29 abril 2009

Esta es la foto de la epidemia

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Poco puedo opinar del tema. Y lo que se me ocurre, ya ha sido dicho.

A ratos me lo creo y a ratos pienso que es todo una broma macabra, un modo más de atemorizar a la población.

En cualquier caso, el tiempo lo dirá.

If



If you can keep your head when all about you

Are losing theirs and blaming it on you,

If you can trust yourself when all men doubt you,

But make allowance for their doubting too;

If you can wait and not be tired by waiting,

Or being lied about, don't deal in lies,

Or being hated, don't give way to hating,

And yet don't look too good, nor talk too wise:


If you can dream - and not make dreams your master;
If you can think - and not make thoughts your aim;
If you can meet with Triumph and Disaster
And treat those two impostors just the same;
If you can bear to hear the truth you've spoken
Twisted by knaves to make a trap for fools,
Or watch the things you gave your life to, broken,
And stoop and build 'em up with worn-out tools:


If you can make one heap of all your winnings
And risk it on one turn of pitch-and-toss,
And lose, and start again at your beginnings
And never breathe a word about your loss;
If you can force your heart and nerve and sinew
To serve your turn long after they are gone,
And so hold on when there is nothing in you
Except the Will which says to them: 'Hold on!'


If you can talk with crowds and keep your virtue,
' Or walk with Kings - nor lose the common touch,
if neither foes nor loving friends can hurt you,
If all men count with you, but none too much;
If you can fill the unforgiving minute
With sixty seconds' worth of distance run,
Yours is the Earth and everything that's in it,
And - which is more - you'll be a Man, my son!

28 abril 2009

La misión del columnista

Hoy ha muerto Javier Ortiz. Empecé a leer sus columnas en su última etapa como columnista de El Mundo. Después se pasó a Público, donde -imagino- sus ideas no eran tan estridentes.


Desde entonces lo he leído cada mañana. Sus artículos son modélicos: certeros, imaginativos, valientes. Y, por supuesto, bien escritos. No he leído ningún texto suyo redundante. Cuando todos los medios habían despellejado un tema hasta el hastío, el buscaba y encontraba un enfoque diferente. Pocos saben hacer esto.


Si en la vida real se comportaba como en sus columnas, debió de ser inaguantable. Sus textos eran en ocasiones puñetazos a la conciencia, a lo políticamente correcto, a lo asumido por todo, a los clichés. Atacaba a todos los partidos, asociaciones, políticos, periodistas... Sus discusiones con Pedro J. Ramírez debieron ser dignas de ver.


Cuando hablaba de ETA lo hacía con conocimiento de causa; un conocimiento que, a más de uno, le habrá llevado a pensar que estaba a favor de la banda. No lo creo.


Copio y pego 2 artículos que, en su día, cambiaron -aunque sea de forma leve- mi forma de ver las cosas. ¿Acaso no es esa la misión del columnista?



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La tortura y la ficción


Son ganas (y muchas) de enredar. El Parlamento vasco no ha apoyado ninguna denuncia falsa de torturas. Lo que el Parlamento vasco ha constatado, porque es así, y no tiene vuelta de hoja, es que ningún gobierno español, ni éste, ni el anterior, ni ninguno de sus antepasados, ha aceptado jamás que en algunas comisarías y cuartelillos de España se producen torturas. Y no lo ha aceptado no ya cuando lo han señalado taxativamente los informes anuales de Amnistía Internacional, poco sospechosa de connivencia con ETA, ni cuando lo ha constatado el relator de la ONU, sino ni siquiera cuando los propios tribunales españoles han pronunciado sentencias firmes contra tales o cuales policías torturadores.


No sólo los agentes condenados han sido mantenidos en su empleo y se las han arreglado para no ingresar en prisión, sino que, en algunas ocasiones y para más recochineo, han sido condecorados. O ascendidos, como Rodríguez Galindo (astuta idea de Belloch). Pasó un corto periodo entre rejas, pero ya está también en la calle.


Claman con aire ofendido nuestros gobernantes y sus acólitos que hablar de torturas es hacer el juego a ETA. En primer lugar: las denuncias de torturas no se refieren sólo a miembros de ETA. Según los informes existentes, la mayoría de los malos tratos afectan a detenidos por presuntos delitos de derecho común. En segundo término: es el encubrimiento de las torturas lo que más beneficia a ETA, porque la rabia resultante nutre sus filas.


