Hay quien ha criticado la ausencia de Bob Dylan en la ceremonia de entrega de los Premios Príncipe de Asturias. En fin.
¿De veras pensaba alguien que iba a suspender su gira interminable para asistir con pajarita a una ceremonia de la que unca ha oído hablar para recibir un premio que no le importa lo más mínimo? Bastante hará si le dice a su manager “La próxima vez que vayamos a Europa, mira a ver si me consigues unos shows en España; que parece ser que me han dado un premio o algo; eso me dijero los de prensa”.
Javier Ortiz escribe hoy que Dylan es un “iconoclasta”, un “gamberro”. Realmente Dylan es lo que yo llamo un "tocapelotas"; siempre hará lo contrario a lo que se espera de él y buscará la provocación por puro placer.
De todas formas, deberíamos separar entre arte y comportamientos de artistas. Muchos critican a Dylan, Van Morrison, Sabina, Bunbury, Martin Amis... ¿acaso Wagner, Proust o el mismo Cervantes fueron más "formales"? ¿Acaso importa?
Aquellos que se escudan en el comportamiento de un artista (a menudo critican comportamientos superficiales, no ideologías políticas o actitudes repugnantes; hablarán mal de Sabina y sus placeres ilegales o sus boutades, no de la connivencia de Silvio Rodríguez con el Castrismo) para criticar su arte no saben diferenciar forma de fondo.
Cuando me siento a escuchar a Dylan, sólo siento su poesía. Con eso basta.
¿De veras pensaba alguien que iba a suspender su gira interminable para asistir con pajarita a una ceremonia de la que unca ha oído hablar para recibir un premio que no le importa lo más mínimo? Bastante hará si le dice a su manager “La próxima vez que vayamos a Europa, mira a ver si me consigues unos shows en España; que parece ser que me han dado un premio o algo; eso me dijero los de prensa”.
Javier Ortiz escribe hoy que Dylan es un “iconoclasta”, un “gamberro”. Realmente Dylan es lo que yo llamo un "tocapelotas"; siempre hará lo contrario a lo que se espera de él y buscará la provocación por puro placer.
De todas formas, deberíamos separar entre arte y comportamientos de artistas. Muchos critican a Dylan, Van Morrison, Sabina, Bunbury, Martin Amis... ¿acaso Wagner, Proust o el mismo Cervantes fueron más "formales"? ¿Acaso importa?
Aquellos que se escudan en el comportamiento de un artista (a menudo critican comportamientos superficiales, no ideologías políticas o actitudes repugnantes; hablarán mal de Sabina y sus placeres ilegales o sus boutades, no de la connivencia de Silvio Rodríguez con el Castrismo) para criticar su arte no saben diferenciar forma de fondo.
Cuando me siento a escuchar a Dylan, sólo siento su poesía. Con eso basta.
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