05 marzo 2009

...Y el mundo se quedará ciego

La historia de Ameneh Bahrami es horrible. Hace 5 años un hombre al que había rechazado le tiró una jarra de ácido sulfúrico a la cara. Desde entonces tiene este aspecto.

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La diplomacia logró que Ameneh Bahrami fuera admitida en España; ha sido intervenida 17 veces en hospitales de Barcelona; recibe una subsidio del gobierno. Sin estas ayudas, ¿quién sabe dóde y en qué estado se encontraría ahora Ameneh?

El gobierno español puede estar orgulloso de este gesto.

Pero ahora Ameneh quiere volver a Irán y ejecutar la sentencia contra su agresor. La Ley del Talión. Ojo por ojo.

Y eso no debe consentirse.

Un residente de un país democrático -no importa si nacional o inmigrante, lo de menos es si recibe ayuda estatal o es millonario- no puede anunciar que va a cometer un delito y quedar impune. La Fiscalía debería tomar cartas en el asunto. No sé cuál es la medida más apropiada: prohibirle salir del país, amenazarla con vetarle la entrada si ejecuta la sentencia...

Muchos dirán que España patrocina crímenes peores y menos justificados que éste. No importa. Es difícil que el gobierno reduzca la venta de armas a Israel; pero puede salvar los ojos a un iraní. Por mucho que sea un miserable.

Si Ameneh Bahrami vuela a Irán y regresa a España sin consecuencias, España perderá definitivamente la legitimidad para hablar de derechos humanos y justicia universal. He pasado pr alto muchas cosas -quizá demasiadas- pero la Ley del Talión... Eso no.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Es que ahora España tiene legitimidad para hablar de derechos humanos? ¿Te recuerdo los informes que cada año saca a la luz Amnisitía Internacional sobre las prácticas de tortura en algunas comisarías españolas? ¿O la venta de armamento a Israel? ¿O la absoluta pasividad por la causa saharaui? ¿Etc, etc, etc?

Por otra parte y como bien dices la historia de esta mujer es de lo más fuerte que he leído últimamente.

Anónimo dijo...

NO DEBE PERMITIRSE a esta mujer vengarse, por más que en su país la condena que ha impuesto un juez a su agresor sea precisamente la Ley del Talión. Hay que exportar nuestra educación y nuestros valores, no nuestro odio.

Y por cierto, Amnistía Internacional ha sonado otras veces en ambientes relacionados con ETA, que como todos sabemos, está siempre en contra de nuestras Fuerzas y Cuerpos de seguridad. Dejemos a nuestros policías hacer su trabajo en paz, que nuestra seguridad depende de ello.