¿Quieren acabar de raíz con estas polémicas? Lo tienen fácil. Legislen que todos los interrogatorios sean grabados en vídeo y que sólo lo grabado y firmado por el detenido pueda ser remitido al juez correspondiente.


¿No les dice nada que haya habido detenidos que se han confesado autores de crímenes que luego se ha sabido que habían sido cometidos por otros? A lo peor fueron sutilmente animados a ello. En tiempos del franquismo se decía: “Tras un hábil interrogatorio…”. Pregunten en la Audiencia Nacional: allí sí que lo saben, aunque no les guste hablar de ello.


Es todo un juego de imposturas y ficciones. Aquí hay mucha gente que engaña, pero nadie se engaña.



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Dylan, fiel a sí mismo


No sólo no acudió el viernes a Oviedo para recoger el Premio Príncipe de Asturias de las Artes, sino que ni siquiera se tomó el trabajo de excusar su ausencia.


"Un maleducado", comentó uno de los organizadores. Si quieren verlo así, háganlo, pero el hecho es que Robert Allen Zimmerman, más conocido por Bob Dylan, no había presentado su candidatura a ese Premio, ni nadie le había preguntado si lo quería.


Lo imagino haciendo una mueca burlona al enterarse de que le habían otorgado un galardón con nombre de príncipe "por conjugar la canción y la poesía en una obra que ha creado escuela y ha determinado la educación sentimental de muchos millones de personas". Nada ha odiado tanto el inclasificable genio de Minnesota a lo largo de toda su carrera como los intentos de encasillarlo con definiciones burocráticas y envaradas como ésa.


Dylan ha sido siempre un inconformista. No sólo en su juventud. Siempre. Ahora también. El error está en confundir inconformismo y progresismo, o dar por hecho que el inconformismo va inevitablemente unido a la oposición al sistema capitalista, o a la identificación con las masas oprimidas.


Quia. El inconformismo puede tomar los más variados caminos.


Ni el Dylan joven fue un revolucionario socialista ni el Dylan adulto el meapilas reaccionario que muchos creen.


Su inconformismo -el de entonces y el de ahora- le ha llevado siempre a rebelarse, primera y principalmente, contra los intentos de etiquetarlo, de encasillarlo, de hacerlo predecible.


Pondré algunos ejemplos de su comportamiento que resultan ilustrativos.


El 13 de diciembre de 1963, en lo más dorado de su fama como cantante de protesta, una poderosa organización progresista, el Comité de Emergencia por los Derechos Civiles, le concedió el Premio Tom Payne por su contribución a la lucha contra el orden establecido. Dylan creyó que lo estaban convirtiendo en un icono dentro de un movimiento organizado, y se rebeló. A la hora de recibir el premio, espetó a los organizadores: "No me gusta su organización. No me gustan ustedes". Y se fue.


Viajemos en el tiempo hasta 1991, 28 años después. Ese año Dylan recibió un Grammy. Las principales cadenas de televisión retransmitieron el acto. El establishment norteamericano estaba henchido por entonces de fervor patriótico (deambulábamos por lo peor de la Guerra de Golfo). Pues bien: Dylan aprovechó la ocasión para cantar Masters of War, su canción más vitriólicamente antibelicista y antimilitarista. Con lo cual sembró el estupor general. Traduzco sus versos: "Venid, señores de la guerra, / los que fabricáis las armas, / los que fabricáis los bombarderos, / los que fabricáis grandes bombas, / los que os escondéis detrás de los muros, /los que os escondéis detrás de vuestros escritorios... / Espero que muráis, / que la muerte os llegue pronto. / Seguiré vuestro cortejo fúnebre / en la pálida tarde / y vigilaré mientras os bajan / a vuestro lecho de muerte, / y me quedaré de guardia sobre vuestras tumbas / hasta estar seguro de que habéis muerto."


Si hubiera lanzado un cóctel molotov contra el escenario, no la habría organizado más gorda.


