1.-
Tengo 27 años y ya estoy cansado de votar. Es malo. Hace unas horas he vencido la rabia y el asco y he entrado a mi colegio electoral. Hasta última hora no tenía claro si hacerlo o no.
2.-
Soy europeo. Me gusta Europa. Creo en Europa y quiero que tenga el futuro que se merece, el futuro que sus ciudadanos nos merecemos. Pero me da la impresión -falsa, seguro; espero- de que soy el único. Los partidos españoles han dejado bien claro que Europa les da igual. Los ciudadanos hemos sido testigos obligados de un vergonzoso espectáculo durante las últimas semanas. Mayor Oreja, López Aguilar, Zapatero, Rajoy, Rosa Díez, Cayo Lara...Todos han hablado de asuntos que sólo afectan a España. O ni eso. Entre los aviones del presidente y los trajes de Camps ha transcurrido la campaña.
No he estado atento a los discursos y mensajes de los partidos nacionalistas, pero me los imagino. En Aragón los candidatos hablaban como si se tratara de unas elecciones autonómicas. Supongo que en el resto de comunidades habrá sido parecido.
Aún así, todos los políticos animaban a acudir a las urnas. Incomprensible.
¿Qué hacer en esta situación?
3.-
Tenía muy claro que no iba a votar al PSOE. Tampoco al PP, por supuesto. Actualmente, ambos partidos merecen mi más absoluto desprecio. Creo que necesitan un cambio de líderes y de mentalidad. No pueden seguir jugando así con los ciudadanos. No nos lo merecemos.
Durante semanas he pensado en votar a Rosa Díez. Pero un par de declaraciones -o de ausencia de declaraciones- sobre asuntos sociales me han hecho retroceder. Quizá en las próximas...
Los últimos días pensaba confiar en los Verdes. Pero hoy he descubierto que a este grupo pertenecen partidos nacionalistas. Y no voy a darles mi voto.
Al final, he decidido, por primera vez en mi vida, votar en blanco.
Me ha dolido. Yo querría haber depositado mi confianza en alguien. Pero no he encontrado quién.
4.-
Yo quiero votar a un partido puramente europeo. Un partido que anteponga el todo a las partes. Un partido cuyos miembros no discutan entre sí para llevarse un trozo de pastel a su lugar de nacimiento.
Yo quiero votar a un partido que busque construir una Europa unida y única, y no una Europa de los estados o de los pueblos.
Yo quiero votar a un partido cuyos miembros hablen inglés como lingua franca. Que proponga con firmeza que el inglés sea lingua franca en Europa. De iure, no de facto, como es ahora.
Yo quiero votar a un partido progresista, pero con cabeza. Que distinga entre democracias y dictadura, que sepa que Bruselas y La Habana no son lo mismo.
Yo quiero votar a un partido que apueste por el estado de bienestar, por muy maltrecho que esté.
Yo quiero votar a un partido que apueste hasta el límite por los derechos sociales. Más lejos, siempre más lejos. Que los entienda como derechos y no como privilegios.
Yo quiero votar a un partido que se preocupe de verdad por los trabajadores, por los excluidos, por los inmigrantes.
Yo quiero votar a un partido verdaderamente laico. Que separe religión y Estado. A Dios lo que es de Dios, y al César lo que es de César.
Pero no hay un partido así.
5.-
Mientras los políticos hablen de Europa pensando en su provincia, no surgirá un partido con el que esté cómodo. Para conseguirlo sería útil un periódico europeo que hablase de Europa a a los europeos. Pero eso es otra historia.
Tengo 27 años y ya estoy cansado de votar. Es malo. Hace unas horas he vencido la rabia y el asco y he entrado a mi colegio electoral. Hasta última hora no tenía claro si hacerlo o no.
