Hay otras fotografías que reflejan mejor esta invasión. Imágenes de muertos, de heridos, de casas destrozadas y niños aterrorizados. Del lado israelí, sólo vemos carros de combate, políticos indignos, soldados decididos a matar para defender su Lebensraum.
Pero en estos jóvenes no veo decisión alguna. Son apenas adolescentes, miembros por tradición, costumbre y, quizás, patriotismo de un ejército que les envía a matar inocentes. La imagen está tomada de noche, una vez terminada su parte del ataque. Vuelven al campamento exhaustos, impactados por lo que han visto, humillados por lo que han hecho. Se repiten que es su deber, que los muertos eran terroristas. Pero hay quien sabe -el segundo por la izquierda, esa mirada ya está perdida- que no es así; que eran personas inocentes. Y que nunca podrá olvidar sus rostros.
Este grupo de soldados son la esperanza de Israel. Si tienen la voluntad suficiente, ellos construirán un futuro de paz.
(O puede que me equivoque y minutos después de ser retratados festejasen a matanza con champán y mujeres. Prefiero la primera hipótesis)
Pero en estos jóvenes no veo decisión alguna. Son apenas adolescentes, miembros por tradición, costumbre y, quizás, patriotismo de un ejército que les envía a matar inocentes. La imagen está tomada de noche, una vez terminada su parte del ataque. Vuelven al campamento exhaustos, impactados por lo que han visto, humillados por lo que han hecho. Se repiten que es su deber, que los muertos eran terroristas. Pero hay quien sabe -el segundo por la izquierda, esa mirada ya está perdida- que no es así; que eran personas inocentes. Y que nunca podrá olvidar sus rostros.
Este grupo de soldados son la esperanza de Israel. Si tienen la voluntad suficiente, ellos construirán un futuro de paz.
(O puede que me equivoque y minutos después de ser retratados festejasen a matanza con champán y mujeres. Prefiero la primera hipótesis)
No hay comentarios:
Publicar un comentario