Muy parecido al numerito de los Grammy fue el que les montó un año después a los Clinton (¡y a los Gore!) durante un acto en el Lincoln Memorial. Cuando se suponía que Dylan iba a agasajar al emperador y a su corte, les soltó una desmelenada versión deChimes of Freedom, canción que homenajea -cito, de pasada- "al soldado que lleva las de perder en cada noche, al refugiado en la inerme carretera de la fuga", "al rebelde, al libertino, al infortunado, al abandonado y olvidado, al marginado que arde constantemente en la pira", "a la maltratada madre soltera y a la mal llamada prostituta" y "al fuera de la ley por un delito insignificante, acosado y engañado por la persecución"... entre otros.


Cuentan las crónicas que los asistentes no se esforzaron demasiado por ocultar su disgusto. El impertinente había vuelto a las andadas.


Es cierto que acudió a presentar sus respetos a Juan Pablo II (imagino que para tocar las narices a cuantos se pensaron que sería incapaz de hacer algo así), pero no lo es menos que, cuando el show business norteamericano decidió boicotear a Sinéad O'Connor porque rompió durante una actuación pública una foto del Papa (del Papa, no del Rey) al grito de "¡Combatid al verdadero enemigo!" -lo hizo en protesta por el silencio papal tras las denuncias de abusos sexuales cometidos por sacerdotes católicos contra niños a su cargo-, Dylan invitó a la cantante irlandesa a participar en el concierto de homenaje que le montaron para celebrar sus 30 años de carrera. Lo cual desató otro escándalo de mucho cuidado.


De tener que aceptar algo parecido a una definición, supongo que no le molestaría demasiado que se le atribuyeran adjetivos tales como "iconoclasta". O "gamberro", incluso.


Un audaz reportero le preguntó hace muchos años: "¿Qué clase de canciones son las suyas?" "Pues, verá", le contestó. "Tengo canciones de tres minutos, de cinco minutos, de siete minutos y hasta de diez minutos. Le parecerá increíble, pero es así".


A Dylan le divierte chotearse de los bobos. Aunque concedan premios.

¿Quién nos visita: Sarkozy o Bruni?

Algo está fallando en los medios de comunicación.

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25 abril 2009

Causas y azares, segunda parte

En noviembre de 2008 escuché una noticia sobre los centros de trabajo de los minusválidos en Aragón. No me gustó el enfoque, ni la conclusión que ofrecía. Venía a decir: "En Aragón hay x discapacitados; un mínimo porcentaje trabajan, el resto se queda en casa disfrutando de subvenciones".

Esa misma tarde propuse a mis jefes un reportaje que intentase responder a esta pregunta, "¿Por qué sólo trabaja una pequeña parte de los minusválidos?
"

5 meses después - las cosas de palacio van despacio- aquí está. Se puede ver en Youtube o, con mejor calidad, en Vimeo.



Como en cualquier trabajo más o menos creativo, no he conseguido mis propósitos. Al menos, no de forma completa. Necesitaría una hora de televisión para poder abarcar todos los aspectos del trabajo de los discapacitados. Y en televisión el tiempo es muy limitado.

En el reportaje no hay datos, sólo opiniones. Es un fallo grave. Mi intención era colocar rótulos que informasen sobre el número real de discapacitados físicos, cuántos de ellos tienen un trabajo normal, el porcentaje de mujeres sobre hombres que está en paro, el tipo de puestos que ocupan, el salario que cobran... Ha sido imposible.

He llamado a todos los teléfonos que he encontrado. Disminuidos Físicos de Aragón, Departamento de Salud del Gobierno de Aragón,
Departamento de Trabajo del Gobierno de Aragón, Instituto Nacional de Estadística... Nadie me ha podido ofrecer datos. Nadie sabe cuántos minusválidos hay en Aragón (yo tengo un certificado de minusvalía, supongo que el resto de minusválidos también....); nadie sabe cuántos de ellos trabajan (pero yo marqué una x al firmar mi contrato de trabajo). Como dijo una compañera mía, "no existimos".

En cualquier caso, para ser mi primera incursión en el mundo del reportaje, estoy satisfecho. Esto es periodismo. Y me gusta.

