27 febrero 2009

23 febrero 2009

Rápidas reflexiones sobre unos premios Oscar infames

1.- Vicky Cristina Barcelona es una patochada, una película agradable, graciosa, simpática. Una mancha de color en el irregular y brillante currículum de Woody Allen.

2.- Penélope Cruz no actúa bien en la película. Es irritante, boba, cargante. La culpa no es suya, sino del personaje.

3.- La actriz tiene mejores trabajos.

4.- No entiendo por qué la han premiado. Literalmente, no comprendo qué han visto en ella.

5.- Las reacciones a este premio demuestran que todavía hay mucho nacionalismo -o patrioterismo- en el cine.

6.- Slumdog millionaire no es una gran película. Es mediocre, en el sentido más puro el término.

7.- Como ella hay miles. Y todas nacen de Cenicienta.

8.- Si Heath Ledger no hubiera muerto, el premio a actor secundario hubiera sido para otro. Para Philip Seymour Hoffman, por ejemplo, el mejor actor de su generación. Y de la siguiente.

9.- Es una vergüenza que Reolutionary Road no se haya llevado el Oscar a mejor película. Y a mejor guión. Y a mejor dirección. Y a mejor fotografía. Y a mejor actriz.

10.- Peor para ellos.

11.- Yo he visto las mejores películas rodadas en Estados Unidos en 2008. Con eso me basta.

22 febrero 2009

Si fueras vasco, ¿a quién votarías?

Una web ha preparado un cuestionario sobre las eleciones vascas. A través de una serie de preguntas, sugiere qué partido es más acorde con tus ideas. Como mínimo, es interesante.


Por lo visto, yo debería votar al PNV. Nunca lo hubiera dicho...

La película del año

La última película de Clint Eastwood debería ser una de las premiadas esta noche en Los Ángeles. Pero no va a ser así. Gran Torino no está nominada a ninguna categoría. Como tantas otras, My blueberry nights, Escondidos en Brujas... -ha sido ignorada por los que organizan el sarao que con el que Hollywood celebra cada año lo guapo que es.

No es ninguna novedad decir que Clint Eastwood es un maestro del cine, que atrás quedaron sus tiempos del spaguetti western y que es mejor director que actor, aunque cuando se dirige a sí mismo ofrece sus mejores papeles. No es novedad pero, visto lo visto, aun hay quien no lo sabe. Tampoco son capaces de reconocer su valía como música, que le ha llevado a componer la música de Gran Torino, una delicia interpretada por Jaime Cullum, (Clint sabe tocar el piano, pero lo de cantar lo deja a otros mejor preparados).

Gran Torino podría ser -esperemos que no- la despedida de Eastwood del mundo del cine. Un canto a la vejez, a la amistad, y la empatía y el entendimiento entre culturas diferentes en la América profunda del siglo XXI. La película comienza con el funeral de una mujer. Asiste su viudo, Clint Eastwood, y un puñado de familiares bastante desagradables. Tras la ceremonia, oficiada por un joven e inexperto sacerdote, hay una reunión en la casa del viudo; allí se muestra el carácter del protagonista: anclado en las viejas tradiciones, con un punto misántropo, amargado. La presencia de una numerosa familia oriental en la casa de al lado no mejorará su humor.



Un incidente dará pie a una relación entre Eastwood y los miembros más jóvenes de esta familia. Como ya se ha contado muchas veces, el viejo huraño descubre el poder de la amistad a través de quienes, en su pasado, podrían haber sido sus enemigos. Pero Eastwood no cae en clichés y el espectador no tiene la sensación de lo ya visto en ningún momento. Al contrario, al final,de la película siente cariño por los principales protagonistas -incluso por el sacerdote, que ya no es inexperto.

Quizá la clave de esta película sea su elegante sencillez.
Eastwood prescinde de recursos expresivos,de saltos de tiempo y lugar, de efectos especiales. Elige pocos escenarios y pocos actores en cada escena. La estructura es sólida y os giros que mueven la narración son claros y llegan en el momento oportuno.


Después de rodar grandes películas como Sin Perdón, Mystic River o Million dollar baby, Clint Eastood ha conseguido firmar su mejor película.