2.-
Soy europeo. Me gusta Europa. Creo en Europa y quiero que tenga el futuro que se merece, el futuro que sus ciudadanos nos merecemos. Pero me da la impresión -falsa, seguro; espero- de que soy el único. Los partidos españoles han dejado bien claro que Europa les da igual. Los ciudadanos hemos sido testigos obligados de un vergonzoso espectáculo durante las últimas semanas. Mayor Oreja, López Aguilar, Zapatero, Rajoy, Rosa Díez, Cayo Lara...Todos han hablado de asuntos que sólo afectan a España. O ni eso. Entre los aviones del presidente y los trajes de Camps ha transcurrido la campaña.
No he estado atento a los discursos y mensajes de los partidos nacionalistas, pero me los imagino. En Aragón los candidatos hablaban como si se tratara de unas elecciones autonómicas. Supongo que en el resto de comunidades habrá sido parecido.
Aún así, todos los políticos animaban a acudir a las urnas. Incomprensible.
¿Qué hacer en esta situación?
3.-
Tenía muy claro que no iba a votar al PSOE. Tampoco al PP, por supuesto. Actualmente, ambos partidos merecen mi más absoluto desprecio. Creo que necesitan un cambio de líderes y de mentalidad. No pueden seguir jugando así con los ciudadanos. No nos lo merecemos.
Durante semanas he pensado en votar a Rosa Díez. Pero un par de declaraciones -o de ausencia de declaraciones- sobre asuntos sociales me han hecho retroceder. Quizá en las próximas...
Los últimos días pensaba confiar en los Verdes. Pero hoy he descubierto que a este grupo pertenecen partidos nacionalistas. Y no voy a darles mi voto.
Al final, he decidido, por primera vez en mi vida, votar en blanco.
Me ha dolido. Yo querría haber depositado mi confianza en alguien. Pero no he encontrado quién.
4.-
Yo quiero votar a un partido puramente europeo. Un partido que anteponga el todo a las partes. Un partido cuyos miembros no discutan entre sí para llevarse un trozo de pastel a su lugar de nacimiento.
Yo quiero votar a un partido que busque construir una Europa unida y única, y no una Europa de los estados o de los pueblos.
Yo quiero votar a un partido cuyos miembros hablen inglés como lingua franca. Que proponga con firmeza que el inglés sea lingua franca en Europa. De iure, no de facto, como es ahora.
Yo quiero votar a un partido progresista, pero con cabeza. Que distinga entre democracias y dictadura, que sepa que Bruselas y La Habana no son lo mismo.
Yo quiero votar a un partido que apueste por el estado de bienestar, por muy maltrecho que esté.
Yo quiero votar a un partido que apueste hasta el límite por los derechos sociales. Más lejos, siempre más lejos. Que los entienda como derechos y no como privilegios.
Yo quiero votar a un partido que se preocupe de verdad por los trabajadores, por los excluidos, por los inmigrantes.
Yo quiero votar a un partido verdaderamente laico. Que separe religión y Estado. A Dios lo que es de Dios, y al César lo que es de César.
Pero no hay un partido así.
5.-
Mientras los políticos hablen de Europa pensando en su provincia, no surgirá un partido con el que esté cómodo. Para conseguirlo sería útil un periódico europeo que hablase de Europa a a los europeos. Pero eso es otra historia.
2 comentarios:
Esta campaña ha demostrado que Europa es una ficción que no se creen ni aquellos que la han creado.
Cuanto mayor es el ámbito menos representada se siente la gente al votar. En mi casa decidimos entre 2, mi voto pesa mucho. En la comunidad de vecinos entre 20, mi voto pesa menos pero algo más. En las municipales, autonómicas, generales... bueno, aún se ve reflejado el voto; pero menos ya. En las europas... no valgo nada.
¿Qué ha sucedido en España desde que entró en la UE que no habría sucedido si no hubiera entrado? ¿Al revés?
Cuando todos sepamos y podamos contestar a preguntas así, sólo entonces, europa existirá de verdad.
P.S.: Yo ni en blanco... que les jodan a todos.
¿PSOE, PP y el partido de Rosa Díez NO son nacionalistas? Nacionalismo español es nacionalismo al fin y cabo!! (en el caso de pp y upyd ultra-nacionalismo).
Por lo demás de acuerdo en que la campaña ha sido una basura total.
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