Hay mucha gente que cree que yo mismo debería haber sido parte de reportaje, o el propio hilo conductor. Yo no lo veo así. Puedo ser discapacitado, pero a la hora de trabajar estoy al otro lado de la barrera. ¿O acaso un periodista fumador se pondría como ejemplo a la hora de informar sobre los efectos del tabaco?


La versión emitida en Aragón Televisión contenía un "epílogo" en que se veía al redactor, al operador de cámara y al editor trabajando en la cabina. Era el modo más elegante que encontramos para decir que era un reportaje sobre minusválidos hecho por un minusválido. Lo acepto.


Para la versión de Internet he suprimido este epílogo. El vídeo termina en fundido a negro. Como debe ser.

Espero que os guste.


Actualización 19'18:

El egocentrismo que me es propio me lleva a olvidar que el trabajo en televisión es un trabajo en equipo. Este reportaje no habría sido posible sin la colaboración de muchas personas. Pero, ante todo, es indispensable la imagen -precisa y creativa- grabada por Mario Gómez.

24 abril 2009

Pakistán talibán

En un mercado de Buner hay un cartel que dice, "Las mujeres no pueden entrar".

Esta advertencia es la prueba tangible del avance talibán en Pakistán. En febrero, el gobierno accedió a dejarles aplicar la ley islámica en una provincia del norte, en un intento por acabar con los atentados. Pero los talibanes no se contentaron y hoy están a 100 kilómetros de la capital.

Ante la amenaza de utilizar el ejército, las milicias talibanes han iniciado un tímido retroceso. Pero sus intenciones siguen igual de firmes. Antes de subir a un camión, un talibán habla a las cámaras de Reuters. "La ley islámica debe regir en todo el mundo, no sólo en Pakistán", dice. Lleva la cara tapada con un turbante negro y de su hombro cuelga un fusil.



La situación ha puestos nerviosos a Europa y Estados Unidos. Esta semana, la Secretaria de Estado Hillary Clinton se dirigía al Congreso. "Pakistán se ha convertido en una amenaza mundial al rendirse al avance de los talibanes y otros extremistas". Según Washington, el gobierno paquistaní no hace lo suficiente para luchar contra ellos.

Ayer, un diplomático estadounidense hablaba así a un oficial paquistaní: "Lucháis contra los talibanes igual que os laváis los dientes. Decís que son vuestros enemigos, pero en realidad no los consideráis así. No queréis derrotarlos. Los veis como un problema, no como una amenaza."

El descontento es tal que Estados Unidos se está inclinando a favor del ex primer ministro, Nawaz Sharif, en oposicion al actual mandatario, Yousuf Raza Gillani.

El país tiene la bomba atómica y la posibilidad de que ésta caiga en manos de los talibanes, aterra a Occidente.

22 abril 2009

El libro del futuro

Definitivamente, antes de navidades, me voy a comprar un e-book. Hace meses, cuando escuché esta palabreja por primera vez, me produjo repulsión. ¿Leer en una pantalla? Ni de broma. Pero ya leo decenas de páginas en una pantalla cada día. Y leer una novela no puede ser más difícil que navegar por un mar de periódicos, blogs, enciclopedias y vídeos.

¿Será Kindle, Sony Reader o algún otro? No lo sé. Tengo que estudiar los detalles. ¿Podré comprar en libro en español y leerlo en el aparato de Amazon? ¿Habrá ofertas de bienvenida? ¿Es posible en alguno de ellos leer el periódico?

En el futuro, seguro que sí. Tengo ganas de que llegue.

Mientras, copio y pego un artículo del Wall Street Journal, traducido al español por Verónica Puertollano, cortesía de Arcadi Espada.

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Todas las tecnologías auténticamente revolucionarias implantan un cierto momento «ajá» en la memoria; el momento en que de golpe sucede algo mágico, algo que te dice en un instante que las reglas han cambiado para siempre.

Sigo teniendo vívidos recuerdos de muchos momentos así: clicando en mi primer link en la web en 1994 y transportándome instantáneamente a una página alojada en un servidor en Australia; usando Google Earth para hacer zoom directamente del espacio a la imagen por satélite de mi casa; mirando a mi hijo de 14 meses hacer el gesto de pasar la página en la interfaz del iPhone.