Quizá por suerte, pocos en la industria de Hollywood lo han sabido ver. La miel no es para los asnos.

15 febrero 2009

No es esto

Soy ambivalente respecto a Hugo Chávez. No tengo muy clara mi postura. A veces pienso que su gobierno se acerca peligrosamente a la definición de autocracia, y otras que Estados Unidos y la Unión Europea no toleran un régimen verdaderamente socialista. Sin embargo, con los últimos acontecimientos Chávez está demostrando que sus enemigos quizá tengan algo de razón.

Venezuela celebra hoy un referéndum para suprimir el límite constitucional de dos mandatos seguidos y permitir la reelección indefinida del presidente. Hay quienes equiparan esta reforma con el mandato eterno de Chávez. Ciertamente es una posibilidad, pero no hay que olvidar que España y numerosos países europeos careen de este límite (una restricción usual en América). Felipe González, por ejemplo, gobernó durante 13 años, y José María Aznar no se presentó a las elecciones de 2004 porque no quiso.


Luis Herrero fue expulsado del país por hablar más de la cuenta. En puridad, un observador internacional debe ver, oír y callar... hasta pasadas las elecciones. Entonces debe pronunciarse sobre la leglidad de los comicios. Herrero, eurodiputado del PP, dijo ante las cámaras que el aumento del horario electoral podía utilizarse para prácticas poco democráticas. Es probable. Pero eso debe demostrarlo con pruebas y no conjeturar.

Aún así, el comportamiento del gobierno venezolano y sus servicios de seguridad es intolerable. Si quería demostrar que la consulta será legal, debería haber invitado a Luis Herrero a participar en el proceso completo, dede la apertura de urnas hasta el recuento. No sólo sería la medida correcta en unas elecciones puestas en tela de juicio, también sería un golpe de efecto que haría más por la imgen de su gobierno que todos los discursos de Chávez. Un gesto simbólico; decir "Somos honestos, aquí la prueba".

Al expulsar a Herrero un día antes de la consulta, Chávez se ha dejado en evidencia y suscita más dudas que nunca sobre la legitimidad de los resultados.


Parecido ocurre con el ex presidente polaco Lech Walesa. Quería participar en la consulta como observador internacional, pero Caracas no ha permitido su entrada al país porque, en palabras de Chávez, "nosotros estamos obligados a hacer respetar la dignidad de Venezuela. Él (Walesa) puede decir eso donde le dé la gana más allá de la frontera venezolana, pero aquí, adentro de Venezuela, no". Hace un año el premio Nobel de la Paz tuvo que declinar una invitación de los grupos opositores porque Chávez no garantizaba su seguridad.
Eso no se hace.

Por último, esta es la pregunta a la que hoy deberán contestar los venezolanos. Si la entienden, claro.
¿Aprueba usted la enmienda de los artículos 160, 162, 174, 192 y 230 de la Constitución de la República tramitada por la Asamblea Nacional que amplía los derechos políticos del pueblo con el fin de permitir que cualquier ciudadano o ciudadana, en ejercicio de un cargo de elección popular, pueda ser sujeto de postulación como candidato o candidata para el mismo cargo por el tiempo establecido constitucionalmente dependiendo su posible elección exclusivamente del voto popular?
El socialismo, definitivamente, no es esto.


Actualización 12'30: Luis Herrero dice que no estaba en Venezuela en calidad de observador, sino de invitado por la oposición. Eso cambia algo las cosas. Pero no justifica su expulsión. Un país democrático no expulsa a alguien sólo por criticar su proceso electoral. AL menos, no debería.

Mad Men

Es difícil hablar de lo que a uno le gusta. Más sencillo es criticar.

¿Cómo describir una obra maestra? ¿Cómo expresar la grandeza de Mad Men sin resultar tópico, o simple?


Mad Men es una serie perfecta. Una radiografía de los años 50 que refleja a la perfección muchos comportamientos del siglo XXI. Después de ver el último capítulo de la temporada, elevo a Mad Men a los altares de las series de televisión. Junto con Six feet under y The Sopranos.




El resto es silencio.

