22 junio 2009

España en negativo

Respuesta al juego propuesto por Isaac Rosa.

1.-

En España sólo dos partidos tienen posibilidades de llegar a La Moncloa: el PP y el PSOE. La ley electoral, que establece la provincia como circunscripción electoral, impide que el tercer partido en votos obtenga los escaños que realmente le corresponde. El bipartidismo es, pues, inevitable.

Los dos partidos tienen historiales de corrupción en su seno. El PSOE, actual gobernante, fue desbancado del poder en 1996 precisamente por malversación de fondos. El cáncer era tal que su director de la policía huyó a Asia con millones de pesetas. Pasó un tiempo en la cárcel y hoy está en libertad: se cree que guarda parte del dinero. A la caída del gobierno ayudó también el descubrimiento de una guerra sucia contra la banda terrorista ETA. El ejecutivo organizó un grupo que secuestró y asesinó a miembros de la banda en esta “guerra” también murieron ciudadanos corrientes. Un ministro de Interior de la etapa llegó a ir a la cárcel.

Ahora es el Partido Popular el que se enfrenta al fantasma de la corrupción. Su tesorero debe declarar ante el Tribunal Supremo, varios cargos han tenido que dimitir, y uno de sus líderes regionales está imputado por cohecho. El líder de la trama, un empresario, ya está en la cárcel. Una de las escasas imágenes que se tiene de él procede de la boda de la hija del ex presidente José María Aznar, a la que asistió como invitado.


2.-

Cada semana, una mujer es asesinada por su pareja o ex pareja. La violencia de género ha sido algo común en el país, pero no era visible. Sólo recientemente los medios de comunicación han comenzado a darle la relevancia que se merece, y hasta 2004 no había una ley específica para este tipo de crímenes. De hecho, era algo tan asumido que existe una frase que, supuestamente, pronunciaban las mujeres víctimas de malos tratos: “Mi marido me pega lo normal”.

A esta violencia oculta puede favorecer la iglesia católica española. Firmes en sus tradiciones, sus jerarcas -hace 30 años fervientes defensores de la dictadura fascista del general Franco; algunos todavía la añoran- han llegado a decir que, una vez desvinculado el sexo de la procreación, ya no tiene sentido que la violación sea considerada delito. También ha dicho que el aborto es peor que el abuso sexual de niños.


3.-

Se dice, medio en serio medio en broma, que para enterarte de lo que ocurre en España hay que escuchar 2 radios y leer 3 periódicos. Tal es el nivel de partidismo y manipulación en los medios de comunicación españoles. Existe un grupo empresarial, PRISA, que controla radios, televisiones, periódicos y editoriales. Apoya al PSOE y todas sus informaciones, férreamente dirigidas por una familia con antecedentes franquistas, van dirigidas contra la derecha.

En este bando hay más división, pero no más veracidad. Un periódico, El mundo, y una radio, COPE (dirigida por la jerarquía católica) son los arietes del conservadurismo. Juntos inventaron y difundieron hasta el hartazgo una teoría de la conspiración en la que acusaron al PSOE de estar detrás de los atentados del 11M.

No hay mucha más objetividad en las televisiones. Las públicas, a nivel estatal y autonómico, están dirigidas por personas afines a los que gobiernan. De tal modo que no suele emitirse muchas noticias críticas con los que están en el poder. Y las privadas, excepto la que pertenece al ya mencionado grupo PRISA, sólo buscan beneficios y audiencia: priman los sucesos y las anécdotas sobre la información política.


Tampoco existe libertad de expresión plena. Hace un año, dos humoristas fueron condenados por injurias a la corona. Con los reyes no se bromea. De hecho, hay un pacto no escrito de silencio por el cual ningún medio importante publica nada contra la monarquía. Al contrario, lo que llega a los ciudadanos siempre es positivo.

4.-

A pesar de ser, formalmente, una democracia en España se practica la tortura. Es lo que se extrae de los informes de Amnistía Internacional, una ONG que, no puede acceder a la subvenciones públicas para emitir sus spots en televisión: el gobierno no los considera de interés general. A sus observadores les preocupa especialmente “la detención de personas en régimen de incomunicación, los casos de tortura y malos tratos de personas extranjeras por parte de las fuerzas de seguridad y la falta de investigaciones imparciales y mecanismos efectivos de rendición de cuentas y reparación a las víctimas cuando se producen estos hechos”.

Recientemente varios miembros de las fuerzas de seguridad ha sido juzgados por maltratar a un detenido en una comisaría. Sólo han sido multados. La denuncia llegó a juicio porque las autoridades decidieron poner cámaras en las salas de interrogatorio, en vista de las numerosas denuncias sobre abusos.

Buena parte de estos males proceden de su pasado: 40 años bajo una dictadura. Pero también de la mala digestión de este pasado. No ha habido juicios contra los dirigentes de entonces, aún hay muertos sin identificar en fosas comunes (han pasado 70 años desde la guerra) y uno de los ministros franquistas (llegó a decir: “La calle es mía”) es hoy senador. Nadie se plantea ejercer acción judicial contra él.

Otra prueba de esta reticencia a echar cuentas con el pasado es que en alguna ciudad todavía hay estatuas del dictador a caballo.