Hace casi 3 años escribí un post sobre los llamados escritores de culto que terminaba:
Sin embargo, muchas veces los lectores nos acercamos a su obra más por curiosidad que por verdadero interés literario. Si Pynchon saliese de cuando en cuando en la televisión, si Salinger permitiese un reportaje en su granja, ¿serían tan venerados? Lo dudo.Pues eso. Y El guardián entre el centeno no es más que una novelita para adolescentes con pájaros en la cabeza.
Si bien al principio seguro que se recluyeron por motivos perfectamente razonables, ahora mantienen su anonimato a capa y espada por pura estrategia: sin él sólo serían unos escritores más, en igualdad de condiciones con el resto.
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