No tengo muy claro si quiero escribir este post. No me considero un quejica ni un "luchador por los derechos de los minusválidos" (a partir de ahora, retrones). Pero ayer surgió un interesante debate en el blog del Guionista Hastiado y me apetece contar aquí mi opinión. Además, la actualidad internacional me da sopor y no he leído ningún buen libro últimamente.
La cosa va de la ley del cine. Por lo visto, a su presidente se le ha ocurrido la brillante idea de introducir la discriminación positiva a la hora de repartir ayudas. En igualdad de condiciones, calidad y presupuesto, las películas con "responsable o directora" mujer tendrán "un plus" en la concesión de hasta un 50% más.
Es decir, Juan y Luisa quieren dinero para rodar una película. Las dos son igual de buenas -o malas-, las dos tienen presupuesto parecido y las dos son igual de fácil -o difícil- de rodar. La pasta va para la película de Luisa.
El debate ya está en la red. ¿Es necesaria la discriminación positiva hacia la mujer? Hay opiniones para todos los gustos, pero yo creo que en el ámbito del cine esta medida es prescindible (hay otros aspectos donde la desigualdad de la mujer es más patente, y su solución más urgente).
Pero no me voy a meter en este berenjenal. Prefiero proponer -si es que de algo vale proponerlo aquí- la discriminación positiva para los retrones.
Para acceder a la Universidad, el gobierno nos reserva un porcentaje de plazas; también lo hace en ciertas oposiciones. Creo que es una medida adecuada y, hoy por hoy, necesaria. Después de -literalmente- siglos en la oscuridad, viene bien un empujón para salir a la luz pública. Con un poco de suerte, dentro de 30 años podrán eliminarse estas medidas (igual que se lo están planteando en EE.UU. con los negros).
¿Cuantos retrones hay en el mundo del cine? Pocos, muy pocos. (Y el Langui no cuenta; si te interpretas a ti mismo, no actúas. El Goya no fue por su trabajo, sino por el hecho de ser retrón. ¿Se lo darán este año a Pablo Pineda?)
Este año voy a cursar un máster de guión de cine; lo imparte la UAB y es online. Antes de verano solicité las ayudas a estudios artísticos que otorga la Diputacón Provincial de Zaragoza.
A la vuelta descubrí que mi solicitud había sido rechazada porque no era presencial. Me acerqué a protestar y la respuesta que me dieron me dejó estupefacto. Mi curso era online y, por tanto, no tenía cabida. Les expliqué que, debido a mi minusvalía, no podía trasladarme fuera de Zaragoza; también señalé que las bases no especificaban que los estudios tuvieran que ser presenciales. Después de mucho insistir, admitieron que nunca se había presentado un caso similar y, por tanto, no estaba contemplado.
En resumen: hasta ahora ningún retrón había solicitado una beca para cursar estudios artísticos, y para uno que se presenta, lo rechazan porque va a estudiar de la única forma posible en este país en el que escasean las escuelas de cine.
Por tanto, creo que el Ministerio deberá plantearse dar un plus a los cineastas retrones. Ya va siendo hora de que alguien recoja un Goya en silla de ruedas (y será divertido ver al tipo que entrega el premio ayudarle a subir las escaleras).
Lo peor de todo -lo más significativo- es que ni se les ha pasado por la cabeza la posibilidad.
Así no avanzamos.
(Y ya vale de hablar de mí, que ya van dos posts seguidos. En el próximo voy a subirme al carro de PRISA y criticaré al gobierno de Zapatero...)
La cosa va de la ley del cine. Por lo visto, a su presidente se le ha ocurrido la brillante idea de introducir la discriminación positiva a la hora de repartir ayudas. En igualdad de condiciones, calidad y presupuesto, las películas con "responsable o directora" mujer tendrán "un plus" en la concesión de hasta un 50% más.
Es decir, Juan y Luisa quieren dinero para rodar una película. Las dos son igual de buenas -o malas-, las dos tienen presupuesto parecido y las dos son igual de fácil -o difícil- de rodar. La pasta va para la película de Luisa.
El debate ya está en la red. ¿Es necesaria la discriminación positiva hacia la mujer? Hay opiniones para todos los gustos, pero yo creo que en el ámbito del cine esta medida es prescindible (hay otros aspectos donde la desigualdad de la mujer es más patente, y su solución más urgente).
Pero no me voy a meter en este berenjenal. Prefiero proponer -si es que de algo vale proponerlo aquí- la discriminación positiva para los retrones.
Para acceder a la Universidad, el gobierno nos reserva un porcentaje de plazas; también lo hace en ciertas oposiciones. Creo que es una medida adecuada y, hoy por hoy, necesaria. Después de -literalmente- siglos en la oscuridad, viene bien un empujón para salir a la luz pública. Con un poco de suerte, dentro de 30 años podrán eliminarse estas medidas (igual que se lo están planteando en EE.UU. con los negros).
¿Cuantos retrones hay en el mundo del cine? Pocos, muy pocos. (Y el Langui no cuenta; si te interpretas a ti mismo, no actúas. El Goya no fue por su trabajo, sino por el hecho de ser retrón. ¿Se lo darán este año a Pablo Pineda?)
Este año voy a cursar un máster de guión de cine; lo imparte la UAB y es online. Antes de verano solicité las ayudas a estudios artísticos que otorga la Diputacón Provincial de Zaragoza.
A la vuelta descubrí que mi solicitud había sido rechazada porque no era presencial. Me acerqué a protestar y la respuesta que me dieron me dejó estupefacto. Mi curso era online y, por tanto, no tenía cabida. Les expliqué que, debido a mi minusvalía, no podía trasladarme fuera de Zaragoza; también señalé que las bases no especificaban que los estudios tuvieran que ser presenciales. Después de mucho insistir, admitieron que nunca se había presentado un caso similar y, por tanto, no estaba contemplado.
En resumen: hasta ahora ningún retrón había solicitado una beca para cursar estudios artísticos, y para uno que se presenta, lo rechazan porque va a estudiar de la única forma posible en este país en el que escasean las escuelas de cine.
Por tanto, creo que el Ministerio deberá plantearse dar un plus a los cineastas retrones. Ya va siendo hora de que alguien recoja un Goya en silla de ruedas (y será divertido ver al tipo que entrega el premio ayudarle a subir las escaleras).
Lo peor de todo -lo más significativo- es que ni se les ha pasado por la cabeza la posibilidad.
Así no avanzamos.
(Y ya vale de hablar de mí, que ya van dos posts seguidos. En el próximo voy a subirme al carro de PRISA y criticaré al gobierno de Zapatero...)
1 comentario:
Confiesa... ese retrón que recoge el Goya quieres ser tú...
Con respecto a la discriminación positiva de las mujeres puedo estar de acuerdo con ella es determinadas situaciones. Lo del cine me parece una soplapollez enorme.
Sobre lo tuyo, piensa que estás en un mundo absurdo y burocratizado. El funcionario de turno se limita a mirar si tu solicitud cumple o no cumple el punto 2, 5 y 7 bis del apartado 8 de la convocatoria correspondiente. Si le das algo que no se ajusta exactamente a lo escrito, entra instantaneamente en estado de shock. Lo sé, lo he vivido, he tenido que hacer miles de papeleos ya en mi corta carrera.
Ánimo con la solicitud y con el Goya... a lo mejor llega antes que en Nobel.
Publicar un comentario