14 febrero 2009

Sobre calles y muertos

La última propuesta del alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, conocida ya por todos, es sustituir el nombre de la calle del General Sueiro por el de Escrivá de Balaguer. A muchos les indigna que el fundador del Opus Dei tenga una calle; otros justifican el cambio diciendo que hay que eliminar de forma progresiva cualquier mención al franquismo en las ciudades. Yo estoy de acuerdo con los dos bandos.

No me gusta que haya calles con el nombre de militares que desobedecieron su mandato constitucional. Y no me gusta que haya placas con el nombre de iluminados fundadores de sectas. Entre Sueiro y Balaguer, la verdad, no sé cuál me parece peor.

No quiero entrar en las razones del alcalde para elegir precisamente este nombre como sustituto. No me interesan. Sí quiero, en cambio, proponer desde aquí un cambio general de nomenclatura de las calles. Estamos demasiado acostumbrados a vivir en el Paseo de Sagasta, a ir al restaurante de Isabel la Católica o a quedar en la paza San Miguel (por poner ejemplos cercanos).

No reparamos en que Sagasta fue un militar metido a político que gobernó durante la Restauración, alternándose el poder con Cánovas del Castillo para manejar entre ambos partidos el cotarro durante un periodo de la historia de España caracterizado, como dijo Juan Costa, por la oligarquía y el caciquismo. Tampoco caemos en la cuenta de Isabel la Católica (su apodo ya demuestra que la fe es, para muchos, un elemento a destacar) expulsó a los judíos y a los musulmanes (causa en buena parte de la carencia tradicional de clase media en España y, si llevamos las consecuencias hasta el final, de la Guerra Civil), e instauró la Inquisición. Ni en que San Miguel es, como mucho, un personaje de ficción que, al parecer, protege a la Organización No Gubernamental más poderosa del mundo, la Iglesia.

Lo más sensato sería desterrar de las calles toda mención a reyes, políticos, batallas, países, santos, mártires, guerreros... Es decir, desterrar la historia de nuestras calles. A muchos les parecerá una exageración, dirán que es una forma de recordar nuestro pasado. Pero está comprobado que, en demasiadas ocasiones, no se conoce bien quién fue el tipo que aparece en nuestro DNI.

Se me ocurren varios temas con los que renombrar las calles y plazas: escritores, cantantes, películas, flores, canciones, libros, estrellas, animales... Hay quienes se negarían a vivir en la calle Pulp Fiction o en la plaza Kind of Blue. La solución lógica, entonces, es imitar a Nueva York y numerar las calles. Eliminaría cualquier connotación religiosa, política o de cualquier tipo y facilitaría su localización. Es más fácil saber dónde cae la avenida 19 que la calle Sevilla.

Sé que es un deseo casi imposible. Hasta que la razón entre en las cabezas de nuestros políticos, seguiremos discutiendo por los nombres de unos cuantos tipos muertos.

12 febrero 2009

Causas y azares

Dicen que de un ministro británico tuvo que resultar herido en una nalga para que Charles Darwin subiera al Beagle; a mí, la curiosidad por Arcadi Espada me llevó a hacer esta pieza sobre el científico en los informativos de Aragón Televisión.



Aunque claro, no es lo mismo.

Que es España, coño, por Mi mesa cojea

En España no se puede ser cineasta sin ser un chupóptero y un pancartero. Si eres periodista, eres parcial. Si eres político, eres mentiroso y cínico. Si eres humorista, eres un lacayo del poder o de la oposición. Si eres independiente, resultas ser equidistante, y si eres equidistante, eres imbécil. Si hablas, eres un bocazas; si callas, un cómplice. Si votas, votes a quien votes, votas mal, y si no votas, no tienes derecho a quejarte. Si no eres nacionalista, eres nacionalista español. Si prosperas, eres un trepa; si no lo haces, un desgraciado. Las ONG son un negocio, la Iglesia otro, y la democracia, un mal menor.

En España, seas lo que seas, lo eres mal, o poco, o mucho. España es un país de excesos y escaseces, de losantos y carod-roviras, y, en medio, una gran masa indignada. En este país todos sabemos que los premios se encargan, que el amiguismo se mete en el currículum y que la verdad es reversible según el viento que sople.

