10 marzo 2009

Después de la paz

En los tiempos -ahora tan lejanos- del último intento de acabar con ETA mediante el diálogo y la negociación, solía decir que por muy bien que resultase el proceso, España acabaría por tener su Omagh particular. Un último atentado de grandes dimensiones, estilo Hipercor, que pusiese de manifiesto que todavía hay quien busca la independencia a través de las armas, que todavía hay no está satisfecho con los acuerdos que se firmaron. Un atentado, en definitiva, que hiciera peligrar el proceso de paz.

Por desgracia, ETA rompió la baraja antes de que esto sucediese.

Pero quien estudie atentamente los atentados de estos días en Irlanda del Norte quizá pueda preparase mejor para ese momento.

Hace más de una década, el gobierno británico y el norirlandés firmaron los acuerdos de Viernes Santo. Fue el final de un largo camino que, finalmente, llevó al desmantelamiento del IRA. Pocos meses después el IRA Auténtico, una facción escindida de la banda, atentó en Omagh: 29 personas murieron, entre ellas 2 españoles.

A pesar de ello, el acuerdo no se rompió y hoy Irlanda del Norte es un lugar mejor que entonces (al menos en este aspecto).

Ahora dos de estos grupos -el IRA auténtico y el IRA de Continuidad- han vuelto a asesinar. Las declaraciones del gobierno, de los tories, del partido al mando en Irlanda y del Sinn Féin han sido similares: los atentados son un obstáculo al proceso de paz. Y éste no se va a detener.

Dentro de unos años nos veremos en esta coyuntura. Habrá que ver entonces cómo actúan los partidos políticos: si se unirán contra la violencia o, como siempre, se acusarán mutuamente de no hacer las cosas bien.

Ojalá no falte mucho para averiguarlo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Comparar la autonomia que se le dió a Irlanda del Norte (o incluso la que piden) con la que tiene hoy el País Vasco es comparar un huevo y una castaña.
De todas las formas conciendonos como nos conocemos está claro que aqui estaríamos ya tirandonos los trastos a la cabeza.