Autores com Oscar Wilde, Jean Genet o Reynaldo Arenas escribieron algunas de sus obras en la cácel; Primo Levi emborronaba cuartillas con furia en un laboratorio del Lager donde lo habían encerrado. Miguel hernández escribió sus Nanas de la cebolla en la prisión durante la Guerra Civil.
Hoy, la Poesía se escribe en Guantánamo. La Universidad de Iowa publicará en unos otoño Poems from Guantánamo: The Detainees Speak, una colección de poemas escritos por los presos de Guantánamo. Un de lo abogados consiguió pasar al exterior los manuscritos –escritos en pastún, árabe e inglés– y ahora verán la luz, acompañados de ensayos escritos por diferentes intelectuales.
Como adelanto, este poema:
Take my blood.
Take my death shroud and
The remnants of my body.
Take photographs of my corpse at the grave, lonely.
Send them to the world,
To the judges and
To the people of conscience,
Send them to the principled men and the fair-minded.
And let them bear the guilty burden, before the world,
Of this innocent soul.
Let them bear the burden, before their children and before history,
Of this wasted, sinless soul,
Of this soul which has suffered at the hands of the “protectors of peace.”
5 comentarios:
Que la sangre amarga derramada por estos hombres sirva para que su voz sea escuchada
removiéndo, algún día no lejano, el corazón de los llamados "protectores de la paz"
Este poema me recuerda mucho al desgarro de Miguel Labordeta
Cito aquí el siguiente:
Me escucháis?
¿o no tienen respuesta mis palabras de suicida recién nacido?
¿nos encontraremos al final?
¿o el punto y el anciano,
el signo y la Bondad
son tan sólo
perdidos amuletos de la Mente,
cenizas de fotones
callando nuestras fuentes milagrosas
polvo de melodías eternas,
certero enigma sin pupila,
derramándose sobre quietos lagos desconocidos?
Cuando leí esta noticia solo pensé en que si este libro está supervisado por el departamento de Defensa estadounidense no es un libro natural, sino construido y no precisamente por sus autores...
Yo pienso que muchas, muchas Universidades americanas, están detrás y debajo de la Casa Blanca, el Pentágono y sus Cias-cloacas, es decir de los torturadores.
Esperaremos la voz del autor cuando salga de ese infierno en libertad.
¿No te parece?
por cua no contestás a quienes te hacen el favor de comentar? al menos decí gracias
Tene razón Anónimo. Había pensado hacerlo, pero preferí no responder a los comentarios.
No me gusta que el autor responda a sus lectores, parece que se defienda.
Pero, eso sí, gracias a todos los que leen este blog, y en especial a los que se toman la molestia de comentar.
Un saludo.
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