España no es racista, pero los moros están todos medio locos. Aquí todos creemos en la libertad de opinión, pero hacen bien en ilegalizar esos partidos vascos que son ETA, porque son ETA, lo sabes, ¿no? En España tenemos un presidente que no sabe inglés, varios ministros que no saben castellano y una oposición que vuelve en una hora, disculpen las molestias. Tenemos hipotecas más largas que vidas, y banqueros que culpan a los ciudadanos por no vivir lo suficiente. Somos la octava potencia económica mundial y la primera en saber que eso importa un bledo.

España es un desastre de país, como seguramente lo son todos a su manera. Al menos nosotros estamos al tanto de ello. Porque, claro, hay que estar informado para poder atacar a ese idiota de ahí enfrente.
Público, 12-02-2009

10 febrero 2009

Irremediablemente vacía

Así ve la vida el personaje más lúcido, inteligente, vital y coherente de Revolutionary Road. Así ve la vida un matemático que vive recluido en un psiquiátrico, al que las descargas eléctricas en el cerebro le han borrado los conocimientos científicos. Él es el único personaje que se atreve a decir la verdad a las claras, aunque todos lo piensen. Y él, de algún modo, es el catalizador de la historia.

Frank y April Wheeler, (DiCaprio y Winslet) son una pareja “adorable”, “especial”. Jóvenes, guapos y amables, viven en una casa con jardín y tienen 2 hijos encantadores. A él le va bien en el trabajo, aunque en su interior siente que está malgastando su vida. Ella sabe que está malgastando su vida. Un buen día deciden cortar con el pasado y empezar de cero (¿no es eso una capítulo del sueño americano?). Se irán a a París, el símbolo de la intelectualidad y el mundo artístico: April trabajará de secretaria en un organismo internacional y Frank descubrirá lo que de verdad quiere hacer: escribir, pintar...

Pero la vida no es tan sencilla. Al cabo, como es de esperar, Frank no es capaz de dejar el barrio residencial donde habitan (no me atrevo a decir “viven”). Su cobardía se hará patente, de nuevo, por boca del matemático loco.

Comprenden que no son especiales, nunca lo fueron, aunque muchas personas así lo vieran; otros vendrán más tarde que creerán lo mismo, y tampoco serán especiales.



Richard Yates escribió la novela hace 4 décadas; ahora Sam Mendes la ha volcado a la pantalla de forma eficaz (y por partid doble: de paso, ha logrado resucitar el nombre y la obra del escritor). Yates es muy crudo en su lenguaje; en otra de sus novelas,
The Easter Parade -traducida al español como Las hermanas Grimes- las descripciones son precisas como un bisturí, y los diálogos duelen sólo al leerlos. Lo mismo sucede en la película. Las discusiones entre la pareja dejan al espectador clavado en el asiento. Si eso es la vida en pareja, llega a pensar, mejor vivir solo.

Para terminar, Leonardo DiCaprio y Kate Winslet hascen el papel de sus vidas. Así de sencillo. Winslet está sumamente atractiva en una escena y en la siguiente es un guiñapo; DiCaprio puede pasar de ser un bromista a un agresor descontrolado en sólo un minuto. Es una pena que Winslet no esté nominada al Oscar por está película (sí lo está por El lector).

Y es una pena que Revolutionary Road no esté seleccionada en la categoría a mejor película. Se llevaría el galardón.

08 febrero 2009

Fragmentos de una entrevista a Richard Dawkins en El Mundo

Al filo del bicentenario de Darwin, qué mejor oráculo al que acudir que Richard Dawkins, divulgador del evolucionismo, ateo militante y polemista recurrente en distintos ágoras. Dawkins es autor de El gen egoísta y El espejismo de Dios. Dos libros de éxito que reflejan su doble naturaleza de científico brillante y pensador anticlerical.

Un alma doble que emerge inevitablemente durante la entrevista, que se celebra en su domicilio de Oxford bajo una tormenta de nieve. A priori, Dawkins se antoja una persona solícita y agradable. Las preguntas lo co
nvierten sin embargo en un tipo hosco, desabrido y gruñón. Lo que sigue es el resumen de una conversación estimulante pero tensa y difícil.

Pregunta.- ¿Cómo le explicaría la importancia de la teoría de Darwin a alguien de otro planeta?

