Teniente corrupto, el remake dirigido por Werner Herzog, es una de las peores películas que he visto en los últimos meses. Se supone que es una revisión muy libre de otra llamada igual y dirigida por Abel Ferrara. No he visto la original, pero estoy seguro de que es muy superior.
En ésta un policía -interpretado por un Nicolas Cage más patético e incongruente que nunca- trata de revolver varios asesinatos cometido por un narcotraficante. Para conseguirlo, miente, roba, intimida y tortura. Mientras, trafica con todo tipo de drogas -le duele la espalda y, al parecer, el Vicodin o es suficiente-, extorsiona a jugadores de fútbol americano, engaña a jóvenes que disfrutan del sábado por la noche -y consigue sexo gratis de paso- defiende a su novia a golpes -una prostituta adicta a la cocaína- se enfrenta con su padre y con la novia de éste y pierde 15 mil dólares en apuestas deportivas.
¿Qué tiene que ver todo esto con el argumento de la película? Nada.
Dos escenas definen muy bien la sinrazón de la película. en una vemos trabajar a los policías a través de los ojos de una iguana que, nadie sabe cómo, ha ido a parar a un piso franco de la comisaría. En otra, un gángster dispara al cadáver de otro para que su espíritu, ejem, deje de bailar.
La mayor decepción llega al final. como s se tratara de una mala sitcom, en 2 minutos diversos personajes se acercan al protagonista y le dicen que todos los problemas -el crimen, las apestas, las amenazas- están solucionados.
Casi dos horas de aburrimiento para terminar así.
Al parecer, Herzog es famoso por sus excentricidades -grabó un vídeo en el que se comía su propio zapato- y ataques de ira -estuvo a punto de matar a Klaus Kinski, su actor fetiche. Pero un buen director debe hacer buenas películas. Y ésta no lo es. Me pregunto cómo serán las demás.
En ésta un policía -interpretado por un Nicolas Cage más patético e incongruente que nunca- trata de revolver varios asesinatos cometido por un narcotraficante. Para conseguirlo, miente, roba, intimida y tortura. Mientras, trafica con todo tipo de drogas -le duele la espalda y, al parecer, el Vicodin o es suficiente-, extorsiona a jugadores de fútbol americano, engaña a jóvenes que disfrutan del sábado por la noche -y consigue sexo gratis de paso- defiende a su novia a golpes -una prostituta adicta a la cocaína- se enfrenta con su padre y con la novia de éste y pierde 15 mil dólares en apuestas deportivas.
¿Qué tiene que ver todo esto con el argumento de la película? Nada.
Dos escenas definen muy bien la sinrazón de la película. en una vemos trabajar a los policías a través de los ojos de una iguana que, nadie sabe cómo, ha ido a parar a un piso franco de la comisaría. En otra, un gángster dispara al cadáver de otro para que su espíritu, ejem, deje de bailar.
La mayor decepción llega al final. como s se tratara de una mala sitcom, en 2 minutos diversos personajes se acercan al protagonista y le dicen que todos los problemas -el crimen, las apestas, las amenazas- están solucionados.
Casi dos horas de aburrimiento para terminar así.
Al parecer, Herzog es famoso por sus excentricidades -grabó un vídeo en el que se comía su propio zapato- y ataques de ira -estuvo a punto de matar a Klaus Kinski, su actor fetiche. Pero un buen director debe hacer buenas películas. Y ésta no lo es. Me pregunto cómo serán las demás.
1 comentario:
Últimamente parece que no tienes suerte con las pelis,
Ahora mismo me voy a poner a ver Memento, una película de Culto... no sé qué opinas de ella, ya te contaré...
El séptimo sello no la había ni escuchado, ¿cómo puede ser?
Saludos, no me pierdo ninguna de tus entradas jaja
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