a cuento de la intención del juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu, que lleva una causa contra Israel por un ataque a la franja de Gaza en 2002 en el que murieron un líder de Hamás y 14 civiles. La Fiscalía pidió que archivara la causa, pero Andreu adujo que la ley le permitía investigar. Israel presionó a España y el resultado es este cambio en la legislación. Una norma que permitió a Baltasar Garzón ordenar el arresto de Pinochet. Hoy no podría hacerlo.

Lo dicho, vamos hacia atrás.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El sistema está enfermo y podrido... y lo malo es que no tiene solución... mirar hacia otro lado y tragar bilis.

Que se vayan todos a la mierda!

Anónimo dijo...

Qué razón tienes!!