Respuesta.-
Le diría que logró explicar por qué existimos como seres complicados y estadísticamente improbables. Antes de él, la gente pensaba que la complicación, la elegancia, la belleza de las cosas vivas tenían su origen en un ser superior. Eso fue lo que Darwin destruyó.


P.- O sea que según usted la muerte de Dios es una consecuencia lógica de la teoría de Darwin.

R.-
Yo no iría tan lejos. Diría más bien que, después de Darwin, la hipótesis de un ser superior que ha diseñado el mundo deja de sostenerse. Si uno cree en Dios debe hacerlo por otros motivos, pero no porque lo necesite para explicar el mundo.


P.- Usted ha escrito: «Darwin hizo posible que yo fuera un ateo intelectualmente realizado». ¿A qué se refiere?

R.- Antes de Darwin, cada vez que uno miraba el mundo veía alrededor una presencia masiva de pruebas de que alguien lo había diseñado.Y eso hacía muy complicado ser ateo. Fue Darwin quien hizo mucho más fácil serlo, al descubrir que era la selección natural lo que movía el mundo.

P.-
¿Por qué es tan difícil para la especie humana deshacerse de la religión?


R.-
Por ignorancia. Muchas personas son el producto de un adoctrinamiento infantil que les presenta como un hecho que Dios existe.


P.- ¿Le merecen las grandes religiones el mismo respeto que los hechiceros de las tribus africanas?

R.- Exactamente el mismo. En ninguno de los dos casos hay pruebas de que aquello en lo que creen exista. Por eso merecen el mismo grado de respeto. Es decir, cero.

P.-
A la luz de las cantatas de Bach o de las catedrales, ¿no cree que el cristianismo ha tenido algunos efectos positivos?


R.-
No hay duda que la religión ha inspirado un arte extraordinario.Pero eso no convierte una religión en verdadera. Ahora bien, yo creo que cuando uno vive en una cultura cristiana, como nosotros, es importante que los niños aprendan sobre la cultura en la que viven. Uno no puede apreciar la Historia ni la literatura europea si no ha leído la Biblia o ha recibido nociones de arte sacro.


P.-
O sea, que en su opinión esas cosas deben enseñarse en las escuelas.


R.-
Por supuesto que sí. De lo que no estoy a favor de adoctrinar a los niños ni de etiquetarlos como niños católicos o musulmanes.


P.- O sea, que según usted la mayoría de las personas religiosas son radicales, no liberales.

R.- Sí. Y eso es muy preocupante.

P.- Pero hay creyentes cuyo empeño ha hecho mejor el mundo. Desmond Tutu, Teresa de Calcuta

R.-
Desmond Tutu es una buena persona. Nadie que haya leído su vida puede decir lo mismo de Teresa de Calcuta. A mí me parece que era una mujer malvada. Ella creía que era muy buena, pero no le importaba nada el sufrimiento de las personas. Lo único que quería era convertirlas.


P.- ¿Y Gandhi? Era religioso también.

R.-
Quizá. Pero es irrelevante. Hay buenas y malas personas, crean o no crean en Dios. No creo que sea una buena idea predicar mentiras aunque algunas de las personas que las crean sean buenas personas. Lo que cabe preguntarse es si la religión suele hacer mejores o peores personas.


P.- Hitler y Stalin eran ateos.

R.-
Stalin era ateo, pero ninguna de sus atrocidades son la consecuencia lógica de ese ateísmo sino de su marxismo. Una ideología que, por cierto, tiene mucho que ver con la religión. Hitler y Stalin establecieron en sus estados una especie de religión y de culto a su personalidad. Eso no es ateísmo.


P.- ¿Y su hija? ¿Es atea?

R.- Sí. Supongo que sí, pero eso a usted no le importa.

P.- ¿Y usted la educó en el ateísmo?

R.- Eso a usted tampoco le importa. Es un asunto privado.

P.- Pero supongo que a los lectores les gustará saber si usted predica con el ejemplo o ha adoctrinado a su hija.

R.-
Está bien. Contestaré a su pregunta. Yo le escribí una carta cuando tenía 10 años en la que le animaba a pensar por sí misma y eso es lo mejor que un padre puede hacer por su hija.