El último de estos momentos llegó por cortesía del Kindle, el lector electrónico de Amazon.com. Unas pocas semanas después de comprar el dispositivo, estaba sentado solo en un restaurante en Austin (Tejas), abriéndome obedientemente camino a través de un ebook sobre empresa y tecnología, cuando sentí el repentino deseo de leer una novela. Después de unos pocos toques en el Kindle, estaba navegando por la tienda Amazon, y en un minuto o dos, comprando y descargando la novela de Zadie Smith On Beauty. Cuando llegó la cuenta, había leído el primer capítulo.

Ajá.

Entonces supe que la migración del libro al mundo digital no sería una simple cuestión de intercambiar tinta por píxeles, sino que probablemente cambiaría en profundidad los modos en que leemos, escribimos y vendemos libros. Será más fácil para nosotros comprar libros, pero al mismo tiempo hará más fácil dejar de leerlos. Expandirá el universo de los libros al alcance de la mano, y transformará el acto solitario de leer en algo mucho más social. Dará a los escritores y editores la oportunidad de vender libros más desconocidos, pero acabará socavando algunas de las características nucleares que hemos asociado a la lectura de libros durante más de 500 años.

Hay una gran promesa y oportunidad en la revolución de los libros digitales. La pregunta es: ¿Reconoceremos al propio libro cuando la revolución haya hecho su camino?
El resto del artículo, aquí.

Símbolos del futuro ominoso

La política atual está fabricada mediante símbolos. Es toda representación, no realidad.

Un abrazo apaga el fuego y atempera tempestades; una broma es el preludio de cambios de gobierno; una foto vale más que mil discursos vacíos y un vídeo es un arma para ganar eleciones.


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Así entendido el arte de gobernar -o de llegar al Gobierno- la convocatoria de José María Aznar es un símbolo muy bien estudiado. Es eficaz, fácil de ejecutar, barato y tiene múltiples lecturas.


Ya antes de que se reunieran, todos los medios hablaban de la foto de familia; hemos desempolvado aquella imagen de 1996 (en blanco y negro en El País, cómo pasa el tiempo) y hemos recordado tiempos oscuros; al Partido Popular le ha costado lo que vale una comida para un puñado de políticos de vuelta de todo; y cada uno puede extraer su particular mensaje.

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El PSOE comprueba que su reciente foto de familia no es nada en comparación con la de 1996.

Mariano Rajoy comprende que la palabra del (verdadero) líder es el Anillo Único del que se hablaba en El Señor de los Anillos.


Los votantes del Partido Poular reciben un atisbo de esperanza: ¡vuelve el Mesías!


Al resto de ciudadanos, nos invade el medio y la angustia: vuelve Aznar. Vuelve el hombre.

20 abril 2009

Los derechos de Ahmadineyad

1.-
Primero, los hechos.

Esta tarde se ha clausurado en Ginebra la Conferencia de la ONU sobre Racismo. A la cumbre no han asistido países como Estados Unidos o Israel: consideran ofensiva la presencia del presidente iraní. Hace unas horas, Mahmud Ahmadineyad ha pronunciado su discurso. Nada más comenzar, dos personas con gorros de payasos ha intentado interrumpir sus palabras. Han gritado "vergüenza" y "racista". Los agentes de seguridad los han expulsado de la sala.

El presidente
iraní ha seguido blando y ha dicho: "Bajo el pretexto del sufrimiento judío durante la II Guerra Mundial, se enviaron emigrantes de Europa y Estados unidos para establecer un régimen opresor y racista en Palestina". Antes de que acabase la frase, el primer delegado europeo ya salía de la sala. Otros lo han seguido. Fuera, una multitud lo comparaba con Hitler.




2.-
Y ahora, las opiniones.

La verdad es que tengo muchas dudas. No me gusta Ahmadineyad, me da miedo. Creo que es un loco peligroso; creo que es un dictador; creo que ha desmantelado el trabajo que hizo su predecesor (igual de teocrático, pero un punto más progresista).

Y sin embargo...

Sin embargo, pienso que no debería ser delito decir que el holocausto no existió. ¿Por qué no puedo decirlo? Vale, es mentira, puede serusada vilmente para hacer daño. ¿Y? Si yo digo que el exterminio armenio fue un invento, ¿qué ocurre? ¿Y si digo que Stalin fue un político simpático y bonachón, que los únicos que murieron eran realmente culpables? Peor aún, más cercano, ¿puedo decir que la Guerra Civil fue un alzamiento justificado, que los muertos no fueron tantos como se dice y que Franco gobernó para todos y llevó a España a la modernidad?

