Copio y pego un inteligente artículo de Manuel Vilas. Por cierto, su novela España es genial.
Se ha muerto un grande de América. Se ha muerto Paul Newman. Todos los grandes de América tienen su doble en el mundo hispánico. El mundo se ha hecho tan grande, hay tanta gente, que todo acaba teniendo dulces realidades paralelas. Por ejemplo, Paul Newman era en USA lo que aquí pudo ser Fernando Fernán Gómez. Sigamos con los dobles en un sentido moral. Nino Bravo es, sin duda, Johnny Cash. Elvis es Peret. Obama es Zapatero. George Bush es Fernando VII. ¿Y quién es Billy el Niño? Billy el Niño es el Che Guevara. Hillary es Sonsoles. Madonna es Paulina Rubio. El Cadillac es el Seat Toledo. Pepe Isbert es Humphrey Bogart. Charlton Heston es Mariano Rajoy. George Washington es Juan Carlos I. Abraham Lincoln es Líster. Joaquín Sabina es Bob Dylan. Luz Casal es Patti Smith. La Torre del Agua es el Empire State Building. Forrest Gump es Cantinflas. El General Custer es José Antonio Primo de Rivera. Hay una fiesta en los parecidos. Las Canarias son Hawai. Manolete es Clint Eastwood. Alfredo Landa es Dustin Hoffmann. Los países construyen identidades culturales. Federico García Lorca es Walt Whitman. El indio Jerónimo es Manolo Caracol. La tierra de “Dixie” es Andalucía. Curro Jiménez es Alan Ladd. Francisco Franco es, bueno, este es solo nuestro. Podemos intercambiarnos hasta una Guerra Civil y toda una literatura. Sí, adoramos América. Tienen más dinero y son más guapos. Veamos el caso de Francia. Paul Newman es allí Jean Paul Belmondo y Carla Bruni es Marylin Monroe, más o menos lo mismo que aquí. Veamos Italia: bueno, ojo, de allí son los Corleone. Y Elvis allí es mi querido Al Bano.
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