14 noviembre 2008

Demasiadas rayas

XXX crea adicción.

XXX Inhibe los procesos cognitivos. Parece más adecuado como instrumento de lavado de cerebro, inducción del sueño o hipnosis que como estimulador de los procesos de aprendizaje.

XXX es una forma de inanición sensorial, capaz de provocar desorientación y confusión. Distorsiona el sentido del tiempo, lugar, historia y naturaleza. En ocasiones incapacita para distinguir lo real de lo irreal, o externo de lo interno, lo experimentado personalmente de lo que ha sido implantado desde fuera.

XXX disminuye la capacidad de crear imágenes propias; fomenta la sumisión y la pasividad.

XXX crea hiperactividad.

XXX limita la comprensión. Modifica la forma de recibir información, ofrece una experiencia sensorial angosta. A causa de XXX creemos que sabemos más, pero sabemos menos.

XXX es antidemocrática. Unos pocos producen y muchos consumen.

XXX embota la conciencia, facilitando así la autocracia.


CTE050


Uno lee estas frases y piensa que XXX es una peligrosa droga. Lo es. XXX es la droga más consumida del mundo. Con diferencia. XXX es la televisión.

Las frases de arriba son las conclusiones a las que llega Jerry Mander en su libro 4 buenas razones para eliminar la televisión. Está escrito a mediados de los años 70, pero no ha perdido vigencia. De hecho, algunos datos y comportamientos de la sociedad estadounidense en los años 70 pueden aplicarse a la España de 2008.

Después de 350 páginas de datos, análisis y entrevistas a científicos; después de reseñar estudios sobre la luz, la imágenes mentales, el sueño y la hiperactividad; después de preguntar a los ciudadanos sus sensaciones al ver la televisión; después de analizar el modo en que la televisión constriñe y distorsiona la realidad; después de todo esto, Mander resume en unas pocas frases los peligros de la televisión y propone su total eliminación.

Como mínimo, es un libro interesante. Un ensayo que obliga al lector a reflexionar sobre su comportamiento frente a la televisión. Como máximo, hará que el lector tire su televisor a la basura. Dentro de esos dos extremos hay un amplio rango de posibilidades. La elección es particular.

1 comentario:

Escorpiuser dijo...

Pues sí, yo ya había notado algunos de esos efectos en mí, aunque no me considero un gran consumidor de TV. Me gustaban sobre todo los programas temáticos y documentales. Me llamaba la atención que, después de verlos, era muy poca la información que mi cerebro podía retener de esos programas que podríamos calificar de "didácticos". Llegué a la conclusión de que era una forma poco eficaz de aprender. Por alguna razón que desconozco, mis (¿nuestras?) neuronas no asimilan bien datos ofrecidos a través de imágenes. Parece que son más productivas cuando esa información entra, por ejemplo, a través de libros.
Llevamos unos meses en casa sin TV por avería y la verdad es que cada vez la echo menos en falta.
No sé si es buena idea suprimirla del todo, pero sí que me parece un gran medio de manipular mentes en manos de políticos y otras gentes sin escrúpulos.