De hecho, voy a decirlo: el exterminio armenio fue un invento; Stalin fue un político simpático y bonachón, los únicos que murieron eran realmente culpables; la Guerra Civil fue un alzamiento justificado, los muertos no fueron tantos como se dice y Franco gobernó para todos y llevó a España a la modernidad. Y el Holocausto no existió.

Estas frases son falsas; me da asco sólo escribirlas. Pero no son delito. Tengo el derecho a decirlas. En cambio, en ciertos países, negar el Holocausto o la matanza de armenios sí lo es .

3.-
Ahmadineyad es un dictador, pero debería tener el derecho a decir lo que quiera. Un derecho que, por cierto, él roba a sus ciudadanos. La forma de oponerse a su política no es callarle o insultarle. Es escucharle y rebatir sus argumentos.

Leamos con calma algunas de sus declaraciones pronunciadas hoy.

Bajo el pretexto del sufrimiento judío durante la II Guerra Mundial, se enviaron emigrantes de Europa y Estados Unidos para establecer un régimen opresor y racista en Palestina.

Las causas remotas de los ataques de Estados Unidos en Irak y Agfanistán son la arrogancia de la anterior administración y la presión de las corporaciones por expandir sus intereses.

¿Quién no firmaría estas palabras?


4.-
Conclusión: una conferencia más echada por la borda por el juego de amistades y enemistades entre países. Se reúnen para hablar de racismo y no llegan a ningún sitio.

El documento final también recibe protestas. Allí se puede leer: La organización...

señala su profunda preocupación en torno a las prácticas de discriminación racial contra la población palestina y otros habitantes de territorios árabes ocupados, que afectan a su existencia diaria e impiden el disfrute de derechos fundamentales, reiterando la petición del fin de dichas prácticas.

reitera que el pueblo palestino tiene el derecho inalienable a la autodeterminación y que para consolidar la ocupación israelí, ha sido sometido a un castigo colectivo ilegal, tortura, bloqueo económico, fuerte restricción de movimiento y cierre arbitrario de su territorio. También señala que continúan construyéndose asentamientos ilegales en su territorio.

reafirma que una ocupación extranjera basada en asentamientos, leyes de discriminación racial y bloqueo militar que aisla ciudades entre sí, contradice los principios de la Carta de Naciones Unidas y constituye una violación de los derechos humanos y el derecho internacional humanitario, una forma contemporánea de apartheid y una amenaza a la paz y seguridad mundiales.

5.-
A propósito, una periodista estadounidense-iraní ha sido condenada a 8 años de cárcel por "espionaje". Esto es lo que deberían haber criticado los delegados de la Conferencia. Pero es más fácil salir de una habitación que preguntar a un gobernante por qué encarcela a personas inocentes.

Ladrones de comida

Somalia es un estado fallido. Un lugar donde no hay leyes, ni respeto por los derechos humanos, ni cohesión social; en cambio, hay crisis alimentaria aguda, violencia e inestabilidad.

Hace una década Somalia y sus niños famélicos abrían los informativos. Hoy son los piratas quienes acaparan titulares. Estados Unidos y Europa tienen buena parte de culpa. Pero las consecuencias no sólo las pagan sus barcos.

La Organización de Alimentos de la ONU tiene serios problemas para distribuir la ayuda entre los más necesitados. Sus barcos son atacados en el mar, su personal asesinado y los productos llegan cada vez menos a su destino.



Hasta ahora la Unión Europea y la OTAN ofrecían barcos escolta. Pero no hay tantos. El 90 por ciento de la ayuda se envía por mar, a través de puntos muy concretos. De allí se reparte a Kenia, Uganda, Sudán y la República Democrática del Congo. Si se bloquean los puertos, millones de personas pasarán (aún más) hambre.

Pero esto no interesa. Lo importante son los barcos de Estados Unidos.