P.-
Hay gente que no comprende su voluntad de extender el ateísmo.Gente que piensa: «Señor Dawkins, probablemente Dios no existe. Así que deje de preocuparse y disfrute de su vida». ¿Qué les diría?


R.- Les diría que lo que de verdad me apasiona es la verdad científica y que lo que deseo es abrir los ojos a la gente sobre el hecho maravilloso de su propia existencia. Mientras el adoctrinamiento religioso interfiera en el conocimiento de esa verdad científica lo combatiré. No le quede duda.

06 febrero 2009

Risas matutinas

Fuentes allegadas a José Luis Rodríguez Zapatero apuntan a la posibilidad de que éste haya iniciado un tratamiento en una clínica dermatológica de Lugano (Suiza) para oscurecer su piel. Con la clara determinación de convertirse en “el Obama europeo”, el Presidente del Gobierno de España parece haber tomado esta sorprendente decisión, con la que aspira a dar mayor credibilidad a su proximidad a Obama y su mensaje de cambio y de compromiso con las minorías.
Más en El Mundo Today

Delincuente + Musulmán = Terrorista (o no)

Siempre ocurre lo mismo. La policía detiene a unas cuantas personas; se dice que son de Al Qaeda, que colabran con Al Qaeda, que simpatizan con Al Qaeda. La noticia llena portadas y abre informativos.

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La política del miedo. "Están entre nosotros. Puede haber otro 11M". Los vecinos dicen que eran personas normales. "Pero -dice una- si han hecho lo que dicen que han hecho, deben ir a la cárcel. No quiero terroristas en mi edificio".


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Después resulta que no. Con demasiada frecuencia resulta que no son de Al Qaeda, que no colaboran con Al Qaeda, que no simpatizan con Al Qaeda. Son delincuentes y nacieron en Marruecos, Pakisrán o Argelia. Nada más.

No todos los vascos son de la ETA. Hay ladrones de Bilbao, hay violadores que nacieron en Vitoria.

Una vez más, se ha inyectado el miedo al extranjero; y los medios hemos vuelto a colaborar en la tarea.

05 febrero 2009

Conejo ha muerto, por fin

Hace días que tengo pendiente este post. Me obligo a escribirlo.

John Updike murió el pasado 27 de enero. La web se ha llenado de elogiosos obituarios, recuerdos enternecedores y odas al genio que, según dicen, fue. Updike significa para mí todo lo contrario.

No me gusta su nombre; no me gusta su apariencia ni sus poses (miren esta foto, en la que parece decir, "sí soy un gran escritor; me gusta mirarme al espejo cada mañana; adoro el sonido de mi voz"); no me gustan sus relatos, no me gustan sus reseñas ni sus novelas. Detesto la serie de Conejo.

Y, sin embargo, como me sucede con todo escritor, en cierto modo sentí su pérdida.

Intenté hace años leer Parejas y El Centauro. No terminé ninguna. Traté de leer Corre Conejo 3 veces en español; fue en vano. Por una de esas cosas que hago sin pensar, me compré las 4 novelas en un solo volumen, y en inglés. La edición es muy bonita. Acabé la primera parte sólo por practicar el idioma.

Lo han comparado con Roth, con Mailer; la única coincidencia es que los 3 son estadounidenses.


En fin, uno menos.

Autarquía no, gracias

El ministro de Industria de España pide a los ciudadanos que compren productos españoles. Estados Unidos aprueba una ley económica con un fuerte tufillo a proteccionismo, pero introduce una frase para camuflarlo. De nuevo en Europa, los trabajadores ingleses enarbolan la bandera y gritan “English jobs for english workers”.

Está bastante claro que el proteccionismo, tan lejano hace sólo unos años, tienta los oídos de nuestros gobernantes.

Durante la Primera Mundial quedó patente que el comunismo y la solidaridad proletaria quedaba en nada ante los cañones. Ahora queda patente que la unión entre estados -unión política pero, sobre todo, económica- es extremadamente débil y se resquebraja cuando más se necesita.

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Es natural que a quien haya perdido su empleo le hierva la sangre al ver a un extranjero con trabajo. Es natural en tiempos de crisis, aferrarse a lo propio. Es irracional, y contraproducente, pero entra dentro de lo aceptable y respetable.

