10 junio 2008

Las reglas del juego

1.

La iniciativa del lehendakari Ibarretxe de realizar una consulta a los ciudadanos vascos se asemeja a una bola de nieve que crece conforme baja la ladera de la montaña; puede convertirse en una avalancha, o también disolverse por sí misma y sólo hacer mucho ruido.


Ya el día que anunció su intención, todas las opiniones fueron unánimes. Era una convocatoria ilegal, un camino para la independencia del País Vasco, un regalo a ETA, una traición a los muertos… Ahora que ha especificado las preguntas de la consulta, la sarta de descalificaciones y bravuconadas se ha vuelto a repetir.

Porque es una bravuconada decir que “el gobierno parará la consulta ilegal” (además de saltarse a la torera la presnunción de inocencia; pero claro, al decir eso y lograr que todos los medios lo repitan, consiguen que los españoles creamos que en el norte están impulsando un referéndum ilegal y separatista). El Gobierno no detendrá nada; si acaso, lo hará la justicia. Y ésta no tiene fundamentos para detener la consulta, más allá de unas órdenes tácitas enviadas desde el Ejecutivo.


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Hay muchos que detestan la figura del lehendakari, que no soportan ver a Ibarretxe en televisión; pero no deben mezclarse sentimientos con leyes. En este asunto está actuando de forma escrupulosa. La consulta, al no ser vinculante, es legal. Así de sencilo. Otra cosa es que haya gente que no quiera que se haga; que busquen, entonces otras razones para tirarla. Pero que no mientan.

Cualquier ayuntamiento puede realizar una consulta para averiguar de qué color quieren sus habitantes que se pinten las fachadas; o si aceptan la instalación de una antena de telefonía móvil; o si quieren ser barrio o pueblo. Estas consultas han existido; pese a no ser vinculantes, el Ayuntamiento ha “obedeció la voluntad popular”. Y nadie dice nada.


2.


Mucha discusión ha surgido también de las preguntas. Son éstas:


¿Está usted de acuerdo en apoyar un proceso de final dialogado de la violencia si previamente ETA manifiesta de forma inequívoca su voluntad de poner fin a la misma de una vez y para siempre?

¿Está usted de acuerdo en que los partidos políticos vascos, sin exclusiones, inicien un proceso de negociación para alcanzar un acuerdo democrático sobre el ejercicio del derecho a decidir del pueblo vasco, y que dicho acuerdo sea sometido a referéndum antes de que finalice 2010?


La primera podrá ser acusada, como mucho, de plagio. Con parecidas palabras se presentó Zapatero en el Congreso para pedir autorización para hablar con ETA.

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La segunda es un tanto retorcida, (pero no ilegal). Pregunta a los ciudadanos si quieren que los partidos hablen entre sí para llegar a un acuerdo democrático sobre el derecho a decidir. No dice que en ese acuerdo tenga que aprobarse el derecho a decidir; van hablar del asunto. Se juntarán PP, PSOE, PNV EB, y algún otro y dirán, “¿Queremos decidir por notros mismos?”. Hay 2 posibilidades, que quieran decidir o que no quieran decidir. Previendo el voto de PP y POE, puede que tengan fuerza suficiente para lograr que no quieran decidir, (al fin y al cabo, esta decisión la tomará el Parlamento vasco, no los ciudadanos).

En la segunda parte de la pregunta aparece la palabra tabú: referéndum. Pero si leemos con calma, veremos que el referéndum atañe a la decisión tomada por el Parlamento. O sea, los partidos dicen “Queremos que los vascos decidan”, y los ciudadanos vascos aprueban o rechazan esta moción. De nuevo, el resultado es incierto.

Y ya está. Tanto alboroto para preguntar lo que ya se había preguntado y para hacer mil y una pruebas para decidir si existe un derecho a decidir. Esto se empieza a parecer a las discusiones metodológicas de los revolucionarios en La vida de Brian.


3.

Pero que sea redundante y complicado, y puede que inútil, no significa que sea ilegal, inconstitucional o separatista.


El problema es que los dos principales partidos tienen miedo de resultado. Y, por temor a perder la partida, prefieren no jugar.


4.

Para dejar las cosas claras, que a nada que defiendes la libertad de expresión y la ley te llaman terrorista.

No me gusta el lehendakari, no me gusta el PNV, no me gusta su calculada ambigüedad; no quiero que el País Vasco sea independiente, no quiero que ninguna Comunidad Autónoma lo sea; quiero que en un futuro España esté plenamente integrada en Europa, y que ésta sea un único estado. Pero mis preferencias no invalidan la ley, no quitan que, hoy por hoy, Ibarretxe vaya por el camino de la ley (aunque no actúe de buena fe) y que el Gobierno actúe de forma irrespnsable y, si llega hasta el final, ilegal.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No creo que el lehendakari actúe de mala fe, hasta ahora ha sido el único que ha tenido agallas de plantear una cuestión que pueda ayudar a resolver el problema político de Euskadi.

Los mismos que se cierran en banda, ¿qué hacen para que deje de haber muertos? No se trata de ceder a ETA, se trata de voluntad para resolver un problema.

El futuro de Euskadi deberían decidirlo, en un marco democrático, los ciudadanos vascos. Ni los españoles ni su ejecutivo. Ese es el verdadero sentido de la democracia (qué miedo les da a algunos...)

Anónimo dijo...

¿Tú de verdad crees que en la situación actual todos los ciudadanos vascos podrían votar libremente y sin temor en ese referendum?