19 abril 2009

El mundo, según Ballard

No me sorprende la muerte de J.G. Ballard. Llevaba tiempo sufriendo un cáncer, eso que los periódicos llamarán “una larga enfermedad. En previsión de su cercano fin, leí a finales de 2008 un libro suyo, Fiebre de guerra. Me encantó.

Me recordó a 1984, a Un mundo feliz. Alguno de los cuentos que componían el volumen eran precisas metáforas de la vida actual; otros, podrían pasar por reportajes periodísticos. El mundo que ofrece no es agradable, pero no nos resulta extraño.



A pesar de haber escrito decenas de novelas, cuentos y unas memorias, se le recordará por El imperio del Sol (más por la película que por la novela) y por Crash (ídem).

Una pena.

17 abril 2009

Sangre nórdica

El pasado noviembre escribí una reseña de Déjame entrar, la mejor película sobre vampiros de las últimas décadas. La había visto en internet, en sueco con subtítulos en inglés. Ahora se estrena en España y aprovecho para copiar lo que allí escribí. Imprescindible.



Hace unos meses, el diario argentino Página 12 dedicaba un artículo a los vampiros en la cultura actual. Hablaba de Crepúsculo, de Anne Rice, de True blood... y de Déjame entrar.

Una vez más, Página 12 acertó.

Déjame entrar no es una película de vampiros al uso. Tal y como marca la última tendencia, el chupasangre no es el malo de la película (los tiempos de Christopher Lee y Bela Lugosi pasaron a mejor vida); pero tampoco es un ser atractivo y seductor, como Lestat o Louis, en Entrevista con el vampiro. Ni siquiera es dulce e inocente, como la saga El pequeño vampiro hizo creer a millones de niños.

Eli, la vampiresa, es una eterna niña de 12 años sucia y desarrapada. Mata para comer, y lo hace sin pudor, sin delicadeza ni elegancia. Nunca la sangre en los labios de un vampiro es tan real como en esta película. Lo que Eli hace es, da igual como lo miremos, un asesinato. Uno tras otro.

Al comienzo de la película inicia una tímida amistad con Oskar, otro niño de 12 años, (éste, humano). Oskar teme a los vampiros, pero a los de verdad. A los que chupan la sangre mediante palizas, burlas e intimidaciones a la salida del colegio; a los que arrebatan la vida violación tras violación, aunque su cara sea afable y familiar; a los que ahogan a gritos y rutinas. Los malos no siempre tienen colmillos.

Pero no puede hacer nada. Al menos, no sin ayuda. Gracias a los ánimos y consejos de Eli, se enfrentará a tus propios vampiros. Y, gracias a Eli, salvará su vida.



El paisaje es parte indispensable de la película. Estamos en Suecia en los años 70. Hace frío, nieva, oscurece pronto. La gente va siempre abrigada. Son tristes, sucios y desagradables. Muy lejanos de la elegancia de nuestra imaginación. Es una sociedad que no se preocupa de sus miembros: sus habitantes se encierran en las casas, no quieren tener más relaciones que las indispensables y aun éstas son frías y, en cierto modo, falsas. Quizá sea el clima, como muchas veces se ha dicho. Quizá no sea casualidad que el único adulto que se interesa por Oskar sea un exiliado cubano.

Al final de la película uno se siente más solo que antes, y piensa que el paraíso nórdico quizá no es tal. Y desea, por unos momentos, que existan los vampiros. Y que sean como Eli.

05 abril 2009

Injerencias

Una vez más, la religión se entromete en la política. Esta mañana varios periódicos publicaban: “El Consejo de Ministros ha aprobado un real decreto por el que se conceden dieciséis indultos especiales, solicitados, como cada año, por distintas cofradías con motivo de la Semana Santa”.

Curiosamente -o no tanto- las notas de prensa señalan qué cofradía ha realizado la petición, no el delito o la condena de los indultados. ¿Serán asesinos, violadores, malos conductores, estafadores, terroristas? El sentido común me lleva a pensar que serán delitos de poca monta, que en realidad son buenas personas que un día se confundieron de camino y acabaron en la cárcel, que al salir enderezarán su vida. Pero no tengo datos, y puedo pensar lo peor.