Lo que no se puede aceptar ni respetar es que sea el gobierno quien impulse el proteccionismo, la vuelta a la tribu. El presidente del gobierno ha corregido a Miguel Sebastián, pero no con la suficiente fuerza.

Cuesta entender que un economista no tenga claro una de las leyes básicas del capitalismo: el proteccionismo no conduce a nada bueno. Suena bien, tiene cierta lógica y es populista. Pero a medio y largo plazo, es desastroso. Uno de los factores de esta crisis es la falta de demanda. La gente no gasta, las empresas no gastan. Lo peor que se puede hacer es pedir que, lo poco que quieran comprar, esté producido dentro de nuestras fronteras.

Quizá sea llevar el asunto al extremo, pero hay que recordar que, en el pasado, las políticas proteccionistas han sido causa de guerra. Como dijo el economista Fredèric Bastiat, “Si los bienes no cruzan las fronteras, lo harán los soldados."

04 febrero 2009

El mejor momento para despedir, por Isaac Rosa

Anuncio de interés para grandes empresas: “¿Hace tiempo que quiere usted recortar su plantilla y no se atrevía? ¿Está ya aburrido de esa fábrica para la que recibió ayudas públicas, y prefiere trasladarla a otro sitio? ¿Quiere que sus trabajadores acepten peores condiciones de trabajo sin protestar?

Pues está usted de suerte, éste es su momento. Anuncie hoy mismo, sin miedo, el despido de cientos, miles incluso, y el cierre de alguna planta. No tema, nadie se lo reprochará. Gobernantes y consumidores culparán a la crisis, y sus propios trabajadores se resignarán y lanzarán maldiciones contra los banqueros, Madoff y las subprimes.

Ni siquiera hace falta que guarde las formas. Tome ejemplo de Pirelli, que despidió a 257 en Manresa y ¿cómo cree que se lo comunicó? ¿Una reunión? ¿Una carta, un SMS? Nada, nada. Cuando iban a entrar en la fábrica, los guardias de seguridad lo impedían y les decían que estaban despedidos.”

¿Creen que exagero? Pues no. Es cierto que hay empresas, sobre todo pequeñas, que están asfixiadas y despiden para evitar una quiebra que ni así salvan. Pero no todos están en la situación del constructor que amenazó con quemarse a lo bonzo.

Hay empresas, grandes, haciendo despidos preventivos. Muchas ni siquiera han tenido pérdidas, sólo un recorte de beneficios. Miremos su cuenta de resultados más allá del último año, para ver las enormes ganancias anteriores. ¿Ya se han gastado todo lo que ganaron?
Público, 4-02-2009

03 febrero 2009

The day the music died

La primera canción que traduje de oído. Aún no tenía CD. Quedaron muchos huecos en blanco. Algunos todavía lo están.

01 febrero 2009

¿Hasta cuándo tendrá los ojos cerrados la izquierda?

Estas son algunas frases escuchadas hoy en la manifestación contra la dictadura de Fidel Castro. Detesto a algunas de las personas que las han pronunciado (en especial a Esperanza Aguirre, más conocida como lady Macbeth), pero las suscribo.

Una nación destruida en el orden material y espiritual, congelada en el tiempo, en la que más de 200 presos de conciencia purgan largas sentencias en unas cárceles terribles.

Los demócratas de la oposición que piden elecciones libres y respeto por los derechos humanos sufren toda clase de vejámenes y atropellos.

El manifiesto exigió al régimen cubano "que abra las cárceles, permita que los cubanos ejerzan sus derechos expresen sin más dilación sus preferencias políticas y le dé paso a la inevitable transición hacia la democracia".

También reclamó al resto de los gobiernos del mundo que "denuncien vigorosamente los crímenes de esa tiranía, apoyen explícitamente a la oposición democrática cubana y demanden con energía la libertad de todos los cubanos".

Algún día, cuando caiga el régimen cubano y nadie pueda ocultar ya la barbarie de sus prisiones, el horror de su aparato represor y la cruda realidad de su pueblo, muchos de estos izquierdistas se tendrán que avergonzar de haber apoyado esa dictadura.

"Demasiado radical"



Moraleja: en ciertos temas, hay que ser radical. Si cedes, acabas por traicionarte.