El indulto por Semana Santa es una mala costumbre que viene de lejos. Según el Nuevo Testamento, los judíos pedían al gobernador romano que pusiese en libertad a un preso para celebrar la Pascua. El asesino en cuestión que el libro nombra es Barrabás. Han pasado unos dos mil años desde que se escribió el libro, pero la religión sigue presente en la política.

¿Por qué el gobierno hace caso a un grupo de cofrades? ¿Qué derecho tienen ellos a pedir la liberación de presos cada año?

Si yo me junto con un grupo de amigos y una vez al año año, pongamos el día 14 de abril, pido al gobierno que deje en libertad a un ladrón en recuerdo a la Segunda República, ¿me hará caso? Lo lógico sería que ignorase mi petición; o bien que me escribiese una carta en la que detallase el proceso para solicitar un indulto y me pusiera en mi sitio.

Pero claro, si lo piden los cofrades...

Por cierto, esta gente son compañeros de fatigas de aquellos que critican la ley del aborto o de los que no permiten mujeres en su seno. Todo, claro está, por respeto a la vida y la tradición.

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Ya que estamos:

No me gusta que haya fiestas religiosas. España es un estado aconfesional, por tanto no debe organizar su calendario festivo conforme manda la Iglesia. En el trabajo se ríen de mí y me dicen que, si quiero, me quede esta semana en la redacción. Acepto la propuesta, pero añado que el 14 de abril, el Día de la Paz, el Día del Libro y el Día del Minusválido me quedaré en casa.

Entonces las risas se convierten en carcajadas.

04 abril 2009

Comfortably Numb

Los ciudadanos del primer mundo con acceso a televisión estamos anestesiados contra la brutalidad que impera en el mundo. Es la consecuencia de tragar las judías al tiempo que escuchamos hablar de terremotos devastadores, de crímenes inimaginables, de guerras interminables, de muertes en el mar.

Nuestra indiferencia es, al tiempo, nuestro escudo. No podemos permitirnos el lujo de llorar y gritar y querer salir a las calles después de ver cada informativo. Pero llega un momento en que esta indiferencia asusta.

Ayer redacté esta noticia (no recuerdo las palabras exactas):

Las imágenes que van a ver son la prueba de la penetración de los talibanes y sus leyes islámicas en el Norte de Pakistán. Esta mujer tapada completamente con un burka es azotada, mientras dos hombres la sujetan de pies y manos. Mientras, una multitud asiste indiferente al espectáculo. Es el castigo por haber tenido relaciones con su suegro. La grabación ha impulsado a las autoridades paquistaníes a investigar el asunto. El mismo gobierno que permite la ley islámica ejercida por los talibanes en un intento de pacificar la región.




La historia es atroz. La mujer grita desesperada y su verdugo responde en un idioma que no entiendo. Pero podemos imaginar lo que dice. Cuando termina, levantan a la mujer y se la llevan.

Ayer escribí esta noticia, edité las imágenes, escuché los gritos y busqué más información sobre el tema. Y sin embargo, no me afectó en nada. De hecho, hubo un momento, en que dudé de la autenticidad de la grabación. Si yo recibo una decena de latigazos en la espalda, no soy capaz de levantarme y caminar sin más.

Me preocupa pensar así. Pero también sé que me he “curtido” a la fuerza, que no puedo sufrir por cada imagen dura con la que tengo que trabajar (o eso me hago creer).

Supongo que el sentimiento es generalizado.

02 abril 2009

Final del extraño interludio

Se podría decir que ya estoy de vuelta. Después de 2 semanas out -una de ellas en el país de las maravillas-, vuelvo al mundo real.

De aquí a un par de semanas se podrá ver el fruto de este viaje. Espero no defraudar expectativas.

El mundo ha seguido girando, pero no ha cambiado. Acusaciones de corrupción, sucesos nauseabundos, rencillas periodísticas, anuncios vacíos... Lo de siempre. Por lo visto estos días hay una reunión importante en Londres. Toda Internet está pendiente. Yo no.

No me interesa lo que digan. No sé si es bueno o malo.

En el horizonte, nuevos libros, un buen concierto a medio plazo, un gran concierto a largo plazo, nuevas curiosidades, páginas por estudiar.

Lo malo de creerse a pie juntillas el poema de Kavafis es que, demasiadas veces, se cumple.